“Dipsómanos de México al poder, ya tenemos partido”. Felipillo Calderón

Desde su campaña en busca del voto popular que lo llevara a la gubernatura del estado, el político de Soledad de Doblado, Miguel Ángel Yunes Linares (¿alguien lo ha visto por ahí últimamente?), usó como bandera el combate a la corrupción y el castigo contra los que habían saqueado las arcas estatales en el ultimo sexenio, concretamente contra Javier Duarte de Ochoa, quien con su actitud como mandatario veracruzano se había ganado el odio del electorado, odio acumulado desde los tiempos de Fidel Herrera Beltrán.

Yunes Linares sabía que con esa bandera de paladín de la justicia, los votos le lloverían porque la sociedad estaba harta de tantos abusos de los fidelistas y luego los duartistas, que esperaban la llegada de una persona con el perfil de Yunes para irse con él seguros de que por fin se haría justicia y las cosas cambiarían de inmediato en nuestro estado.

Pero Yunes traía otros planes muy ajenos a lo que los votantes esperaban de él.

El choleño se dedicó a engañar con el cuento de que había recuperado bienes inmuebles, que había conseguido congelar cuentas bancarias de los ladrones del duartismo, que seguiría con su cacería de corruptos, mientras por otro lado los apretaba, como ha acostumbrado hacer, para que vomitaran en sus bolsillos lo robado y con eso les garantizaba impunidad.

Colateralmente, dedicaba buena parte de su tiempo, casi todo, a operar, orquestar, planear, lo relacionado con su proyecto personal: heredar a su hijo el poder.

Y en esa obsesión Yunes Linares se perdió: presionó a sus colaboradores, todos aprendices de servidores públicos, a destinar los recursos de las dependencias que les encargó para la campaña de su hijo; no le interesó realizar una sola obra de beneficio para sus gobernados; usó a sus más fieles servidores, los diputados locales, a usar el Congreso para combatir a los que consideraba adversarios políticos; se alejó por completo de los medios de comunicación porque su hijo, el elegido para sucederlo, así se lo recomendó con lo que se ganó una andanada diaria de críticas a su mal gobierno; dejó en manos de otro de los miembros de la servidumbre, el señor Jaime Téllez Marié, lo más importante, la seguridad de los veracruzanos en lo que había hecho un compromiso de terminar en seis meses con las bandas de la delincuencia organizada que operaban en la entidad y… el final de esa fallida estrategia todos la conocemos. El voto de la repulsa social fue para su hijo y el de la esperanza para AMLO y sus recomendados.

Ese modelo de gobierno lo vemos replicado mas que nada en Andrés Manuel López Obrador: peleado con los medios de comunicación y justificando todos sus errores con las tropelías del pasado. El argumento ya está muy gastado, no es posible que a más de un año de haber asumido el poder presidencial, siga culpando a las administraciones anteriores de lo malo que pasa en el país. Nadie mejor que él para tener en diagnóstico de las condiciones en que se encontraba México cuando buscó, por tercera ocasión, la Presidencia, por lo tanto resulta un acto de irresponsabilidad no haber elaborado a tiempo los proyectos necesarios para combatir los principales problemas que afectan a los mexicanos disponiendo de todo el poder del estado.

Lo que resulta extraño e indignante para todos los mexicanos es que quienes cometieron los actos de rapacidad abusando del poder que ostentaron, estén libres, gozando de impunidad mientras los hospitales del país carecen de lo indispensable para atender a los mexicanos. No es posible que, por ejemplo, Enrique Peña Nieto y toda su banda se paseen por el mundo dilapidando las riquezas que obtuvieron de su paso por el gobierno y, en el caso de Veracruz suceda lo mismo, a los yunistas del bienio anterior, que robaron a manos llenas, que usaron el poder para hacer fortuna, tampoco nadie los moleste, pero eso sí, el discurso sigue siendo: todo es consecuencia de lo mal que nos dejaron el estado y el país… ¿Hasta cuándo?

Mansedumbre magisterial

Con la mansedumbre que deben tener ante una orden presidencial los líderes tradicionales, la sección 32 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) dice, en voz de su líder Lázaro Medina Barragán, que acatarán el mandamiento del gobierno federal en caso de eliminar los llamados “Puentes vacacionales”, y se sujetarán al nuevo calendario escolar. Pues claro, no les queda de otra, o pensaban protestar y revelarse?.

Lázaro se levantó y andó para decir que las organizaciones sindicales nada pueden opinar con respecto a la posible desaparición de los “puentes vacacionales” sin embargo habrán de defender la educación y los derechos de los trabajadores.

“Quisiéramos dar opiniones en términos educativos porque es nuestra materia de trabajo, y lo otro pues mientras no se trastoquen los derechos de los trabajadores ya estaremos muy pendientes para los acuerdos en términos de la economía y ya hay gente en el Senado de la República que está en nivel de discusión, nosotros estaremos pendientes”… Ni modo, agacha cabecha.

PRI y Morena son lo mismo

Desde La Ciudad de los 30 Caballeros, Córdoba, nos informan que el regidor golpeador de Morena, Gustavo Guzmán Milián, logró imponer a su esposa la doctora Nadia Rodríguez Fernández, como Jefa de la Jurisdicción Sanitaria Número 6, aprovechando su compadrazgo con Rubén Ríos Uribe, “El Dipucheves”, quien ha utilizado la Presidencia del Congreso de Veracruz para el tráfico de influencias.

En Veracruz, los “mandamientos” del Presidente Andrés Manuel han sido letra muerta en el Gobierno del Estado, Congreso del Estado y demás encargos públicos que controla Morena. La corrupción y el tráfico de influencias ha sido la constante en la Secretaría de Salud con Roberto Ramos Alor.

En semanas anteriores se ha sufrido el desabasto de medicamentos y la SSA de Veracruz está inundada de familiares de políticos de Morena. Gustavo Guzmán Milián es el compadre de borracheras de Rubén Ríos Uribe, sus juegos de béisbol terminan en los antros. Es Regidor del Ayuntamiento de Córdoba y ahí es acusado de ser un prepotente y déspota. Ya fue denunciado ante la Fiscalía por agredir al director del Deporte municipal porque no le quiso prestar el Beisborama, que está en remodelación. Su esposa Nadia Rodríguez Fernández primero fue metida a un centro de salud y ahora ya la hicieron jefa de Jurisdicción Sanitaria.
Así era el PRI antes. Nada hay de que asustarse.

Reflexión

En los partidos nuevos reaparecerán priistas y panistas de esos que se acomodan donde sea.

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