Tuvieron que pasar tres administraciones para que la Universidad Veracruzana recibiera el apoyo del gobierno estatal para saldar su deuda con el Servicio de Administración Tributaria (SAT); deuda que tuvo su origen precisamente en la reducción del financiamiento que recibía por parte del estado, al tiempo que la federación cumplía su parte.

Fue durante el gobierno de Javier Duarte en que los recursos empezaron a regatearse; el ex gobernador hoy preso justificó esa reducción a que la ley establecía que el financiamiento estatal sería de acuerdo a la disponibilidad presupuestal. Y como no había dinero, tampoco se daban recursos a la UV.

Y entonces Duarte tuvo una genial idea para salvar el pellejo y dejarle una bomba de tiempo a su sucesor: establecer en la ley un porcentaje del presupuesto anual. De esa forma, se lavaba la cara comprometiendo a futuro el dinero que él mismo negó sistemáticamente. En realidad, la Universidad siempre le valió un comino.

En medio de esta crisis vinieron las campañas políticas y Miguel Ángel Yunes prometió el oro y el moro a la rectora Sara Ladrón de Guevara. Como muestra del pacto político, la rectora sacó a los estudiantes a la calle para demandar que el agonizante gobierno de Duarte les pagara lo que debía.

Ya en el gobierno, Yunes tampoco cumplió lo prometido y fue administrando la deuda con la Universidad. Los acuerdos no se cumplieron –acaso el nombramiento de Tula Guerrero como Secretaria de Finanzas cuyo final todos conocemos- y la Universidad siguió padeciendo el abandono del gobierno estatal y la presión del SAT para liquidar su deuda. El PVD, la administración de los verificentros, y otras promesas se olvidaron una vez que Miguel Ángel obtuvo los votos que necesitaba.

Tanto Duarte como Yunes utilizaron a la universidad como otro de los escenarios de sus disputas políticas; mientras, la deuda con el SAT seguía creciendo.

Este martes, el Secretario de Finanzas José Luis Lima Franco anunció el primero de cuatro pagos para liquidar el adeudo por 2 mil millones de pesos que tiene la Universidad Veracruzana con el SAT. De hecho, nuestra Universidad no era la única que tenía este problema en el país, sin embargo podría ser de las pocas en resolverlo luego de que el gobierno federal anunció que no habría dinero extra para las universidades públicas.

Lima Franco, quien por cierto es egresado y catedrático de la Universidad, explicó el esquema de rescate financiero que iniciará este viernes, y así poder saldar los adeudos que tiene la máxima casa de estudios con el Sistema de Administración Tributaria por concepto de ISR. Este consiste en 4 pagos mensuales, de manera que para el mes de abril la UV habrá sido liberada del millonario adeudo fiscal que arrastraba desde el 2014.

Hoy la operación, la docencia y la investigación de la Universidad ya no están en riesgo. Por eso la respuesta que Ladrón de Guevara nunca dio a Duarte y Yunes: tenemos un gobierno honesto, eficiente y con voluntad política. El anuncio hecho por Lima Franco cae bien a una administración que busca recuperar un año de aprendizaje. La crisis está en otras partes, no en las finanzas.

¿Y si Winckler hubiera tenido un primo narco?

No se necesita mucha imaginación para pensar qué hubiera ocurrido si al ex fiscal Jorge Winckler le hubieran encontrado un primo hermano narcotraficante, como sí lo tiene la actual encargada del despacho Verónica Hernández. La respuesta hubiera sido feroz y todas las instituciones del Estado se habrían sumado al linchamiento político y mediático del funcionario.

Habrían dicho que por eso no lo invitaban a las reuniones de construcción de la paz, que esa era la razón por la que había crecido la presencia de la delincuencia en el estado, que era quien protegía a las organizaciones criminales, que utilizaba la Fiscalía para protegerlos y brindarles impunidad y cualquier cantidad de linduras. Hoy todo quedó en un simple “nadie escoge a la familia” que todos aplaudieron y justificaron.

En este mismo espacio, muchas veces se expusieron razones suficientes por las que Winckler debió dejar el cargo desde el primer día de este gobierno, de la misma forma que lo hizo Luis Ángel Bravo al inicio de la administración de Miguel Ángel Yunes. No se trataba sólo de sentido común y guardar las formas de la política en aras de resguardad la gobernabilidad del estado y la seguridad propia.

La defensa de la autonomía sólo fue una falacia que alimentó el encono con el gobierno estatal, lo que provocó que los delitos se dispararan y la impunidad reinara en el estado con las consecuencias que todos conocemos y padecemos. Si la información dada a conocer por la encargada de despacho es verídica, los delitos que hoy se imputan a Jorge Winckler palidecen frente a la criminal y cómplice omisión de sus obligaciones.

Tiene razón Verónica Hernández: a la familia no se le escoge. Tampoco hay relación alguna que la vincule con su familiar en los últimos años. Pero sin duda, si Winckler hubiera tenido un primo narco, sería el propio Presidente de la República quien señalara de manera pública, sugiriendo su renuncia. Pero no, son los tiempos de la Cuarta Transformación.

Las del estribo…

  1. Lo que pasó en Coatzacoalcos y Orizaba son el vaticinio de lo que podría ocurrir en el Congreso local si se intenta aprobar la reforma al Código Civil. Una reforma que habla de igualdad y nunca de aborto, pero que los activistas –y algunos correligionarios esbozados- han tomado como bandera. El periodo de sesiones termina la próxima semana, por lo que la iniciativa deberá esperar mejores tiempos.
  2. Este martes el dirigente estatal de Todos por Veracruz, Jesús Vázquez González, se reunió con periodistas xalapeños. Hizo una reflexión interesante: aunque sean 15 partidos en competencia, el voto no se polariza porque siempre se distribuye entre los dos o tres mejores candidatos. Entonces, serán los candidatos y no los partidos, nuevos o viejos, quienes decidan la próxima elección. ¿Será?