Este 26 de enero se conmemora el día mundial de la educación ambiental, celebración que se remonta a 1975, año en que se llevó a cabo el seminario internacional de educación ambiental en la República de Serbia, con la participación de expertos de más de setenta naciones.
Como resultado de este coloquio, fue publicada la Carta de Belgrado, documento que además de plasmar los principios y objetivos fundamentales de la educación ambiental, realizó un análisis de las causas del deterioro del medio ambiente, señalando que a pesar de que la crisis es provocada por un número reducido de países, genera efectos nocivos en todas las regiones del mundo.
Por lo que se declaró la urgencia de propiciar el desarrollo mundial con medios que beneficien a la humanidad, sin comprometer a las generaciones futuras, elevando la calidad de vida de todos los habitantes del planeta.
A partir de la publicación de este importante documento se han desarrollado diversas acciones en todas las regiones, a través del diseño de proyectos y programas encaminados a forjar una ciudadanía mejor informada, con el objetivo de tener sociedades más justas y sostenibles.
La educación ambiental tiene como propósito generar conciencia sobre los daños al medio ambiente causados por la actividad humana y sus efectos nocivos, además de forjar habilidades y actitudes que favorezcan la convivencia armónica y equilibrada entre los seres humanos y los ecosistemas.
Esta materia debe ser considerada como un eje transversal en los programas educativos de nuestro país, con la finalidad de que desde la infancia todos conozcan la importancia y los efectos negativos que trae consigo el deterioro del medio ambiente.
De acuerdo con Naciones Unidas, México es considerado un país megadiverso, sin embargo, atraviesa por una crisis de biodiversidad, cuyas causas principales son la perdida y deterioro de hábitats, las especies invasoras, la contaminación, el cambio climático y la sobrexplotación.
El diagnostico en nuestro país no es alentador, de acuerdo con cifras oficiales del INEGI, el costo total de agotamiento y degradación ambiental de México, equivale al 5.7% del producto interno bruto; por lo que deben tomarse medidas urgentes en la materia.
Es necesario implementar políticas públicas eficaces que atiendan los desafíos que enfrenta el planeta a través de acciones y esfuerzos conjuntos y articulados entre el gobierno, organizaciones no gubernamentales y ciudadanía en general.
Los temas medioambientales deben ser prioridad en la agenda pública, tomando medidas que permitan posicionarlos no solo en el discurso, sino en la práctica; el cambio de ruta que permita enfrentar y resolver la problemática medioambiental es urgente y la participación y compromiso de todos es esencial para lograrlo.
Dra. Denisse de los Angeles Uribe Obregón
Magistrada del H.Tribunal Superior de Justicia