Quienes rondamos el medio siglo todavía recordamos una memorable serie de televisión, donde el afamado Ricardo Montalbán y el actor de talla pequeña Hervé Villechaize daban vida a dos peculiares anfitriones en “La Isla de la Fantasía”, quienes lograban que los sueños secretos de sus adinerados clientes se hicieran realidad.
Bueno, pues resulta que este martes nos hemos enterado que el avión presidencial vuelve al país de la fantasía luego del fracaso evidente por tratar de venderlo y de los cientos de millones de pesos que se pagaron por su custodia y mantenimiento en Estados Unidos. A diferencia de la serie, aquí el sueño del Presidente no se cumplió.
En la parafernalia de la 4T, hasta López Obrador no tuvo empacho en mostrarse como entusiasta vendedor –como lo hacían las jóvenes edecanes de los lotes de autos que se anunciaban de madrugada-, luego de haber descalificado y vandalizado la imagen de la aeronave. ¿Quién querría comprar un avión que sirvió como imagen de la frivolidad, la corrupción y el derroche, según su propio vendedor?
En diciembre de 2018, el avión presidencial partió rumbo al Aeropuerto de Logística del Sur de California, en Estados Unidos. Un año y semanas después, el Presidente anuncia que regresará a México al no concretar la venta, pero rechazó que haya fracasado el “for sale” de la aeronave, sino que es un proceso complejo.
“No se quiso malbaratar, había compradores, pero al final no consiguieron financiamiento y pasa el tiempo, por eso tomamos esta decisión”, dijo el tabasqueño en una maroma más para tratar de justificar el ridículo final de otras de sus ocurrencias, esta convertida en oferta de campaña electoral desde hace varios años.
Al Presidente alguien le explicó que salía más caro no usarlo y tenerlo guardado pero no lo escuchó. Ahora que le llevaron el estado de cuenta de lo que salía el capricho de vender la aeronave, se rindió y ahí viene el avión de vuelta, lo que implica que seguramente no se va a vender más. Si en el mercado de Estados Unidos no se logró, guardarlo en el hangar presidencial o en algún rincón de Santa Lucía sólo servirá de monumento a la reiterada insensatez sobre algunos temas.
A la luz de las cifras y las historias contadas sobre los viajes del Presidente Peña Nieto y sus invitados –lo mismo miembros del gabinete, empresarios, amigos y familia- no cabe duda que se trataba de un verdadero insulto para un país como el nuestro. Pero resulta que el remedió salió peor que la enfermedad, y en lugar de cancelar la fastuosidad de los viajes, López Obrador pensó que políticamente lo más rentable era ponerlo a remate. Se paga prácticamente lo mismo aunque el avión no se ocupe.
Por si alguien, embelesado por la transición política prometida por el Presidente, quisiera hacerle el paro y comprarle el artefacto en la próxima subasta, aquí van algunos datos que vale la pena mencionar.
Entre algunas de las características con las que cuenta la aeronave es que puede acomodar hasta 80 pasajeros en su configuración de 4 secciones, proporcionando una capacidad VIP «única en el mundo”. Además cuenta con una “elegante oficina y sala de juntas, recámara (suite presidencial) con cama King-size, regadera y caminadora”.
Recién investido como Presidente, el avión presidencial fue enviado a rumbo al Aeropuerto de Logística del Sur de California, en Estados Unidos donde permanece hasta ahora. Según un estudio de mercado identificó 42 potenciales compradores de 16 países, pero sólo 12 de ellos manifestaron su interés por la aeronave, por lo que fueron invitados a presentar una propuesta económica, pero ninguna de ellas prosperó.
Este martes Banobras anunció que el Gobierno federal busca traer la aeronave de 130 mdd a territorio nacional para su resguardo; tras no venderlo, se plantean 3 alternativas de comercialización: buscar un comprador único –lo que ya fracsó y por eso está de regreso-, la venta en copropiedad o la renta de este transporte por parte de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena). Pero, ¿cuánto costaría rentarlo para que el gobierno pueda sacar los costos de mantenimiento y operación?
No faltará algún estadista de la 4T que proponga llevarla al Zócalo para deleite de sus seguidores y se pueda rentar para fiestas, en lugar de los incómodos parques públicos.
Las del estribo…
- ¿Por qué el nieto de López Obrador nació en Houston, Texas? ¡QuInsabi¡
- Que los funcionarios de Sectur gasten apenas 400 pesos en un Hooters de Cancún no debería indignar a nadie. Lo grave del caso es la mezquindad, que hasta los pequeños gastos de sus vacaciones oficiales –ingenuo pensar que andan negociando franquicias de ese establecimiento para el estado- corran a cargo de los veracruzanos, como ya lo hizo con absoluto cinismo la propia Secretaria. ¡Y encima lo niegan!