En Veracruz murieron cerca de mil personas que eran portadoras del VIH-Sida, en el año 2019, y esto se debe a la falta de atención médica, de medicamentos, a que los casos se detectan de manera tardía, y la pobreza de los pacientes que habitan en zonas indígenas, indicó la coordinadora del Grupo Multisectorial VIH- SIDA, Patricia Ponce.
Lamentó que en Veracruz hay una ausencia total de prevención, detección y enseñanza a la población de lo que es el virus del VIH – SIDA, lo que derivó que en el 2019 hubiese unas mil muertes, mientras que, en el 2018, oscilaron entre los 700 y 800.
“Se mueren más personas porque hay fallas en la calidad de atención, porque detectamos tardíamente, si detectáramos, le bajaríamos a la mortalidad femenina, de mujeres embarazadas, al binomio tuberculosis – VIH lo que tenemos en Veracruz es una detención muy tardía del VIH” dijo.
Las estadísticas demuestran que el 60 por ciento de las personas con VIH llegan tarde al tratamiento, por eso hay altos índices de mortalidad, y porque la gente abandona la medicación.
“Abandonan el tratamiento por varias razones: El primer lugar es porque para algunas personas que viven en zonas indígenas, los Capasits les quedan a 10 horas de distancia, la gente tiene que gastar 800 o mil pesos para llegar a un Capasits cuando no tiene para comer, entonces va un mes si y dos meses no, baja su calidad de vida y aumenta la mortalidad” afirmó.
Señaló que Veracruz es el estado dónde más personas en tratamiento se mueren, y es porque la ausencia de una política pública en prevención y en atención contra el estigma y la discriminación, “no hay campañas de prevención, de detección oportuna”
Expresó que la gente no se despierta y piensa: Hoy iré a hacerme una prueba del VIH, cuando ni siquiera tienen la voluntad de detectarse a tiempo la diabetes o hipertensión, menos van a ir a la Jurisdicción Sanitaria a pedir la del SIDA.
Por ello, es urgente que el sector Salud salga a las calles, a las universidades, a los penales, a los centros de la ciudad, a detectar a tiempo la enfermedad.
“Hay que diseñar una política y detectar a tiempo, una campaña específica para mujeres embarazadas, porque la secretaría de Salud refiere que ellas se niegan a hacérsela o el marido no les da permiso, y si le detectan a la mujer darle un tratamiento para que el niño o niña no nazca con VIH” afirmó.
Además, dijo la investigadora en Veracruz no existe una sola campaña contra el estigma y la discriminación, al contrario, el congreso del estado insiste en criminalizar a la gente, meterla a la cárcel, ponerle multas.
“Carambas para qué me hago la prueba si me van a correr de la universidad, del trabajo, de mi casa y me van a meter a la cárcel, no, mejor calladito, no me hago ninguna prueba” explicó.
Consideró que la secretaría de Salud debe dar a conocer un programa rector de cómo va desalentar el VIH en Veracruz, cuál será la respuesta a los focos rojos o para prevenir, porque no hay un presupuesto estatal.
Hasta el 2017 hubo 20 millones de pesos autorizados por el congreso del estado para la secretaría de Salud en atención al VIH – SIDA; en el año 2018 con el gobernador, Miguel Ángel Yunes Linares hubo 10 millones de pesos, y al siguiente año no se supo, “no digo que no hubo, sino que no se etiquetó, y si no, se distribuye entre todos los programas al gusto de quién está al frente de Salud”.
AVC/Verónica Huerta
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