Las mujeres que pelean la custodia de sus hijos en Veracruz cuentan historias similares. Sus hijos e hijas les fueron arrebatados con violencia y luego bajo la figura de depósito judicial lograron una custodia temporal, ellas no fueron notificadas en tiempo y forma por el Poder Judicial, hay burocracia que puede tardar meses en otorgar una convivencia con el menor, y no se tomaron en cuenta las agravantes de violencia familiar.
En Veracruz, la figura del depósito judicial de menores sirve para proteger al menor ante un peligro inminente. Según los datos oficiales del Poder Judicial, se ha otorgado este año 975 depósitos judiciales de menores. Del 2016 al 2018, se tramitaron más de 4 mil 800 depósitos.
Las madres acusan que esta figura permitida en la ley, es utilizada como pretexto por los padres para arrebatar a los hijos, y quitar la custodia, mientras que la mayor parte de los jueces no verifican los argumentos ni las pruebas para otorgar los depósitos.
Natalia, 8 meses sin ver a su hija
La hija de Natalia tenía apenas 2 años cuando su padre se la llevó. Era agosto del 2017.
Natalia fue notificada de que su ex pareja había tramitado un depósito judicial ante un juez en Veracruz hasta abril del 2018, ocho meses después, pues como domicilio para notificarla pusieron un domicilio en Xalapa, cuando ella vivía en otra ciudad.
El ex marido era un alto funcionario en la Secretaría de Seguridad Pública cuando tramitó el depósito judicial, argumentó que Natalia era una mala madre, que se la pasaban en los antros, y sus dos guaruras personales la tenían que sacar borracha de los lugares.
Los testigos ante el juez fueron los propios guaruras, y el personal de servidumbre de su casa.
«El juez no se fijó si era verdad, no hicieron ninguna inspección en la casa para saber si mi hija era lactante y él dio una dirección de Xalapa para notificarme, aunque yo no vivía ahí, nadie investigó si los dichos eran ciertos, le dieron el depósito, en noviembre yo debería haber visto a mi hija, pues hubo una audiencia, yo ni siquiera me enteré», cuenta.
Ocho meses después, empezó con los trámites jurídicos para lograr la suspensión del depósito judicial, anexó la denuncia que había interpuesto por violencia familiar. Un año después, en agosto del 2018 logró obtener en una audiencia tres visitas a la semana para ver su pequeña.
Pero entonces, vinieron más irregularidades, su ex pareja no presentó a la menor, el juez hizo varios apercibimientos económicos, nunca llegó al arresto por las faltas, y un mes y medio después se cancelaron las audiencias.
Natalia logró una audiencia hasta noviembre del 2018, pero el padre tampoco se presentó: » Yo llevaba más de un año sin ver a mi hija, luchaba por una niña a ciegas que no conocía, mi hija empezó a crecer y todo eso me lo perdí, me lo robaron».
Cuando por fin obtuvo una audiencia de menores en el Juzgado Sexto de Minatitlán, su ex pareja llevó a la niña tapada, así la presentó ante el juez.
«Yo intenté acercarme a mi hija, llevaba más de un año sin verla, ni siquiera en foto, pero él me empujó, ahí estaba la secretaria de acuerdos, y solo me dijo, que no tenía por qué acercarme a mi hija, “nadie hizo nada, ni siquiera el juez cuando se lo notificamos».
Su expediente el 2269/2016, está en el Juzgado Décimo Segundo de Primera Instancia, Materia Familiar.
Los que siguió para Natalia, fue un ir y venir entre juzgados de Minatitlán y luego de Xalapa a donde trasladaron su caso. A principios de este año obtuvo una nueva audiencia, donde su ex pareja presentó a su hija, pero la juez «olvidó» llamar a la psicóloga, por lo que la convivencia tampoco pudo llevarse a cabo.
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«No me dejaron acércame, él me insultó otra vez, me dijo que era promiscua enfrente de la juez y los fiscales, nadie le pidió que se callara, él me destrozó frente a la juez, y nadie hizo nada, eso tampoco se puso en los expedientes», dice.
En mayo del 2019, le decretaron a Natalia cuatro horas de convivencia en el Centro de Convivencia Familiar Asistida:
«Cuando mi hija escuchó mi voz me abrazó, físicamente no me reconoce, pero mi voz si, ella no sabía que yo era su mamá. y me pidieron que no le dijera, aunque la psicóloga advirtió que eso podría hacer daño en la menor.
Aunque el juez decretó la regularidad de las audiencias, Natalia apenas ha podido verla en algunas ocasiones, porque la mayoría de las veces se queda plantada.
Penalmente, su ex pareja también procedió contra ella por omisión de cuidados y presunto abuso sexual, a la menor le practicaron exámenes ginecológicos y psicológicos, pero la denuncia está detenida, pues no hay pruebas para sostenerla.
Finalmente, después de dos años de lucha, el juez emitió una sentencia el 14 de agosto pasado, y dejó sin efectos el depósito judicial, pues no hubo pruebas de que la menor estaba en riesgo y pidió su inmediata reintegración de la menor con su madre.
Tres semanas después, su ex pareja fue notificado, la tardanza se debió a que primero la fecha de la notificación estaba equivocada y luego el expediente fue perdido. Cuando fue notificado agredió físicamente a la abogada defensora de Natalia.
El temor ahora es que recurra a un amparo federal que tardaría el proceso de entrega más de tres meses.
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Cambiar de ciudad para pelear por un hijo: Nini Yesenia
Nini Yesenia Pérez, vivía en Huamanguillo Tabasco cuando su ex pareja le quitó a su hijo y se lo llevó a Coatzacoalcos, a más de 140 kilómetros de distancia.
El juez del juzgado décimo sexto de distrito decidió otorgarle al padre el depósito judicial. Nini tuvo que cambiarse de ciudad y ahí se sumó al Colectivo Ven a mis brazos, el cual busca apoyar a madres en su situación.
«El señor me robó a mi hijo, me tomaron la denuncia por retención, era un 23 de febrero del 2018, bajo argumentos falsos, él dijo al juez que cuando lo fue a visitar, yo le pedí que se llevara a mi hijo, que me estorbaba, y si no se lo llevaba, lo iba yo a regalar, todo eso lo creyó el juez», cuenta.
Al igual que otros casos, Nini tampoco fue notificada de que existía un depósito judicial, tampoco se presentó a las audiencias que se solicitaron de parte de la jueza.
«Pasaron seis meses sin ver a mi hijo, cuando me dieron convivencias en el DIF no se respetaron, cuando cambiaron a la juez, se obligó la audiencia luego de los apercibimientos».
Nini relata que cuando su expediente iba avanzado, la familia de su esposo intentó sobornar a la jueza, como no lo lograron, pusieron una denuncia y la jueza se excusó del caso: «Eso fue otro retraso más en el nombramiento de un nuevo juzgado».
Su caso ahora está en el juzgado décimo octavo del Poder Judicial, y durante la audiencia de pruebas, su esposo no se presenta, por lo que solicitan nuevas audiencias.
«No sé, la mujer no tiene apoyo, la justicia es a su antojo, no se ha presentado a ninguna audiencia, dónde está la justicia, de qué se trata, es cómo el cuento de nunca acabar, las convivencias son un derecho no solo de la madre, sino del niño, mi hijo les dice mamá a otras personas».
El hijo de Yesenia tiene cuatro años, cuando se lo quitaron tenía dos años y medio, y aunque ha peleado por él a través de abogados, no ha logrado obtener justicia «Me están amenazando, como ponemos lonas, y sacado cartas, nos han mandado a amenazar, me han dicho que me van a desaparecer».
El colectivo, ven a mis brazos, tiene otros casos, que llevan hasta tres o cuatro años, «hay tres compañeras que ya tienen sentencia, pero la juez dio la sentencia a los padres, no tomó en cuentas las pruebas, hay otro caso de Chiapas, los casos más irregulares y tardados, están en el juzgado décimo sexto, y como estamos en el colectivo y la exhibimos, yo creo que es más como venganza», dice.
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Figura del depósito debe desaparecer: Abogada
María Ximena Ángeles Azuara, abogada familiar y parte de la defensa de Natalia, criticó la figura del depósito judicial, pues dijo que, aunque la medida se debe tomar privilegiando el interés superior del menor, y cuando este se encuentre en inminente peligro, la mayor parte de los padres lo usan como arma para quitar a las madres a sus hijos.
«La mayor parte de las veces no se verifica que los argumentos sean reales, los testigos son a fines del padre, los jueces no van al domicilio, se basan en dichos, y los hijos son tomados como botín de guerra», señala.
También cuestiona que la carga de trabajo de los juzgados familiares retrasa las audiencias hasta tres o cuatro meses, y cuando por fin se obtienen las audiencias, los padres incumple con la obligación de presentar a los hijos, sin que las medidas de apremio se cumplan, una madre puede pasar hasta un año sin ver a sus hijos por esta burocracia.
En su opinión, hay leyes familiares obsoletas, que debían cambiar y agilizar las medidas de apremio cuando los padres no presentan a los menores ante el juzgado.
La abogada también reconoce que los criterios de los jueces y juezas no están unificados, pues hay algunos que, si resuelven los casos de custodia de forma rápida hasta en una semana, mientras otros retrasan el proceso sin tomar en cuenta a la madre.
Los casos por custodia pueden tardar varios años: Madres activistas
Brenda Rodríguez, fundadora de Madres Activistas de Xalapa, agrupación de apoyo a mujeres que sostienen un litigio por la custodia de sus hijos, señala que, en la mayoría de los casos, cuando la madre tiene una pareja o vuelve a contraer matrimonio, se desata el pleito por las custodias, pues los padres se niegan a pasar pensión.
Dijo que la figura de depósito judicial de menores, es utilizada en contra de las madres, quienes son acusadas hasta de abuso sexual.
En su caso, el motivo del enojo es que ella pidió el divorcio, con el pretexto de llevarlo por una piñata, su ex pareja se llevó a su hijo y lo devolvió hasta varios años después
En el proceso, Brenda, vivió amenazas de muerte y también para su abogado, y varias irregularidades en el proceso, que la llevaron a estar varios años sin ver a su hijo.
Durante sus visitas diarias a los juzgados, fue conociendo los casos de las madres, y así decidieron juntarse y formar el colectivo para defender sus derechos.
«Yo al igual que otras madres, me enfrentaba a una demanda de mentiras, en mi caso le dijeron al juez que estaba impedida para cuidar a mi hijo porque era ciega, tenía meningitis, una serie de mentiras que retrasaron el proceso», contó.
En su experiencia es urgente que agilizar los juicios y decretar una convivencia inmediata con el progenitor que no está, pues si el juzgado aceptar atrasar la audiencia participa en la revictimización de la mujer.
También opina que es necesario que existan terapias de revinculación con el padre con el que no conviven, pues luego de la manipulación de una persona adulta en contra del progenitor, este puede resultar en un daño psicológico al menor.
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Congreso propone custodia compartida
Apenas este mes, el Congreso del Estado aprobó una reforma al Código Civil del Estado, a fin de incorporar la figura de custodia compartida durante o después del proceso de divorcio de los padres.
De esta manera se establece que cuando ambos padres lo acuerden mediante el convenio de divorcio respectivo, o cuando los progenitores lo soliciten durante la tramitación del juicio o aún después de dictada la sentencia, el juez u órgano jurisdiccional competente, atendiendo al interés superior del menor, podrá otorgarles la custodia compartida.
Con 35 votos, sin abstenciones ni votos en contra, se reformó el artículo 345 Bis del citado Código.
Esta custodia podrá acordarse en períodos equivalentes de una semana, un mes, por semestre, o en aquellos períodos que determinen el padre o la madre de conformidad con sus posibilidades, valorando las especiales circunstancias de cada caso y considerando lo más adecuado para las y los hijos.
AVC/Flavia Morales