Jacob nació hace cinco años en Inglaterra, con dos meses de adelanto, y con una malformación: le faltaba la mayor parte del brazo izquierdo. Desde ese momento, sus padres, Chris Scrimshaw y Gemma Turner, se marcaron como objetivo poder ponerle al pequeño una prótesis funcional. Ahora, por fin, lo han conseguido y Jacob ha podido abrazar a su hermano pequeño.
Informa la BBC de que el NHS, el sistema público de Reino Unido, no financia las prótesis cuando la extremidad del paciente acaba por encima del codo. Por eso necesitaban recurrir al sector privado e iniciaron una campaña para recaudar dinero y poder pagar los 21.000 dólares (más de 18.000 euros) que cuesta el brazo.
Por fortuna, la solidaridad de la gente les abrumó. Llegaron a recibir una donación de más de 7.000 euros de un anónimo que aseguró que tenía una enfermedad terminal y que no tenía tiempo para hacer las cosas que se había propuesto en su vida.
Una vez recaudado el dinero, una empresa diseñó el brazo de Jacob, con codo, mecanismo de agarre y una mano modular que se pudiera cambiar por otras herramientas. El resultado es una prótesis como las de los superhéroes. Y una de las primeras cosas que hizo el niño fue abrazar a su hermano pequeño.
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