Muéranse de envidia. ¿Han soñado o dicho que en su funeral los lleven a su lugar favorito?
Pues el señor Ventura Coronado Mata, un tamaulipeco de honor que ya está en el cielo, le pidió a sus amigos que lo llevaran al que fue su segundo hogar en vida: la cantina “Los Cuates”, en el centro de Ciudad Victoria, Tamaulipas.
En esta cantina el señor se dedicaba a atender a los comensales, escuchar historias y servir miles y miles de litros de cerveza
Después del velorio, llegaron los rezos que seguramente hicieron unas señoras que rezan súper rápido.
Después entraron a la cantina y por su puesto empezaron a celebrar (?). La pregunta del millón: ¿qué hicieron en la cantina además de llorar, plañir y ofrecerle cerveza al difunto?
La verdad es que, dicen, los señores lloraron y lloraron mientras recordaban a don Ventura: las historias de amor y desamor que escuchó, la forma en la que servía la cerveza y todos los secretos que se llevó a la tumba.
Por eso alguien debería recompensar a estos héroes, ¡esos son amigos y no pedazos!
¿Se habrán puesto súper borrachos?
QEPD, don Ventura.
Erizos.MX
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