De enero a septiembre se han consignado en todo el país más de 22 mil homicidios dolosos, 726 feminicidios, y mil 32 secuestros.

En ese lapso, Veracruz registró mil 72 asesinatos dolosos, 140 feminicidios y 246 secuestros.

De acuerdo con el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, en la entidad se consignaron 119 homicidios dolosos cada mes, cuatro al día, uno cada seis horas en promedio, sin excluir domingos y días festivos.

La misma fuente indica que en los primeros nueve meses del año se denunciaron más de 15 mil robos en Veracruz, mil 666 cada mes, 55 al día.

Esa realidad de violencia fortalece la percepción de inseguridad en zonas como Coatzacoalcos, considerada la ciudad mexicana en donde la población se siente más vulnerable ante la actividad delincuencial.

Este miércoles, el director de Relaciones Internacionales de la Universidad Veracruzana, Mario Oliva Suárez, se refirió al tema y a las implicaciones en la llegada de estudiantes extranjeros de intercambio a la máxima casa de estudios en la entidad.

Dijo que cada vez son menos los universitarios extranjeros que solicitan ingreso temporal a la UV y señaló que uno de los factores, tal vez el principal, es el problema de inseguridad que enfrenta nuestro país.

El funcionario universitario puso como ejemplo a los estudiantes de Estados Unidos; en tiempos pasados, hasta 600 norteamericanos solicitaban su ingreso cada año; en el más reciente curso fueron sólo 50.

Ello, sin duda, es reflejo y consecuencia de los problemas de inseguridad que cada día consignan los medios informativos.

No es todo, en la nota difundida este jueves por el portal de noticias Al calor político (firmada por Abigail Montoya) se retoman las palabras de Oliva Suárez, quien apuntó que el gobierno de Estados Unidos prohíbe a sus universidades que envíen alumnos a México.

No es, por supuesto, un tema que sólo se relacione con Veracruz y sus niveles de actividad delincuencial; al final, otras entidades tienen mayores tasas de homicidio doloso por cada 100 mil habitantes; sin embargo, en el extranjero se manejan alertas en lo general para todo el país; y es en todos los sentidos comprensible: si usted fuera padre o madre de un estudiante norteamericano o europeo que parte a México para una estancia temporal, digamos un semestre en cualquier universidad, ¿estaría tranquilo con hechos como el de Culiacán, Sinaloa, o como el de Caballo Blanco, en Coatzacoalcos?

México es mucho más que ejecuciones, cárteles, secuestros y droga; sin embargo, el daño que han provocado delincuencia e inseguridad es evidente en cuanto a la percepción dentro y fuera del país.

El problema es que mientras no se vea un avance real en la reducción del índice delictivo; mientras se sigan registrando hechos tan lamentables como los mencionados, o como la masacre de la familia LeBarón, en Chihuahua, la percepción en el extranjero seguirá igual, los estudiantes de intercambio preferirán otras opciones y la inversión y el turismo seguirán llegando a cuentagotas.

La preocupación de Sergio Hernández

En los pasillos del Congreso se comenta que la principal preocupación del diputado Sergio Hernández no es perder la coordinación del Grupo Legislativo del PAN, ya que eso es lo que menos le importa; lo que más le dolería a don Sergio es perder la partida secreta de la que habría hecho uso desde que se convirtió en diputado.

Ese dinero, se dice, es el que se habría gastado el legislador panista en sus casas de enlace, así como en sus noches de fiesta, casi siempre bien acompañado.

Es el mismo recurso con el que habría pagado viajes a Las Vegas, así como salidas e incondicionales a Europa y Sudamérica.

De acuerdo con esas versiones, la partida secreta es el principal dolor del ex coordinador, quien ya no contará con un cajón de donde tomar dinero para pagar caprichos. Ese dinero es el que lo llevó de vender tamales en la calle –lo cual no es motivo de vergüenza– a ser un hombre acaudalado y de vida despreocupada.

@luisromero85