“El pueblo no permitiría otro golpe de estado”. López Obrador
Los 30 millones de mexicanos que votaron por Andrés Manuel López Obrador, según dato que mantiene en su portada el diario La Jornada, estábamos de acuerdo en unirnos para echar de una vez por todas del poder a esa pandilla de priistas y panistas que se apoderaron del país y dispusieron de sus recursos hasta paralizarlo y ponerlo en situación de una grave crisis de inseguridad y económica.
Claro que todos queríamos algo distinto, pero que se acercara primero a pacificar a la nación combatiendo y exterminando a los grupos criminales; castigando con cárcel y obligando a devolver lo robado a quienes han saqueado las arcas públicas; poniendo en práctica un modelo de desarrollo apoyado en la honestidad de los funcionarios públicos; tratando de recuperar los principios y los valores que a lo largo de estas últimas ocho décadas, cuando menos, se han perdido; rescatando y devolviendo el respeto a las instituciones para hacerlas más sólidas. Todo con la aspiración de volver a vivir en un país donde se antepusiera la aplicación de la justicia a la impunidad y que el que encabezara este proyecto, AMLO para el caso, devolviera el valor a la palabra que tanta falta hace para que los ciudadanos vuelvan a creer en sus gobernantes.
Esa era la idea, ¿no?, ¿en eso consistiría el cambio, eso era lo que queríamos los mexicanos?… Pero a casi un año de distancia las cosas no solo no mejoran, están peor.
Juntos haremos historia era el lema de la coalición que impulsó a AMLO a la presidencia, encabezada por un movimiento social (partido) denominado por sus siglas Morena. Y ante los últimos acontecimientos vale la pena reflexionar: esto que ha hecho López Obrador es lo que queríamos, está bien que no haya cumplido con sus promesas argumentando cuestiones que no estaban contempladas en los anhelos de quienes votamos por él.
Platicando este asunto con cuanto conocido pudimos en estos días de celebración de muertos, llegamos a la conclusión de que la gran mayoría está decepcionada, tanto, que juran no volver a votar por Morena, porque todo lo que se prometió fue al revés: las instituciones se fueron al diablo, la violencia aumentó y el trato a los malandros es mucho mejor, es parecido al de unos niños malcriados, mientras el de los ciudadanos, como el caso de los alcaldes que fueron a pedir audiencia al Palacio Nacional y los echaron con gases lacrimógenos, son reprimidos y lastimados.
En el asunto del combate a la corrupción no vemos a nadie, de los llamados peces gordos que se hincharon de dinero del erario, en la cárcel, la única que había la liberó AMLO, que es la maestra de la tranza y la corrupción, doña Elba Esther Gordillo; Carlos Romero Deschamps, el emblema del saqueo en Pemex sigue por ahí campante, ya sin la molestia de tener que atender las cuestiones sindicales porque ya no es el líder, pero disfrutando de los miles y miles de millones que obtuvo de los negocios que hizo al amparo del poder.
Enrique Peña se burla de todos los mexicanos exhibiéndose con un cuerazo en las albercas de los hoteles más caros del mundo, donde se da vida de “fifí” con todo lo que nos robó y… lo más delicado de todo el asunto, mientras a los miembros de las fuerzas armadas se les humilla, se les expone a que pierdan la vida en operativos mal elaborados, a los delincuentes, a los capos más peligrosos, se les deja en libertad para que sigan su vida delictiva sin la molestia de la presencia militar, lo que ha irritado mucho (y cómo no) a los altos mandos militares, quienes han puesto un hasta aquí, pintando su raya, definiendo su lealtad al pueblo de México, no a una sola persona, lo que provoca que AMLO salga a decir que el pueblo no va a permitir un golpe de estado.
¿Eso queríamos, eso querían? Porque nosotros, no. Pues eso es lo que tienen gracias a las torpezas de un gobierno que no alcanza a entender que para gobernar se requiere tener las cuatro virtudes morales o cardinales, la templanza, la serenidad, la justicia y la fortaleza, con una de estas que falle el proyecto se desploma.
Deseamos que sea este un mal momento el cual se supere pronto y que las cosas mejoren, que ese riesgo sea únicamente retórico porque hay que estar realmente loco para desear una guerra civil en nuestro país, Dios nos libre. Lo que sí debería el gobierno es hacer un sondeo entre todos los ciudadanos, ricos, de la clase media y pobres, porque de entre ellos salen los 30 millones de votos que logró AMLO, para saber cuántos le quedan dispuestos a defender al presidente de un golpe militar. Podría comerse sus palabras y ponerse a negociar respeto a nuestras fuerzas armadas.
Cárcel para los yunistas
En el contexto local, los habitantes de Veracruz que hace tres gobiernos no nos llega uno cuya cabeza tenga vocación de servicio y profundo compromiso social, que entienda que el capital político que más dura es el del reconocimiento al trabajo realizado a favor de los gobernados, ya no vemos la hora en que comience la cacería de yunistas, pero de los tantos que se llenaron las bolsas con dinero público, no chivos expiatorios que resultan ser más honestos que los propios integrantes de la 4T, como el caso de Tula Guerrero a quien por un capricho de Eric Cisneros quisieron enredar en un asunto de corrupción y cuando se dieron cuenta, porque no la conocían, que se trataba de un garbanzo de la libra, de la única funcionaria que trabajó en el yunismo honesta por los cuatro costados, tuvieron que recular.
Sabemos, porque el Congreso Local se ha encargado de difundirlo, que el daño patrimonial por desvíos de recursos de fondos federales, en el que se cometió en el gobierno de Miguel Ángel Yunes Linares, es muy superior a los mil 394 millones de pesos solo en 2017 y una auditoria parcial al 2018.
La segunda entrega de cuenta pública 2018 de la Auditoria Superior de la Federación a la Cámara de Diputados este jueves, sumó 382.8 millones de pesos del mal uso de recursos. Hay que recordar que ASF realiza la auditoría de la cuenta pública en tres entregas, la primera en junio, la segunda parte en octubre – que fue entregada este 31 de octubre- y la tercera será dada a conocer en febrero del 2020.
A esta cifra se suma la primera entrega del informe –en junio– donde el daño fue de 88 millones de pesos. Y también se sumarían 923.4 millones de pesos de malos manejos que se detectaron en 2017, el primer año de su gobierno
En total, el gobierno yunista devolvió al erario público recursos por 245.2 millones de pesos para resarcir el daño de diversos fondos, pero aún quedan pendientes de aclarar ¡un mil 394 millones de pesos! de las tres entregas de a cuenta pública 2017 y dos entregas de la cuenta 2018.
¿Cuándo van a comenzar a hacer justicia?, no a tomar venganzas políticas porque eso no entra en el diccionario de la 4T, según AMLO. Los veracruzanos ya queremos ver acción, si la improvisada Fiscal Verónica Hernández Giadáns, que entró solo para hacerse cargo del despacho, la van a dejar ahí por capricho del “me canso ganso”, pónganle cuando menos un visitador con experiencia, profesional en esos menesteres, que saque al toro de la barranca, de lo contrario los compinches de Yunes seguirán en el limbo de la impunidad, como lo hicieron los duartistas, solo que a ellos fue a cambio de millones de pesos, en cambio estos es a cambio de inexperiencia, ignorancia y falta de oficio.
Reflexión
Con las dos convenciones que lograron realizar ayer; la de Xalapa rural y urbano, los políticos que promueven la creación del nuevo partido político estatal PODEMOS, encabezados por su líder Francisco Garrido, han logrado sumar 19 de las 20 que exige el IEV como requisito para darles su reconocimiento, y aunque están a punto de cumplirlo se proponen realizar las 30 convenciones que les darán presencia en todo el estado mostrando así su capacidad de organización. Ya hay PODEMOS.
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