De acuerdo a estudios realizados por la Secretaría de Salud (SS) del gobierno federal, se estima que el 20 por ciento (350 mil aproximadamente) de los nacimientos que se registran en México corresponde a madres adolescentes de entre 15 a 19 años de edad, lo que tiene serias implicaciones para la salud puesto que representan embarazos de alto riesgo que propician que los bebés en gestación no se desarrollen en las mejores condiciones físicas y anatómicas.
Sara Infante Murillo, jefa del Centro de Ayuda a Alcohólicos y sus Familiares, dependiente del Instituto Nacional de Psiquiatría “Ramón de la Fuente Muñiz” (INPRFM), dio a conocer lo anterior el viernes 25 de octubre, durante su participación en el 2º Coloquio de Investigación en Ciencias de la Salud “Un encuentro multidisciplinario”, efectuado en la sala de videoconferencias de la Unidad de Servicios Bibliotecarios y de Información (USBI).
La especialista en trastorno de las adicciones ofreció la conferencia “Embarazo adolescente y adicciones: panorama actual” y refirió que existen investigaciones que indican que el problema de los embarazos en este sector de la población no se deriva de la falta de información de los jóvenes, sino por la falta de una cultura de la prevención que hace que no utilicen métodos anticonceptivos, por lo que consideró que se les debe informar más sobre los riesgos que conllevan los embarazos a temprana edad (entre ellos el consumo de sustancias nocivas para la salud).
Dijo que otro factor que afecta a las jóvenes por estos embarazos que generalmente no son planeados, es la alteración de la dinámica familiar con importantes repercusiones en su vida personal y su entorno social, asociado esto al riesgo materno y pobres resultados perinatales que representan un problema sociocultural y económico, afectándoles además en su etapa de estudiantes dado que son aún dependientes de sus padres y en ocasiones no tienen apoyo de su pareja, situaciones que en algunos casos propician nuevos embarazos e incremento de sus complicaciones.
Asimismo, Infante Murillo planteó el panorama del consumo de alcohol y sustancias nocivas a la salud, particularmente en adolescentes de 12 a 17 años de edad, que de acuerdo a una encuesta nacional reveló una tendencia al alza, mientras que la Encuesta Nacional de Consumo de Drogas, Alcohol y Tabaco 2016-2017 señala que el consumo y abuso de drogas en los últimos años se ha ubicado en el contexto nacional como uno de los problemas de salud pública de mayor relevancia, debido a las consecuencias sanitarias y sociales que experimentan quienes las consumen, por lo que el INPRMF realiza periódicamente estudios para evaluar la dinámica, transición y dirección del problema.
De acuerdo a estos estudios, precisó que las sustancias legales que más se consumen en el país son alcohol y tabaco, en primer y segundo lugar, respectivamente. El primero es el más extendido con graves consecuencias sociales y para la salud de la población, se le asocia con más de 64 enfermedades; mientras que el segundo contiene más de siete mil sustancias químicas, de las que cientos de ellas son tóxicas y pueden afectar casi todos los órganos del cuerpo, aumenta en una proporción de 2.5 veces el riesgo de muerte por enfermedad isquémica del corazón, así como 20 veces el riesgo de muerte por cáncer de pulmón y por enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC).
En tanto, la mariguana es la droga ilegal de mayor consumo, “por eso hago énfasis en los problemas que presentan los bebés, originados por el consumo de alcohol, tabaco o mariguana, y poco se está haciendo para detectar estos casos”, subrayó la ponente.
“Conociendo los problemas y riesgos que enfrenta la adolescente embarazada, y si los mezcla con el consumo de alguna droga, se debe apostar a la prevención y detección oportuna, de lo contrario no se podrá conocer la magnitud del riesgo de manera más madura”, destacó la especialista al finalizar su participación.
UV/José Luis Couttolenc Soto