Marlon Ramírez, dirigente estatal del PRI en Veracruz, se aventó la ocurrencia de señalar que los gobiernos municipales (se refería a los de su partido) gobiernan “a pesar de la indolencia de los gobiernos estatal y federal”.
Dijo que el partido que representa busca “conservar un país de libertades y progreso, no volver a 1970”.
En un boletín que circuló el CDE del PRI, el dirigente –ex regidor con licencia del Ayuntamiento de Veracruz– exhortó a los alcaldes priistas a “mantenerse cercanos al partido”; explicó que los gobiernos del tricolor sí saben gobernar y puso como ejemplo a Roberto Madrazo, en cuya administración estatal de Tabasco, apuntó, no hubo secuestros.
Sin embargo, una cifra de cero secuestros era común hace más de 20 años; hay que tener presente que el problema de la inseguridad y los índices de privación ilegal de la libertad tienen dos o tres lustros a lo mucho.
En lo que sí tiene razón Ramírez Marín es en poner a Roberto Madrazo como ejemplo del gobernante priista: el tabasqueño ganó la elección de 1994 excediendo hasta un nivel superlativo el gasto permitido por la autoridad electoral; diversos medios han dado cuenta de donaciones que por 241 millones de pesos habría recibido esa campaña priista en Tabasco.
Pocos políticos encarnan tanto al priismo y a todos sus vicios como Madrazo Pintado; no por nada fue descalificado del maratón de Berlín en 2007 tras descubrirse que el envidiable tiempo que alcanzó el tabasqueño obedeció a que no corrió la distancia completa. Fue tanta su vergüenza que el excandidato presidencial permaneció 12 años sin asomar la cabeza a los medios.
Es, en síntesis, un político con fama de simulador, corrupto y tramposo. Ese es el prócer priista que Marlon Ramírez puso como ejemplo de eficiencia gubernamental; el mismo que en las elecciones de 2006 se fue al tercer lugar con un 26 por ciento de los votos en una elección que 12 años después el propio tabasqueño reconoció como fraudulenta. Por algo tuvo tanto efecto aquella campaña alentada por sus detractores “¿Tú le crees a Madrazo?… Yo tampoco”.
Pues bien, Marlon Ramírez dice que “el anhelo del actual Ejecutivo Federal” es volver a 1970. Ahora resulta que el PRI es el progreso, cuando por más de 7 décadas representó todo lo contrario.
Lo cierto es que el Revolucionario Institucional ha venido a menos en la última década, tanto en el contexto nacional como en el escenario veracruzano. En las elecciones locales más recientes, por ejemplo, las de 2017, en alianza con el Verde Ecologista de México, sólo alcanzó el triunfo en 36 municipios, casi todos pequeños, sin demasiada importancia electoral; y a este paso, dada la desbandada de cuadros importantes, es más probable que caiga aún más a que logre levantar la mano en el proceso 2020-2021; y es que no hay una fuerza política tan desacreditada, rechazada y señalada por los abusos en el poder y por la corrupción como el PRI; por eso resultan tan irrisorias las declaraciones de Marlon Ramírez, quien evidentemente no sólo no tiene la menor idea de los antecedentes de tricolor, sino que no sabe dónde está parado y cuál es el ánimo ciudadano con relación a su partido. @luisromero85