En su segundo día de actividades, el 9° Festival Internacional Jazzuv, organizado por el Centro de Estudios de Jazz de la Universidad Veracruzana (Jazzuv), generó gran interés entre los estudiantes universitarios y músicos de la capital veracruzana, quienes desde temprana hora acudieron a las clases maestras que impartieron Emmet Cohen y Albert “Tootie” Heath en la Casa del Lago UV y el Teatro “J.J. Herrera”, respectivamente.
Ambos músicos interpretaron piezas y fragmentos con los cuales explicaron a los alumnos del Jazzuv cómo abordan ellos la interpretación, así como la interacción con los demás miembros de la banda.
En la Casa del Lago, Emmet Cohen estuvo acompañado en el contrabajo por John Webber y Gustavo Bureau en la batería, quienes iniciaron la clase interpretando Just squeeze me de Duke Ellington.
Al finalizar, el pianista estadounidense dijo al auditorio que previamente no sabían qué iban a tocar y tanto Webber como Bureau comenzaron a seguirlo; incluso, advirtió, es la cuarta ocasión que toca con el contrabajista y la primera vez que toca con el académico de la UV, demostrando con ello un punto que consideró esencial: escuchar a los demás integrantes del ensamble.
“El piano tiene que ser como una orquesta, tienes que buscar que suene como una orquesta, de hecho todo el grupo debe aspirar a sonar como una orquesta”, apuntó.
Para alcanzar este propósito se pueden basar en compartir un mismo lenguaje, que en este caso hace referencia a los acordes y las escalas que componen la canción o la improvisación.
En segundo y tercer lugar deben estar presentes también la espontaneidad y la creatividad, que se convertirán en parte de la ejecución en ese preciso momento y permiten que cada músico pueda expresarse personalmente y aportar al sonido del ensamble.
“Pero la espontaneidad y la creatividad solas no son jazz, tiene que haber un conocimiento del lenguaje, por ello es tan importante practicar y conocer los acordes y las escalas”, expresó.
Respecto a la comunicación entre los miembros de una banda o agrupación, subrayó que “lo más importante es desarrollar la habilidad para escuchar porque como en la vida, en el jazz hay que estar todo el tiempo tomando decisiones sobre las opciones que tenemos, y la mía fue que yo debo aspirar a hacer sonar mejor a todos los de la banda”.
Por tal razón, puntualizó la importancia de ser respetuoso; primero con los integrantes de la banda y también con el público, “este es el aspecto humano de la música: considerar a los otros en la interacción que permite, como este momento”, señaló Cohen.
En su clase maestra, Albert “Tootie” Heath se presentó a las 12:00 horas en el Teatro “J.J. Herrera”, donde dio consejos a los estudiantes, académicos y aficionados en general que llenaron el espacio.
“Tootie” Heath acompañó su clase con bromas y chistes sobre su estancia en el festival y dijo sentirse muy contento de haber vuelto a formar parte del programa.
Al sentarse frente a la batería explicó las diferentes formas en las que se puede marcar el tiempo y el ritmo de una pieza, pero sobre todo recordó que “cuando se es joven uno trata de tocar todo lo que sabe y gradualmente se acelera el ritmo de la pieza que al final cierra abruptamente porque todos tratan de seguir al baterista y no lo alcanzan”.
Tal consejo llevó a una segunda recomendación a los jóvenes: trabajar para desarrollar una base rítmica sencilla porque son quienes llevan a todo el grupo y en algunos casos “hacer menos es más”, por lo que recomendó practicar para tener firme la noción del tiempo.
“Deben tener trabajado el tiempo porque si se pierden se puede perder la armonía de la canción”, dijo a los universitarios.
Recién comenzada la clase pidió a uno de los alumnos que subiera a tocar la batería para ejemplificar cómo un mismo ritmo se puede acentuar de distintas formas, desde una forma “mexicana”, la forma “nigeriana” que aprendió de escuchar a Kenny Clarke y la que Heath ha desarrollado a lo largo de más de cuatro décadas de trayectoria.
“Tootie” Heath remarcó que uno de los propósitos del baterista es hacer interesante lo que los demás están tocando para que resalten; también puede tocar pequeñas ideas que pueden incorporar los demás músicos y llevar a la pieza, ya sea en sus respectivos solos o en improvisaciones.
“La función del baterista es crear interés a través de sugerencias con frases sencillas, a esto se le llama entrar en conversación”, comentó.
UV/David Sandoval