Se considera que hasta el 25 por ciento de pacientes diabéticos pueden verse afectados con ulceras en los miembros inferiores, debido a que pueden sufrir daños en nervios y pérdida de sensación en los pies, lo que llega a impedir que sientan cortaduras, ampollas o llagas que pueden ocasionar lesiones graves e infecciones.
Existen diversas alternativas médicas para dar tratamiento a las lesiones por pie diabético y una de ellas es una técnica de limpieza de las heridas que emplea larvas de grado médico de la mosca lucilia sericata, producidas de manera estéril o para uso quirúrgico en un laboratorio especializado.
La efectividad de la llamada larvaterapia en el Hospital General Doctor Manuel Gea González, en la Ciudad de México, es de 85 a 100 por ciento, asegura el doctor José Contreras Ruiz, jefe de la sección de Clínica de Heridas y Estomas de la división de Dermatología de la institución de salud pública.
Esta larva, explica el especialista, conforme se mueve dentro de la herida desprende el tejido muerto y las enzimas proteolíticas que libera hacen más fácil su eliminación por médicos o enfermeras. Al ser tan selectivas no dañan el tejido bueno y tardan en limpiar la herida infectada entre 24 y 48 horas.
El doctor Contreras Ruiz refiere que 20 por ciento de las consultas de pacientes diabéticos en este hospital es por pie diabético, lo que implica la intervención de varios especialistas para un tratamiento integral, donde la larvaterapia es clave para la cicatrización.
“El pie diabético tiene un componente vascular, infeccioso, de tejido dañado o muerto y en control de la glucosa. Por lo que el manejo interdisciplinario es indispensable e implica tener control del nivel de azúcar en la sangre del paciente. Un infectólogo debe realizar la revisión y análisis de las bacterias de la herida para que las larvas se coman todo lo podrido y contrarresten el daño que causan las bacterias.
“En muchos casos se trata de pacientes en sillas de ruedas o que no hacen su vida normal por las úlceras, hay depresión y las parejas se enojan con ellos. Imagínese estar durmiendo en la misma cama con alguien que tiene una llaga abierta tantos años. Una vez que los mejoramos y los hacemos cicatrizar, mejora muchísimo la calidad de vida”, afirma el doctor Contreras Ruiz.
No obstante, hay casos donde los pacientes llegan con una herida infectada avanzada o con gran cantidad de pus y de tejido muerto que las larvas no alcanzan a comer, porque la infección avanza más rápido. Entonces, lo que requerirán de un manejo quirúrgico antes de usar las larvas.
Reitera que las larvas utilizadas en la Clínica Interdisciplinaria de Cuidado de Heridas y Estomas, del Hospital General Doctor Manuel Gea González, provienen de un proceso controlado en el laboratorio. Cabe destacar que este nosocomio fue el primero en México y Latinoamérica en aplicar la larvaterapia.
La técnica, estandarizada en todo el mundo y aprobada por la FDA (Food and Drug Administration) de EU, también está indicada en heridas de muchos tipos, como las úlceras venosas o varicosas, lesiones por presión o escaras del encamado, en heridas quirúrgicas que no han cicatrizado o en cualquiera de tipo crónico donde exista material muerto.
Raúl Serrano / Agencia ID