Cuando era niño, hojeando un libro, José Manuel Cravioto vio fotografías de la fatídica noche del atentado estudiantil en Tlatelolco, ocurrida el 2 de octubre de 1968. Dice recordar que aparecía un infante muerto en las imágenes, lo cual lo marcó por completo.
Ahí comenzó una inquietud que dejaría macerar para después retomar; primero, prefirió evocarse en la realización de cine documental musical, con Seguir siendo: Café tacvba (2010) y pasar a la ficción inspirada en la realidad con El más buscado (2014), que toma la vida de Alfredo Ríos Galeana, uno de los asaltabancos mexicanos más polémicos en el siglo XX.
Pero la idea persistía en Cravioto, porque creía que el 68 era un pasado nebuloso indescifrable, en el que además su propia familia estuvo inmiscuida de cierta manera.
“Conforme pasaron los años, me enteré que mi papá había estudiado en la UNAM. Le preguntaba del movimiento, intentaba explicármelo, pero nunca lo pudo hacer bien, me contó que mi abuelo, quien era general retirado, le prohibió salir, porque algo veía en el ambiente. Esas cosas fueron armando una suerte de temas que se fueron agrupando en mi cabeza de manera inconexa”, describe Cravioto, en entrevista con Reporte Índigo.
Marcado también por el documental del 68, El grito, dirigido por Leobardo López Arretche, más las narraciones en primera persona de quienes fueron parte del movimiento estudiantil, desde esta trinchera fílmica, fue como Cravioto construyó un guion que tituló como el batallón paramilitar que se encargó de desestabilizar a los jóvenes alumnos de la UNAM y el Politécnico: Olimpia.
“Aquí hay una historia que no se ha contado con este punto de vista y que me gustaría algún día contar, y Olimpia, de alguna manera, es el pretexto para poder poner todas esas historias y decir ‘hay algo que no se ha dicho’, vamos a llamarlo un desmanoseo de la historia que yo quiero hacer”, argumenta el cineasta, en referencia a cómo es que el 68 ya ha sido narrando en diversas ocasiones, tanto en series, como en películas.
Después de haber completado su circuito de festivales en México y en el mundo, Olimpia se estrena en cines a partir de hoy. La cinta tuvo un presupuesto aproximado de 7 millones de pesos, pero con un costo real de 15 millones, ya que la mayoría de los creativos donaron su trabajo
Cuidado con la ‘ley garrote’
Han pasado más de 50 años de esa masacre estudiantil y la ciudadanía de ese entonces creció con miedo a represalias, a ser castigada por el Estado, pero poco a poco se ganó el derecho a la libre expresión; ahora, en 2019, en Tabasco –de donde es oriundo el ejecutivo federal– se legisló la llamada “Ley garrote”, que penaliza a quienes obstruyan vialidades y obras públicas.
Esta reforma al Código Penal del estado costeño ha sido considerada anticonstitucional por parte de la Comisión de Derechos Humanos de Tabasco, por lo que Olimpia llega en un momento de reflexión para la libre expresión nacional.
“Con todas estas aprobaciones de leyes de manera expresa, incluso, desde el sexenio anterior, de pronto me dije ‘pareciera que no se ha ganado nada’, pero se ha ganado en términos de comunicación, con el público en general; este tipo de leyes lo único que generan es lo que se peleó hace 50 años, que es salir con miedo a las calles”, agrega Cravioto.
México ha pagado la libertad de expresión con sangre, los 43 normalistas de Ayotzinapa son un ejemplo vigente de esto, por lo que Cravioto exhorta que, aunque se ha pugnado por derechos para los ciudadanos, los beneficios han sido pocos en cinco décadas.
Esta película es para hablarle a los jóvenes y decirles que lo que ganaron ellos es que pudiéramos hacer un proyecto así, que nos acordemos que podemos salir y estamos en todo nuestro derecho a manifestarnos – José Manuel Cravioto, Cineasta
“Se logró, recientemente, que se reabriera el caso a los 50 años y la abolición del cuerpo de granaderos, dos puntos de un pliego de cinco o seis, ojalá que dentro de otros 50 años se ganen otros dos puntos y se haga otra película para recordarnos que todavía no se logran los derechos bási- cos”, precisa el director.
El toque linklater en Olimpia
En 2001, el cineasta Richard Linklater sacó un largometraje que resultó innovador en su momento, incomprensible visualmente para la mayoría. ¿Cómo lo hizo? Con el paso del tiempo se comprendió la técnica de rotoscopio que el realizador aplicó en Waking life y ahora Cravioto la usa para Olimpia. El director mexicano admite su clara oda hacia su colega estadounidense.
“Se me quedó muy guardado Waking life y luego más tarde A scanner darkly (2006), de él mismo, que fue una continuación con esa técnica. A mí, de entrada, te puedo decir que me identifico mucho con el cine de Richard Linklater, porque si buscas dónde está conectando sus inquietudes, lo encuentras”, revela el también guionista.
Cravioto concibió Olimpia desde un inicio como una película que utilizara esta técnica de animación, para también incorporar imágenes documentales de El grito, y hacer una fusión de la realidad con la ficción.
“Waking life y ejemplos de rotoscopía que utilizan temas políticos y existenciales, generaban la reflexión que al ser animaciones tú no te preocupabas tanto por qué actores eran, o si había efectos especiales, o si el arte estaba bien. Meterme en el tema y la animación me permitió entrar en otro nivel de abstracción y no de ver una película mexicana con lupa, de a ver si les quedó bien”, subraya.
La izquierda que nos tocó vivir
¿Vivimos en la izquierda que México quería en 1988 con las elecciones corrompidas por el PRI, la izquierda que merecemos, o la que nos tocó? Cravioto expresa que es justo la última opción, además de que todavía es muy pronto para lanzar un veredicto de cómo avanza la autoproclamada Cuarta Transformación.
“Es muy difícil decir si están saliendo bien las cosas o no, por eso creo que contestaría diciendo que es la que nos toca, además, como en el día a día, la incertidumbre está por un lado y por el otro la energía de decir ‘bueno puede haber algo mejor’”.
Reporte Indigo/ Hidalgo Neira