Cuando Jorge Winckler Ortiz rindió protesta como encargado de despacho y luego titular de la Fiscalía General del Estado, no imaginaba que terminaría como su antecesor, Luis Ángel Bravo Contreras: huyendo de la justicia y con una orden de aprehensión a cuestas.
El abogado Winckler, una pieza en el ajedrez del ex gobernador Miguel Ángel Yunes, rindió protesta al terminar 2016.
El fiscal que fue separado del cargo de forma “temporal” por la actual Legislatura, tuvo un paso con más pena que gloria.
Arrogante hasta el exceso, Winckler exhibía su dependencia hacia Yunes Linares y nunca se molestó por cortar el cordón umbilical que le unía al ex gobernador.
Al final, sólo permaneció en el cargo durante poco más de dos años, más o menos el mismo lapso en que se mantuvo Luis Ángel Bravo Contreras en la fiscalía.
La historia de Winckler podría terminar igual que la del fiscal que fue nombrado por Javier Duarte.
La diferencia entre esos dos casos probablemente radica en que quienes encarcelaron a Bravo Contreras sólo se mantuvieron en el poder estatal por un periodo de dos años; en cambio, quienes hundieron la daga en el pescuezo de Winckler estarán ahí hasta 2024.
El adagio popular de que los carniceros de hoy serán las reses de mañana cobra sentido con el caso de los ex titulares de la Fiscalía: Winckler persiguió y encarceló a Bravo; hoy, el fiscal nombrado por Yunes podría correr con la misma suerte, si es que se ejecuta la orden de aprehensión que habría liberado un juez contra el abogado yunista.
A estas alturas, los ex duartistas acusados y perseguidos y encarcelados por Jorge Winckler deben estar festinando la suerte de quien hoy pareciera condenado al patíbulo, al igual que cinco ex colaboradores que son señalados por su presunta implicación en el delito de privación ilegal de la libertad, entre ellos el ex fiscal anticorrupción y el ex fiscal especializado en casos de personas desaparecidas.
Por cierto, al margen del manejo discrecional de los recursos del organismo y de la inclusión de amigos y operadores políticos en la nómina de la Fiscalía, lo más preocupante es la ineficiencia del equipo de Jorge Winckler.
La semana pasada, la encargada del despacho en la Fiscalía, Verónica Hernández, reveló el enorme rezago: 50 mil carpetas de investigación no están actualizadas y unas 10 mil ni siquiera se encuentran en el sistema.
Se trata de una ofensa para miles de veracruzanos, que además de ser víctimas de la delincuencia también enfrentan el tortuguismo de las oficinas que deberían procurar justicia.
La recta final en la carrera por el ORFIS
Esta semana, el jueves a más tardar, la Comisión de Vigilancia en la Legislatura del Estado dará a conocer la terna final de los aspirantes al cargo de auditor general del ORFIS.
De los sesenta aspirantes que se habían registrado en este proceso, poco más de 50 quedan con vida en la carrera; 8 fueron descartados desde el inicio debido a que no cumplían con el requisito de la edad o de la carrera.
Entre quienes permanecen “vivos” en el proceso se encuentra Delia González Cobos, fortalecida por sus nexos con el Gobierno del Estado; y Cecilia Coronel Brizio, a quien se recuerda como ex tesorera en las administraciones de Ricardo Ahued y David Velásco en Xalapa.
De igual manera, se habla de Luis Gabriel Andrade Cárdenas, quien fuera director de Auditoría al Gasto Público, uno de los espacios más importantes en la estructura del ORFIS, director de Auditoría y Revisión Financiera en la Legislatura de Veracruz; y director Administrativo del Poder Judicial; y del actual auditor general, Lorenzo Antonio Portilla, quien llega con el aval de su desempeño en dicho organismo autónomo.
En cuestión de días, incluso horas, se despejará la incógnita de la terna y, con ello, se comenzará a perfilar la decisión final, que estará en manos del pleno. @luisromero85