Hace una semana, el Presidente ya se los había advertido. Ayer de plano les dijo que estaba avergonzado. A menos de un año en el gobierno, el Presidente y Morena -el partido que fundó y que lo llevó al poder- empiezan a hacer públicas sus diferencias.
Morena se ha convertido en una piedra en el zapato del Presidente. No sólo por la lucha anticipada por sucederlo –lo que ha tenido consecuencias en la fractura de sus grupos parlamentarios en el Congreso de la Unión-, sino por la impericia e incapacidad de los Gobernadores y la ambición desmedida de muchos de sus militantes incrustados en las burocracias federal, estatales y municipales. Los empachó el poder.
Tras la agria disputa por la Presidencia de la Cámara de Senadores -Mónica Fernández fue electa como nueva presidenta de la Mesa Directiva en sustitución de Martí Batres-, Ricardo Monreal se apuntó otro triunfo político frente al tabasqueño.
La decisión no gustó al Presidente, pero acomodó su discurso para erigirse como un demócrata y lanzar una seria advertencia a sus partidarios. “Lo que acaba a los partidos es el pragmatismo, la falta de ideales y principios, el buscar triunfar a toda costa, sin escrúpulos morales de ninguna índole. La ambición del poder por el poder”, y que “se debe poner siempre por delante el interés general de la nación”.
Al parecer, nadie acusó recibo porque la lucha por los puestos clave se agudizó; López Obrador tuvo que recurrir a una amenaza inédita: en caso de que Morena se corrompa, presentará su renuncia y pedirá que le cambien de nombre al Partido. “Morena debe mantener los ideales que le llevaron al poder”, advirtió.
Y dijo: “Yo, si el partido que ayudé a fundar, Morena, se echa a perder, no solo renunciaría, sino que me gustaría que le cambiaran de nombre, que ya no lo usaran porque ese nombre nos dio la oportunidad de llevar a cabo la Cuarta Transformación de la vida pública del país y no se debe manchar”, expresó.
Otra vez nadie lo escuchó. Todos se enfrascaron en la siguiente batalla: la Presidencia de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados.
Desconociendo el reglamento y los acuerdos previos, Morena intentó modificar la ley para conservar en su poder el control de la Cámara de Diputados por los tres años que dura la presente Legislatura. Porfirio Muñoz Ledo y Mario Delgado encabezaron la intentona reeleccionista que fue avasallada por una crisis institucional que amenazaba romper la gobernabilidad de la Cámara.
Nuevamente, la respuesta del Presidente fue terrible para el partido: consideró un retroceso y una vergüenza el intento de los diputados de Morena de modificar la ley para retener la Mesa Directiva en San Lázaro y celebró que el diputado Porfirio Muñoz Ledo haya renunciado a la presidencia de la Cámara de Diputados respetando la ley orgánica del Congreso de la Unión.
“La transformación de México pasa por el estricto apego a la legalidad. Es decir, que se acabe con la simulación. Esa máxima que viene desde la época de Porfirio Díaz de que la ley se respeta en la forma para violarse en el fondo. Nadie puede estar por encima de la ley”, dijo el presidente durante su conferencia en Palacio Nacional.
Por la tarde, el PAN ya presidía la Cámara de Diputados tal y como lo marca el Reglamento. Contra su voluntad, Morena había cedido la Mesa Directiva.
En los días por venir, el Presidente y su partido tendrán otra prueba para conocer la gravedad de las heridas. Morena elegirá a su nuevo dirigente nacional el próximo 23 y 24 de noviembre; la fecha de la elección se determinó luego de que el Comité Ejecutivo Nacional (CEN) y distintas instancias del partido aprobaron la convocatoria para su III Congreso Nacional.
Y aunque originalmente la fecha de elección se había establecido el 20 de noviembre, el partido decidió aplazarla tres días para contar con la asistencia del Presidente luego de que este mencionara que asistiría a la elección “si se lleva a cabo en fin de semana”.
La semana pasada -durante la reunión plenaria de Morena previo al inicio del periodo ordinario de sesiones y el primer informe Presidencial-, López Obrador propuso a los legisladores federales de que el método para elegir al siguiente dirigente fuera por encuesta, la práctica favorita para legitimar una decisión ya tomada.
Luego de los fallidos intentos de reelección en las Cámaras de Diputados y Senadores, la actual presidenta nacional de Morena, Yeidckol Polevnsky debe estar pensando seriamente en retirar sus aspiraciones de continuar en el cargo.
El partido que va a derrocar a Morena, será Morena. Por eso el Presidente está avergonzado.
Las del estribo…
- ¿Cuál es la diferencia entre la frivolidad y el desenfado con que los diputados del PAN han tomado la remoción “temporal” de su fiscal carnal y la angustia inocultable de los colaboradores más cercanos de Jorge Winckler, durante la conferencia de prensa que ofreció la noche del martes? El fuero.
- Verónica Hernández Giadans necesitará mucho más que ser honesta para poder ejercer con dignidad y eficacia el cargo de Fiscal General. Lo entenderá de las formas que no imagina. Por lo pronto, ya le entregaron el primer ejecutado en el mercado Rendón de Xalapa.