Hace 25 años que Marco Antonio Campos, poeta, ensayista, traductor y cronista, no visitaba la Universidad Veracruzana (UV), ausencia que terminó este 2019 al impartir la conferencia inaugural del ciclo escolar en la Facultad de Letras Españolas, a inicios de agosto.
En principio, el poeta pensó en conversar con los universitarios sobre la poesía de Octavio Paz y Jorge Luis Borges; no obstante, conforme avanzaba en su charla se dio cuenta que sólo habría tiempo para hablar de cuatro poemas de Paz que son sus obras más logradas: “Piedra de sol”, “Blanco”, “Pasado en claro” y “Nocturno de San Ildefonso”, considerada por él como uno de los mayores poemas en castellano.
Posteriormente, el escritor compartió su tiempo para hablar sobre la poesía de Octavio Paz y el papel de la literatura en los jóvenes.
¿Cuál fue el motivo de su visita a la Universidad, en específico a la Facultad de Letras Españolas?
Vine a la Facultad con el propósito de conversar en una suerte de diálogos latinoamericanos, pero fue tan larga la conferencia que sólo acabamos hablando de Octavio Paz, lo cual podría ser muy buen pretexto para una próxima inauguración de cursos y dedicarlo para hablar sobre Borges; sin embargo, fue muy agradable volver a Xalapa ya que tenía cerca de un cuarto de siglo que no venía.
A 50 años de su época como estudiante, ¿considera que ha cambiado el interés de la juventud por la literatura?
Mire, lo que sucede es que en aquel entonces no existían las redes sociales ni el Internet, si uno quería la cultura se confundía con el libro, incluso Borges dice lo que decimos muchos: yo tengo el culto del libro. Le puedo decir que puedo leer libros en Internet, pero me cuesta cuatro veces más trabajo que leerlos en físico, lastiman infinitamente menos los ojos porque el papel es mate. Incluso para tomar notas, me es más difícil estar tomando notas de la computadora.
Pero tampoco hay que idealizar el pasado y decir que eran más cultos, probablemente un poquito más. Durante muchos años impartí clases en universidades privadas (ocho años en la Universidad Iberoamericana), en Austria, en Buenos Aires, en Estados Unidos y en Jerusalén; puedo decir que la media de lectura era de 10 y 12 libros entre los jóvenes de 18 a 20 años.
Esto tampoco es para decir: pobre México, sólo se leen 10 libros por persona, etcétera. Recuerdo que en el año 2000 estaba en Francia y una francesa me dijo que ellos estudiaban a Molière y a Racine desde la primaria y le dije: “Mira, conozco muy bien Francia y lo que acaban de publicar los periódicos es que los jóvenes –como aquí en México y casi en todas partes– se manejan a 100 palabras por día; es grave en México, pero no me vengas a decir que son superiores los franceses porque están en las mismas”.
Retomando el tema de su conferencia, ¿cuál es la vigencia de autores como Paz y Borges en la actualidad?
Ante todo, a los jóvenes les procuro compartir la parte emocional e imaginativa que puede haber en un autor, que es la base de la poesía; a Paz se le considera en general un poeta abstracto, un poeta intelectual, como a Borges.
Pero Paz tiene poemas confesionales muy desgarradores, Borges también, y lo que yo quise analizar fueron los poemas extensos de Paz que creo son lo mejor de su obra. “Piedra de sol” fue el poema que lo consagró definitivamente desde que se publicó en 1957, todos se rindieron ante Paz con ese poema que es circular, empieza como termina, con 584 versos que asemejan el calendario venusino entre los aztecas, son todos versos endecasílabos blancos, es decir, sin rima. No hay una sola coma, todo va como girando y es un solo verso a la vez.
Después analizamos “Blanco”, que –no es porque sea el poema que más me guste– cierra las vanguardias. Aunque advierto que son fechas simbólicas, no quiero decir que el autor o sus lectores sean conscientes de que aquí inician o terminan las cosas. Como cuando se habla del suicidio de Manuel Acuña como el fin del romanticismo, se siguieron escribiendo poemas románticos; son los críticos e historiadores quienes van definiendo las etapas.
A continuación, hablé de “Pasado en claro”, que escribió Paz a los 60 años; hay otro poema que no sé si lo influyó en ese sentido, “Memorial de Isla Negra” de Pablo Neruda, que también lo escribió a los 60 y es una revisión del pasado.
“Pasado en claro” tiene varios significados, como pasar en claro la escritura, pasar en claro nuestro pasado, pasar en claro el pasado prehispánico, histórico, porque hay momentos en los que Paz habla de eso y sabemos que la historia le preocupó mucho al final de su poesía, particularmente comienza a darse en la década de los sesenta como en sus libros Ladera este o Vuelta.
Cerré con un poema que me parece de los más grandes de la lengua española: “Nocturno de San Ildefonso”, que evoca a la Escuela Nacional Preparatoria, que ahora está convertida en un museo y antes fue el convento de los jesuitas y con Gabino Barreda se convirtió en escuela.
Este poema me interesa especialmente porque está dividido en cuatro partes, está como empiezan siempre los poemas de Paz: interrogándose hacia dónde va con la escritura con esa “caligrafía de alto voltaje”, porque a pesar de que tenga las manos frías, la caligrafía arde; entonces, Paz evoca en sus recuerdos a San Ildefonso, que también son las calles del centro, calles de tezontle y poco iluminadas.
Habla de la plaza del Zócalo, vasta como un firmamento, y una tercera parte, que es crítica y autocrítica de la política, sobre todo de la izquierda y curiosamente lo que entra ahí es el “nosotros”. Paz se integra en eso y habla del secretario general del infierno y ese secretario es una referencia a los comités comunistas, habla así de lo que eran Brezhnev y Kruschev.
La última parte del poema, una especie de anticlímax después de una caligrafía de alto voltaje, implica que se para y se va al lecho donde está su mujer, “enarenada de luna” y llega el alba. Es un poema redondo que posiblemente no puedo explicar y es mejor que cada persona lo lea.
¿Cómo sintió la receptividad de los estudiantes?
Fue una hora y 20 minutos de conferencia; la receptividad dura unos 40 minutos y que hayan aguantado una hora y 20, que se hayan salido los que se tengan que salir y se hayan quedado 80 personas o más es satisfactorio.
UV/ David Sandoval