Despresurizaría mucho la crisis política la renuncia de alguien en Palacio. Sí, la del escritor patito. –Chopenjawer
Inició como una palapa, allá por los 70. El «White Horse» o «Caballo Blanco» era una de las botaneros más populares y emblemáticos de Coatzacoalcos. Y así duró por décadas.
Su propietario más conocido fue Gonzalo Lastra Jiménez, «El Gato», fallecido hace algunos meses. Durante muchos años se le conoció como un excelente administrador de cantinas, de las antigüas: trago, cerveza, botana y ya. Si acaso te ligabas una gorda que ya veías con ojos de amor al paso de 5 caguamas o 15 medias. La calentura, ya sabe, al hervor de la temperatura alta y el refresco de cebada bien muerto.
«El Gato» falleció a los 60 y tantos. Alcanzó todavía a ver cómo su bar se convertía poco a poco en «teibol-dans», orientándose a giro negro, piquera; hasta hace poco, también en un centro de vicio que tuvo –al menos– un par de cierres temporales por las dificultades de las nuevas épocas: las de lidiar con el crimen organizado que no existía o estaba controlado.
Coatzacoalcos era un puerto que no le pedía nada a la zona Veracruz-Boca del Río. Tiene un malecón impresionante, larguísimo. En su mejor época, cada cuadra tenía restaurantes, bares, palapas, casinos, puestos de dulces, hamburguesas, venta de cocos, raspados, paraderos para chelas; había sitios también familiares y no familiares. Espacios deportivos, para el romance otoñal o para el faje ocasional.
Los viernes y sábados eran la locura: buena parte del sur de Veracruz viajaba a Coatzacoalcos aunque sea para sentarse en el malecón con un cartón de cervezas. Los más bohemios, sacaban la guitarra para echarse unas rolas; o no faltaba el que tenía las bocinas mamalonas en el auto para presumir a todo volumen y había de todo: norteñas, rock and roll, baladas de moda y hasta Chico-Ché.
Uno se sentaba en la orilla del malecón y volteabas a la izquierda o a la derecha: veías una cantidad de gente impresionante sentada, todos pegaditos, casi apretados; el arroyo vehicular también: a vuelta de rueda porque el tráfico estaba atascado.
Fue en el Fidelato, cuando era alcalde Marcelo Montiel en su periodo de 2008-2010, que se determinó la prohibición en Coatzacoalcos para que la gente dejara de consumir bebidas alcohólicas en el malecón, con el argumento de que era inseguro. Enojó a muchos la medida, porque era una tradición de años ir al malecón costero y pocas veces se supo de escándalos o desmanes, porque la gente era respetuosa. En realidad no había motivo alguno más que beneficiar a los dueños de bares y discotecas que estaban instaladas en la playa para retacarlos de clientes.
Pero otro beneficiado era el crimen organizado que se estaba instalando en la ciudad, tomando el control de la plaza en ese entonces «Los Zetas». Era obvio que la estrategia, en complicidad con autoridades, era llenar los antros con la chamacada, la potencial clientela que poco a poco sería arrastrada al submundo de las drogas y no eran pocos: eran miles.
Desde esos años, Coatzacoalcos se fue yendo para abajo: levantones a plena luz del día, ejecuciones, extorsiones telefónicas, secuestros al por mayor, amenazas de muerte. Lentamente se iba pudriendo el antigüo Puerto México con la protección oficial y ese «orden» establecido se fue yendo al caño por los «nuevos dueños» que encontraron una mina de oro.
Lugares como el «White Horse», inevitablemente, tuvieron que sumarse a la nueva dinámica: era entrarle a ser punto de venta del narco o cerrar definitivamente. Aparte tenía que convertirse en un lugar para regentear otros negocios ilegales como la prostitución.
Por ejemplo, en Minatitlán muchos conocimos a las meseras o bailarinas que tenían como «managers» o «representantes» a las «paisanas» (señora de edad de origen zapoteco, buenas para los negocios), pero tuvieron que ceder ante la mafia nueva que llegaba a Veracruz.
Terrorismo sureño
Lo de este martes por la noche es sólo un peldaño de los escalones más altos de la violencia que se espera en Coatzacoalcos y la zona sur de Veracruz; ya estamos en niveles de terrorismo por el uso de explosivos y de la crueldad por niños muertos en hechos sangrientos en los últimos años.
Algo inédito en Coatza, por ejemplo, han sido los cuatro incendios de lugares que se han negado a pagar el llamado «derecho de piso», pero casos como el «White Horse», con la gente adentro y matando a los parroquianos que solamente se metieron ahí para divertirse, ya cruzó los límites.
De hecho, recuerda a esa matanza en Nuevo León en el Casino Royale, donde un comando prendió fuego al lugar, matando a 52 personas.
En Veracruz no había un suceso similar con un número tan elevado de víctimas: hasta el cierre de esta edición, se hablaba de 28 y posiblemente crucen las 30; ni en Sánchez Taboada –la peor masacre que se recuerde en la entidad– llegaron a tanto y eso que fueron 22 policías judiciales ejecutados por narcotraficantes, allá por Hidalgotitlán, en 1985.
Por cierto, a esta matazón del «Caballo Blanco» se le vincula el secuestro de dos personas por parte de supuestos elementos de la Fuerza Civil al servicio de un cártel. Se trata de dos personas identificadas como Agustín Javier Ronsón González y Josimar Ríos López; el primero, según versiones de medios, dicen que era el dueño del «Caballo Blanco» lo que ya se confirmó por fuentes extraoficiales que es totalmente falso. Lo que sí es cierto, es que ambos se dedicaban al narcomenudeo «por la libre».
Otro dato es que al interior del «Caballo Blanco» fueron encontrados casquillos 9 milímetros.
Hablo con tres amigos del sur y les pregunto lo mismo: «¿crees que Coatzacoalcos se pueda rescatar?» y me dicen lo mismo: «No, falta todavía por ver mucho; esto ya está perdido; aunque manden mil soldados, no sirve de nada».
De hecho el envío de la Fuerza Civil a Coatza coincidió en que comenzaron con los incendios a locales comerciales.
Y es que tanto Minatitlán como Coatzacoalcos tienen soldados, marinos, policías estatales, policías municipales, policías federales; tienen todas las corporaciones habidas y por haber, pero algo pasa que no cuaja la estrategia de seguridad. Súmele a que todavía la estrategia gubernamental (muy pedorra, por cierto) es el combate de lo que llaman «las raíces», mientras la violencia sigue, el terror escala y el temor permanece.
Tanto así andan de perdidos, que mientras quemaban el «White Horse» en Coatza, a unos metros del Palacio Municipal de Minatitlán una pareja de malandros incendió un local de productos naturistas. Todo coordinado, no fue casualidad.
No por nada, el experimentado reportero policiaco David González Cruz calificaba las horas recientes como la «Violenta y funesta noche de martes en la zona sur».
¿Qué te pasó, Coatza? ¿En qué momento dejaste de ser ese tranquilo puerto a donde íbamos todos los fines de semana a comer a orilla del río? ¿Cuándo dejaste de ser esa playa llena de dunas? ¿En qué momento desapareciste? ¿Qué fue lo que te pasó? ¿Qué te hicieron? ¿Por qué valiste vrg?
Pero, sobre todo, ¿qué va a pasar contigo? ¿En verdad ya no tienes remedio?
Hoy nos enteramos, por ejemplo, que hay gente saliendo ya no de la ciudad, sino del país, porque vieron en lo que se está convirtiendo Coatzacoalcos y buena parte del sur de Veracruz.
Y no es para menos.
NOTA PARA PEGAR EN EL REFRI: Ahora resulta que hay que hacerle caso a un tipo de un video que no se identifica, está en penumbras, se oye medio raro, tiene la misma camisa que en una ficha informativa filtrada a medios. Y todavía hay que dar por buena su versión, nomás porque nos cae mal el gober, el presidente y todo lo que huela a su repudiable partido. Tantito sentido común: los malandros también le saben a esto de la propaganda por internet y bien… Como van las cosas, mejor esperemos boletines del narco y demos por sentado que tienen razón en todo.
OTRA NOTA: Miércoles violento en Veracruz: dos ejecutados en Agua Dulce, enfrentamiento en La Mixtequilla, municipio de Ignacio de la Llave; en San Andrés Tuxtla, un vato le pega de plomazos a una mujer profesora, por la espalda, como los cobardes. En Coatepec, un taxista fue ejecutado cuando recorría la comunidad San Marcos, donde recientemente un baile se convirtió en tragedia con la muerte de tres jóvenes… Ahí la llevamos, raza.
LA ÚLTIMA PORQUE… «NIGHTS IN WHITE SATIN», BABY: ¿Cómo está eso de que el subsecretario de Turismo tiene a una empresaria de Coatepec como «aviadora» en la dependencia? ¿Cómo esta eso de que en calidad de empresaria fue a la CDMX a un evento promovido por el Ayuntamiento de Xalapa? ¿O sea es funcionaria o no? Ya no entiendo…