Grandes cantidades de monóxido de carbono (CO), asociado con los incendios que se registran en la región de la Amazonia, se mueven en la atmósfera y esa nube continúa creciendo a medida que el fuego sigue consumiendo miles de hectáreas.
Nuevos datos del instrumento Sonda Infrarroja Atmosférica (AIRS, por sus siglas en inglés) de la NASA, a bordo del satélite Aqua, muestran el movimiento en la atmósfera del CO, un gas que se produce cuando se quema madera o algún otro combustible.
La NASA publicó una serie de imágenes, las cuales revelan la presencia del CO a una altitud de 18 mil pies (alrededor de 5 mil 500 metros).
De acuerdo con las imágenes, el penacho de monóxido de carbono crece en la región noroeste de la Amazonia y luego se desplaza en una columna más concentrada hacia la parte sureste de Brasil.
Las mediciones revelan concentraciones de CO que van de aproximadamente 100 partes por billón por volumen (ppbv) en el noroeste, hasta un máximo de 160 ppbv hacia el sureste de esa región, indicó la NASA, aunque precisó que los valores locales (más cerca de la superficie) pueden ser significativamente más altos.
¿Cómo nace este contaminante?
Se produce cada vez que se enciende algún combustible como gas natural, gas propano, gasolina, petróleo, queroseno, madera o carbón, puede viajar grandes distancias y puede persistir en la atmósfera durante aproximadamente un mes.
En niveles elevados, el monóxido de carbono puede causar la muerte a quien lo respire. Sin embargo, “a la gran altitud mapeada en estas imágenes, el gas tiene poco efecto en el aire que respiramos”, dijo la NASA, pero aclaró que fuertes vientos podrían llevarlo hacia abajo, donde sí podría afectar la calidad del aire.
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