«No puedo decir que Abbey suena como Billie Holiday,
pero sí que es tan original como ella.
Abbey trata del mundo real… cantantes como Abbey,
Billie Holiday, Bessie Smith… no son meras
cantantes sino verdaderas narradoras de historias».
Max Roach

Llegó en agosto y se fue en agosto. Abbey Lincoln vivió ochenta veranos, nació en Chicago el 6 de agosto de 1930 y murió en Nueva York el 14 de agosto de 2010. Tres artistas, muy distintas entre sí, habitaron en ella y el público la conoció con varios nombres: Anna Marie, Gaby Lee, Gaby Woolridge, Abbey Lincoln, Aminata Moseka.

A los cinco años recibió el llamado de la música a través del piano familiar:

«Soy la décima de doce hermanos. Mi padre tuvo con mi madre los seis últimos. Él construyó la casa donde yo nací y crecí. También nos consiguió un piano, ya que mi madre solamente trabajaba en casa, cuidando de nosotros. Ella era muy espiritual. Y muy hermosa. Ya me permitían sentarme al piano con cinco años. Antes de esa edad no sentí curiosidad por él. Mis padres nunca me dijeron: “Anna Marie levanta del piano” o “Anna Marie toca el piano”. Me dejaron a mi aire en ese sentido. Mi propio espacio. Y mis hermanos y hermanas no me molestaron jamás. No se atrevieron» (Cita de Ricardo Arribas en el artículo Abbey Lincoln (1/4): Nacimiento de una cantante de jazz)

En la adolescencia inició su carrera de cantante, se trasladó a California y después a Honolulú, en ambos lugares se presentaba en clubes nocturnos. En 1956 grabó su primer disco, Abbey Lincoln’s Affair, A Story of a Girl in Love, una colección de baladas melosas pero de excelente factura. Ese mismo año grabó el tema de una película y debutó como actriz de cine.

«Yo era una chica bonita, decían. Sexy sepia. Mi manager me consiguió un papel en la película The Girl Can’t Help It (1956), donde aparecí con un vestido que Marilyn Monroe había utilizado en Gentlemen Prefer Blondes. Me metieron en aquel vestido» (ídem).

Esa primera etapa, en la que se enfilaba a ser una diva, terminó cuando se encontró con Max Roach:

«Aquello no era lo mío. Roach me salvó de aquello también. Me dijo ‹Abbey, no me gusta ese vestido›. Porque giré con él más adelante. Tuve la posibilidad de ser una glamurosa y sexy reina negra, como Billie Holiday lo había sido» (ídem).

La ruptura total con la concepción vocal tradicional llegó en 1960, cuando participó en el álbum de Roach We Insist: Freedom Now Suite, un verdadero manifiesto de la lucha antirracial y reivindicatoria de los derechos civiles de la comunidad afroamericana.

Lincoln y Roach se casaron en 1962, matrimonio que duró hasta 1970 y que representó una etapa fecunda en las militancias estética y social. Un año antes, Lincoln grabó el disco Straight Ahead, sobre el que Jesús Gonzalo opina:

«En este trabajo álgido y tenso [We Insist: Freedom Now Suite], se incorporan, volviendo sobre un pasado racial africano, percusiones y se incluye una parte cantada que inspira a continuación Straight Ahead, auténtico pilar del jazz vocal contemporáneo desde el que Lincoln eleva su grito (…) Como Billie Holiday, que ya inmortalizara en Strange fruit la discriminación racial, Lincoln despliega su apasionado y agrio discurso ateniéndose a un contexto social, construyendo esta vez un decorado valiente y vital sobre la unión de fuerzas, no sobre la frágil individualidad. Straight Ahead provoca, no seduce; fascina, aún hoy, en su grito expansivo que une la modernidad, la poesía contestataria y las esencias africanas».

La noches newyorkinas al lado de Roach le abrieron la puerta a la artista genuina y al ser social.

«Finalmente aprendí a ser ‹social›, porque tengo algo que decir acerca de la vida aparte de comentar mis intereses amorosos y hábitos sexuales… todo eso lo encuentro repugnante. Hay tantas otras cosas de que hablar (…)

«Cuando conocí a Max Roach él estaba con Clifford Brown, fue la primera vez que escuché a un verdadero artista. Años después estaba en New York, triste porque trabajaba en superclubs sin conseguir expresarme artísticamente, y le vi de nuevo, y me dijo que no tenía por qué hacer cosas como aquellas. Él hizo de mí una mujer honesta sobre el escenario. Y he estado actuando de esa manera desde entonces. Ahora siento que soy una verdadera artista, mientras que antes deseaba serlo pero no sabía cómo» [Ricardo Arribas. Abbey Lincoln (2/4): Conciencia social y jazz de vanguardia (años sesenta y setenta)]..

En 1973, ya separada del baterista, grabó People in Me, después vino un largo silencio que se prolongó durante toda la década. «Al parecer —afirma Arribas en el texto citado—, su entrega a la lucha por los derechos civiles de los negros y la escasez de pelos en la lengua no la ayudaron a conseguir contratos discográficos». El año anterior fue propuesta para interpretar el papel de Billie Holiday en la película Lady Sings the Blues pero los productores la descartaron por su radicalismo y prefirieron contratar a Diane Ross.

Los ochenta tampoco fueron muy fructíferos discográficamente, solo grabó tres álbumes: Golden Lady, en 1981; Talking To The Sun, grabado en 1983 pero publicado hasta 1990; y Abbey Sings Billie, en 1989, también publicado unos años más tarde.

En los noventa llegó su etapa más productiva, entre 1990 y 2007 grabó más de una decena de álbumes, la mayoría para el sello Verve. Había alcanzado la madurez, acaso mermaba su esplendor vocal pero su canto estaba impregnado de una fuerte carga emocional, valor supremo del jazz.

«Me llevó tiempo darme cuenta de que si te entregas al arte en cuerpo y alma —le comentó a Federico González en 1994—, lo único que puedes esperar es la soledad y el sufrimiento. Yo provengo de Bessie Smith y de Billie Holiday, defiendo una forma de arte genuina que ha perdido su forma natural de transmisión. Si algo le reprocho a Miles Davis es haber roto esa cadena. No enseñó a los nuevos músicos de la misma manera que Charlie Parker le enseñó a él».

Murió hace nueve años, el sábado 14 de agosto de 2010. Unos años antes, en una entrevista para All About Jazz hizo una declaración que bien podría ser su epitafio:

«Soy una mujer afortunada. Soy una estrella de cine, tuve un matrimonio célebre, tengo muchas, muchas canciones y la compañía llamada Moseka Music. No tengo nada de qué preocuparme. Seguí a mi corazón y mi corazón me trajo a casa» (Ricardo Arribas. Abbey Lincoln (4/4): La etapa Verve).



https://youtu.be/LLd6lW-ZXzU

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