Coatzacoalcos, Ver. – El papá de Cristian Alexis deambula por los pasillos de un hospital en Coatzacoalcos. Trae un frasco entre sus manos que en su interior tiene formal y un pedazo de intestino grueso que le fue extirpado a su pequeño.

Cristian Alexis N, de un año cuatro meses de edad, es el pequeño bebé que salió baleado la tarde del lunes en calles el fraccionamiento Jardines de California, cuando él y sus familiares fueron atacados a balazos, con saldo de cuatro lesionados y ningún responsable detenido.

Alexis, padre del bebé, se lleva el frasco y se lo muestra a su familia, quienes al ver el pedazo de órgano rompen en llanto y se funden en un abrazo para pedir por la salud del pequeñito.

Apenas este inicio de semana, el pequeño Cristian Alexis era un pequeño sonriente que está por cumplir un año y cuatro meses de edad que se la pasaba jugando todo el día, y trataba de caminar por sí mismo, hoy el pequeñito lucha por su vida después de recibir dos balazos.

Cristian Alexis Zavala Melchor, es el pequeño inocente que fue agredido con disparos junto a su familia en la calle Tula esquina La venta en la colonia Jardines de California. Se trata del menor de los cuatro heridos en ese ataque.

Es un pequeño al que le gusta jugar, comer y dormirse, es la adoración de su papá, de su familia, y de todos los vecinos, porque se trata de un niño muy risueño que siempre se da con toda la gente y gusta de sonreír a todo mundo sin excepción.

Sin embargo, ahora, el pequeñito su lesión fue tan grave, que los doctores tuvieron que hacer una cirugía para remover varios centímetros del intestino grueso, porque los impactos de bala le perforaron sistema digestivo.

Su papá, Alexis Zavala Candelaria, es un joven de 23 años que se dedica a limpiar los parabrisas de los carros en el crucero de la avenida Universidad veracruzana, frente a la entrada de la colonia Teresa Morales, sobra decir que se trata de una familia de escasos recursos.

“Se está recuperando de la operación, vamos a ver cómo sale, mi hijo le dieron de balazos cuando venía con mi suegra, mi suegro y mi cuñadita, le pegaron en el intestino grueso porque se le regó la popó, y otro cerca de la rodilla en la piernita” explica.

El papá del pequeñito reconoce que tanto él, como toda la familia se encuentra muy triste y han comenzado a hacer muchas oraciones para que el niño pueda salir de esta difícil prueba porque quieren que regrese a su casa.

“Mi hijo es alegre, es güerito, sonriente, es juguetón, es fuerte, pero quien sabe qué pasó, le gusta jugar con sus carritos, pero lo que más le gusta jugar conmigo es la pelota, a él le encanta comer la gelatina y yogurth” dice.

En el tiroteo casi todos los miembros de su familia resultaron lesionados con arma de fuego, su esposa Cecilia del Carmen Melchor, su suegro Raúl y su suegra Gema Nicandra, ya que la única que se salvó de ser impactada con los proyectiles fue su cuñada, Ximena.

El estado de salud de los otros lesionados también es crítica.

Cuenta que él lo único que le pide a Dios es poder ver a su hijo que vaya a la escuela, que curse la primaria, la secundaria y que vaya a la Universidad, es decir, que salga delante de esta herida y lo pueda ver crecer y desarrollarse.

“Le pido a Dios que lo salvé, para que lo salve, porque nosotros ya vivimos un poco, pero él es un ser inocente que no tiene mucho en este mundo, es una creatura que no ha vivido y quiero que se salve y salga todo bien. Quiero que de grande sea lo que él quiera ser, pero quiero verlo crecer” narra.

El papá del niño se enteró de esta tragedia cuando regresaba de trabajar, iba caminado cuando le hablaron por teléfono para decirle lo que había pasado, no lo creía, pero aun así regreso corriendo cuando los vio tirados en la calle y vio la sangrienta escena que lo dejó helado y sin poder respirar por unos segundos.

“Iba caminando cuando me marcaron para decirme que les habían disparado a mi esposa y a mi hijo, pero pensé que era mentira, ya cuando caminé en la carretera, vi que estaban tiradas las personas y los vi tirados en el suelo”

“Tengo mucho miedo de que se muera mi hijo, de eso tengo miedo” expresa el papá del menor mientras su voz se quiebra y sus ojos se inundan de lágrimas, a las que no deja salir, para no mostrarse vulnerable.

El pequeñito se une a la lista de menores de edad que han recibido impacto de bala en el sur, el último, Santiago N, de un año de nacido, quien fue asesinado junto a su padre en la colonia Obrera de Minatitlán. En Coatza también se recuerdan los casos de Joselin, Guadalupe, Daniel y Ángel de 3, 6, 5 y 4 años de edad respectivamente, asesinados en junio de 2017 en la masacre de la colonia Nueva Calzada.

Liberal del Sur /Sendic Aguirre