El trabajo de tesis de licenciatura de Erik Raúl Juárez Zaragoza, estudiante de la Facultad de Química Farmacéutica Biológica (QFB) de la Universidad Veracruzana (UV), región Xalapa, que demuestra que el resveratrol –sustancia química hallada en el vino tinto y uva negra– revierte alteraciones motoras inducidas por el jugo de yuca, obtuvo el primer lugar en el VIII Congreso Iberoamericano de Ciencias Farmacéuticas.
El reconocimiento le fue otorgado por la Conferencia Iberoamericana de Facultades de Farmacia, A.C., y la Facultad de Ciencias Químico Biológicas de la Universidad Autónoma de Campeche, sede de este evento realizado del 2 al 4 de julio.
Erik Raúl compartió que este logro lo hizo reforzar su anhelo de continuar en el camino de la investigación y enfrentarse a nuevos retos dentro de este campo de estudio.
Asimismo, agradeció el respaldo de sus directores de tesis: Eduardo Rivadeneyra Domínguez y Juan Francisco Rodríguez Landa, director de la Facultad de QFB e investigador del Instituto de Neuroetología, respectivamente.
A través de la modalidad de cartel, el proyecto ganó en la categoría “Evaluación de fármacos y tecnología farmacéutica”, entre muchos otros realizados por investigadores consolidados y estudiantes de licenciatura, maestría y doctorado de varios países, entre ellos España, Chile, Perú y Brasil.
Dio a conocer que su trabajo fue desarrollado bajo la línea de investigación “Efecto neurotóxico y conductual de metabolitos vegetales”, del cuerpo académico (CA) en formación Biología Química y Funcionalidad Molecular de Metabolitos Vegetales.
Su punto de partida fue la falsa idea de que los alimentos y productos vegetales no ocasionan ningún daño a la salud, pero en el caso del jugo de yuca, a través de diversas investigaciones de otros grupos de trabajo en el mundo se ha determinado que contiene dos glucósidos cianogénicos llamados: linamarina y lotaustralina.
“Se trata de un carbohidrato, acetona y ácido cianhídrico, los cuales se acumulan en el cerebro ocasionando neurotoxicidad.”
Por lo tanto, el consumo crónico de la yuca (Manihot esculenta Crantz), tubérculo con alto valor alimenticio presente en la dieta de muchos habitantes del estado de Veracruz, especialmente de la región sur, de otras entidades de México y varios países, ocasiona que la acumulación de cianuro en el cerebro provoque enfermedades neurológicas.
Dicha situación ha sido evaluada por el grupo de investigación que encabeza Eduardo Rivadeneyra y cuyos resultados han sido publicados en diversas revistas indizadas a nivel internacional, utilizando un modelo experimental en la rata Wistar que se encuentra validado.
De hecho, además de ocasionar neurotoxicidad se sabe que también genera hepatotoxicidad y nefrotoxicidad.
También se ha comprobado que el ginkgo biloba funciona como neuroprotector, es decir, si una persona lo consume a la par que la yuca no les causará ningún daño.
Sin embargo, con el fin de revertir el daño neuronal ocasionado, para esta investigación se decidió emplear el resveratrol, al cual se le atribuyó hace poco tiempo la categoría de fármaco, pues antes sólo era un suplemento alimenticio.
El universitario, quien está a punto de egresar de QFB, comentó que el resveratrol se encuentra en el vino y la cáscara de uva, y es un antioxidante utilizado como coadyuvante en el tratamiento de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer.
Dijo que en México aún no hay indicios de alteraciones motoras debido a su consumo, pero en Venezuela ya se han reportado algunos casos; y en el continente africano donde se ingiere este alimento, un porcentaje de la población padece enfermedades como neuropatía atáxica tropical (NAT) y konzo (paraparesia espástica), ambas irreversibles.
Análisis en modelos murinos
Erik Raúl Juárez señaló que, tras montar el diseño experimental, el proceso de análisis consistió en intoxicar diariamente a ratas Wistar con jugo de yuca. A los 28 días, mediante pruebas conductuales como campo abierto, prueba de nado y rotarod se pudo notar que los animales ya presentaban alternaciones motrices.
Posterior a esa prueba, se inició con el suministro del resveratrol con las dosis terapéuticas indicadas por el fabricante. De igual forma, a los 28 días se comprobó que el efecto tóxico había sido revertido. “Aún faltan muchas investigaciones, sin embargo, tenemos que ver el impacto del resveratrol y para ello se debe montar otro tipo de técnica más avanzada.”
Al hablar sobre su participación en el congreso y del reconocimiento, manifestó que el jurado se mostró muy interesado con el resultado, pues no se explicaban cómo es que un alimento ingerido comúnmente puede causar este tipo de afectación, ya documentada de manera científica.
No obstante, lo importante es saber cómo y qué cantidad consumir, por lo que se recomienda hervir antes de cocinarla y desechar el agua. De esta forma se hidroliza y se eliminan las moléculas.
Quienes la consumen la preparan en forma de tortilla, pan, sopa, en rebanadas y frita.
“Me siento orgulloso por este resultado, de representar y estudiar en una Universidad que apuesta mucho a la investigación, porque continuamente nos motivan y proponen nuevas oportunidades para desarrollar trabajos de tesis”.
Por otra parte, Erick Raúl tiene la intención de postularse para una próxima convocatoria para ingresar al posgrado de Neuroetología de la UV, y de alguna manera dar continuidad a esta investigación a partir del análisis de daño hepático y renal provocado por otros alimentos, así como determinar el mecanismo de acción de la sustancia a utilizar.
UV/ Claudia Peralta Vázquez