BAC NINH, Vietnam — Ningún país se ha beneficiado más de la guerra comercial entre el presidente estadounidense Donald Trump y China que Vietnam.
Las empresas del país se han saturado de pedidos conforme los aranceles estadounidenses hacen que las empresas reconsideren fabricar sus productos en China. Ahora, hay más grandes firmas tecnológicas que buscan aumentar sus operaciones de manufactura en Vietnam, elevando las ambiciones de un país que ya estaba camino a convertirse en un potente fabricante de teléfonos y otros dispositivos de lujo.
Sin embargo, Vietnam necesita mejorar la fabricación de las pequeñas carcasas de plástico de tus audífonos.
Bac Viet Technology, la empresa de Vu Huu Thang en la ciudad norteña de Bac Ninh, produce pequeñas partes de plástico para las impresoras Canon, los instrumentos musicales Korg y los celulares y accesorios de Samsung, incluidos los audífonos. Dijo que sería difícil que su firma compita con los proveedores chinos si se ve obligado a seguir comprando de 70 a 100 toneladas de material plástico importado cada mes, la mayoría fabricado en China.
«Vietnam no está a la altura de China», dijo Thang. «Cuando compramos materiales, ya son del cinco al diez por ciento más costosos que en China». Además, el mercado vietnamita es demasiado pequeño, comentó, como para convencer a los fabricantes de plástico de que establezcan plantas aquí.
Los negociadores de China y Estados Unidos tratan de encontrar una manera de avanzar en la resolución de su complicada guerra comercial. No obstante, algunas compañías parecen estar asustadas por la tensión en las relaciones entre Estados Unidos y China. Como los celulares, las consolas de videojuegos y otros productos favoritos de los consumidores quizá sean los siguientes en la lista de aranceles de Trump, los fabricantes de dispositivos se sienten presionados para encontrar nuevos lugares con bajos salarios donde fabricar o terminar sus productos.
Apple se ha concentrado en Vietnam e India mientras intensifica su búsqueda para diversificar sus cadenas de suministros. Nintendo aceleró la mudanza de la producción de su consola Switch de China a Vietnam, según Panjiva, una firma de investigación de cadenas de suministros. Foxconn, el gigante taiwanés de los electrónicos y un ensamblador importante de los iPhone, señaló en enero que había adquirido derechos de uso de suelo en Vietnam e invirtió 200 millones de dólares en una subsidiaria india. Otros socios taiwaneses y chinos de Apple han indicado que también analizan la posibilidad de mudar sus operaciones a Vietnam.
Aun así, este país de casi cien millones de personas no va a remplazar a China como un centro de manufactura de la noche a la mañana. Los terrenos pueden ser costosos; además, son escasas las fábricas listas para usarse y los almacenes disponibles. Reclutar suficientes trabajadores y gerentes capacitados es otro posible desafío.
«Definitivamente se está poniendo a prueba la capacidad de Vietnam», comentó Frederick R. Burke, director general del bufete de abogados Baker McKenzie en la ciudad de Ho Chi Minh. Aunque la fuerza laboral del país está aumentando a una tasa de un millón de personas al año, agregó, «la gente ya está hablando de escasez de mano de obra».
Vietnam tampoco cuenta con enormes galaxias de empresas que fabriquen partes, componentes y materiales especializados como las disponibles para los fabricantes en China.
Vietnam ya es un coloso en la producción de zapatos, ropa y otros tipos de productos de trabajo intensivo, pues desde hace mucho comenzó a captar negocios de su vecino gigante del norte.
Nike y Adidas ahora fabrican casi la mitad de sus zapatos deportivos en Vietnam. Conforme se han construido fábricas, el gobierno vietnamita ha prometido mejorar las carreteras, los puertos y las plantas eléctricas. Hanói también ha firmado tratados con gobiernos de todo el mundo para reducir los aranceles, incluido un acuerdo al que se llegó el mes pasado con la Unión Europea.
El gobierno de Trump se ha dado cuenta de que sus gravámenes a la importación han dirigido el comercio global hacia Vietnam. El Departamento del Tesoro de Estados Unidos incluyó a Hanói en una lista de alerta por manipular el valor de la moneda vietnamita, el dong, con el fin de ayudar a los exportadores. Trump sugirió el mes pasado que Vietnam podría ser el siguiente blanco para los aranceles punitivos, pues dijo que el país «casi era el más abusivo de todos».
En respuesta, el gobierno vietnamita dijo que buscaba crear vínculos comerciales con Estados Unidos, y enfatizó sus esfuerzos para castigar a los exportadores que ilegalmente volvían a etiquetar sus productos como «Hechos en Vietnam» a fin de evadir los impuestos estadounidenses.
Sin embargo, ni siquiera parece probable que las riñas de Trump reviertan los cambios más amplios que están convirtiendo al norte de Vietnam en un gran centro de electrónicos. Muchos de los grandes complejos de fábricas que se extienden a lo largo del horizonte en largas filas llenas de palmeras se deben en gran medida a una empresa.
Hace más de una década, Samsung Electronics, el titán de Corea del Sur, montó una planta en Bac Ninh para reducir su dependencia de China. La decisión fue profética. Los costos en China siguieron aumentando, y las ventas de Samsung ahí se debilitaron después de que Pekín pidió boicotear los productos surcoreanos, esto debido a que, en 2017, Seúl adoptó un sistema estadounidense de defensa.
No obstante, algunos propietarios vietnamitas de negocios dicen que las ventajas son mixtas. Los gigantes extranjeros, comentan, vienen a Vietnam y trabajan en gran medida con vendedores que ya usan en otras partes, por lo que queda poco espacio en sus cadenas de suministros para las empresas emergentes locales.
Samsung tiene 35 proveedores vietnamitas, señaló la portavoz de la empresa. Apple rechazó hacer comentarios.
Cuando Samsung se estableció en el país, adquirió algunos de los componentes de metal utilizados en sus líneas de ensamblaje en una firma local, Vietnam Precision Mechanical Service & Trading (VPMS). Pero después más socios surcoreanos de Samsung comenzaron a llegar al país y, después de un año, Samsung y VPMS dejaron de colaborar, dijo Nguyen Xuan Hoang, uno de los fundadores de la compañía vietnamita.
Los precios y la calidad no eran el problema, comentó Hoang, que hablaba por encima del golpeteo y los silbidos de las máquinas de su fábrica cerca de Bac Ninh. El problema era la escala: Samsung necesitaba muchos más componentes de los que podía proveer VPMS.
Fitek, la empresa de Vu Tien Cuong, produce equipo industrial para Samsung, Canon y otras grandes firmas en todo Bac Ninh. Reconoció que la mayoría de los proveedores vietnamitas tenían problemas de calidad y productividad que evitaban que hicieran negocios con compañías multinacionales. Sin embargo, cree que el problema de raíz es la falta de experiencia, no una falta de dinero ni conocimiento.
«Día tras día», dijo Cuong, la base de proveedores de Vietnam está mejorando y «creciendo».
New York Times/Infobae Raymond Zhong