“Se equivocaron de estado, la ley garrote es para Veracruz”

Miguel Ángel Vega García, exdirector de Control Interno, primero de la Sedesol y, posteriormente, de la SEDATU, designado por la exsecretaria Rosario Robles Berlanga, metida hasta la médula en la llamada “Estafa Maestra”, hoy es Director General de Transparencia, Anticorrupción y Función Pública de la Contraloría General del Estado, que atiende como titular Leslie Mónica Garibo Puga, la chilanguita a quien recomendó para el cargo de Contralora General, el secretario Erick Patrocinio Cisneros.

Y la mantienen ahí contra viento y marea, pese a que el presidente Andrés Manuel López Obrador ha advertido que nadie que esté relacionado con el asunto de la Estafa Maestra puede trabajar en el gobierno de la 4T, donde no caben los corruptos, para ellos no habrá impunidad. Y es que la Estafa Maestra, que se la atribuye a Rosario Robles Berlanga, como cabeza de grupo, incluye desvío de recursos en once dependencias del gobierno federal con un quebranto patrimonial de casi ocho mil millones de pesos.

Por eso es que la Fiscalía General de la República (FGR) solicitó una audiencia inicial para que un juez vincule a proceso a María del Rosario Robles Berlanga, extitular de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (SEDATU), por mala administración de recursos.

Rosario Robles era miembro de la administración durante el sexenio de Enrique Peña Nieto, y de acuerdo al oficio UEIDCSPCAJ-217/2019, de fecha 25 de julio de 2019, será citada para comparecer ante un juez por el caso la Estafa Maestra, ya que presenta cargos de ejercicio indebido del servicio público.

La pregunta que todos nos hacemos es: ¿estará enterado el gobernador Cuitláhuac García Jiménez del origen y los antecedentes de todos los colaboradores que le rodean? Pues no, y menos de corruptos de este calibre que al parecer se han venido a refugiar a Veracruz gracias a sus amiguitas a fin de salvar el pellejo.

Lo que no pueden entender funcionarios como Erick Cisneros es que en Veracruz tienen adversarios políticos de mucho peso, con una gran experiencia en materia de operación política para destrozar la imagen de cualquier iniciado en estas lides, por lo tanto, lo que deben hacer es rodearse de personas que conozcan la geografía política veracruzana, acercarse a los principales actores para establecer un diálogo con ellos para tener interlocución y cuidar lo que dicen que, como se habrán dado cuenta, siempre se usa en su contra por lo torpe de los argumentos y la arrogancia con que se comportan.

Ayuden al gobernador, no lo empinen. Ahora que si esa es la intención para que llegue desgastado a su segundo año de gobierno y tenga que abandonar el cargo, pues eso ya es otra cosa porque entonces están poniendo en riesgo todo el proyecto político de López Obrador.

La ambición desmedida acompañada de ineficiencia y arrogancia, siempre llevará al fracaso.

Cárteles veracruzanos

Hace cuando menos 25 años, a la ciudad de Martínez de la Torre llegó un grupo de sujetos, unos que venían de Guatemala (Kaibiles) y otros desertores del Ejército Mexicano, que tomaron como asiento esa población cuya presencia la comenzaron a resentir los martinenses de inmediato en términos de robos a casas habitación y a personas en las calles, a comercios; luego vinieron los primeros secuestros hasta que comenzaron a aparecer cadáveres. El pánico se apoderó de los martinenses que, de inmediato, pidieron ayuda al gobierno, que envió de inmediato un grupo importante de policías a combatir a estos peligrosos delincuentes que se hacían llamar Zetas.

Esa fue la primera noticia que tuvimos sobre la presencia de la peligrosa banda, brazo armado del Cártel del Golfo, que después se independizó para quedarse con el cien por ciento de las ganancias de sus actividades delictivas.

Posteriormente, fueron avanzando por la costa hasta llegar al municipio de La Antigua, donde arrasaron con grupos delictivos que ahí venían actuando para apoderarse del territorio.

Por Veracruz han pasado representantes de todos los grupos delictivos, quienes han venido en plan de disputar a los Zetas el territorio, pero con poco éxito, y como es tan grande el estado, las bandas toman una región y se ponen a delinquir; si sus adversarios, los Zetas, los consideran competencia, los hacen huir hacia entidades vecinas. Los que sí han permanecido, no tenemos la más peregrina idea desde cuándo, son los del Cartel Jalisco Nueva Generación, cuyas mantas hemos leído colgadas en puentes o en letreros que dejan en sus víctimas.

Salvo los servicios de inteligencia de la Secretaría de Seguridad Pública, nadie puede saber bien a bien cómo está conformada la geografía delictiva en la entidad, ni cuántos cárteles actúan, menos desde cuándo llegaron y mucho menos si tal o cual exgobernador los trajo. Que, estando aquí, hayan negociado impunidad para quedarse sin ser molestados cobrando derecho de piso, extorsionando ciudadanos secuestrando, robando carros, casas, comercios y cometiendo todo tipo de tropelías es otra cosa, pero como entre ellos no se dan recibos, no hay nada que pruebe las hipótesis que se manejan, a la ligera, sobre quién los trajo o los invitó a disfrutar de su paraíso de impunidad.

Resulta extraño, entonces, que un gobernador salga a decir que sus antecesores, tal y cual, trajeron a este o aquel cártel, a menos que el secretario de Seguridad lo afirme con base en información que tiene sustentada en documentos. Es decir, tendría que ser él, Hugo Gutiérrez Maldonado, quien debiera salir a señalar con índice de fuego a los exgobernadores que invitaron a los cárteles a compartir delitos en la entidad y, así, mientras unos (funcionarios) roban dinero del erario, los sicarios atracan ciudadanos.

Más sensatez, más mesura, no es con declaraciones estridentes como se gana la confianza o la simpatía de un pueblo, menos si lo que se dice es una ridiculez.

Los únicos cárteles que sí sabemos cuándo llegaron a Veracruz e incluso cuándo se fueron con el de “La Fidelidad”, el del gordo “Javidú” y el de “El estero” que, al parecer, llegó para quedarse como los Kaibiles.

Hay que correr a los corruptos

El exgobernador de Oaxaca, Ulises Ruiz Ortiz, afirma tener mucha claridad acerca de lo que se debe hacer en el Partido Revolucionario Institucional para rescatarlo del hoyo en el que se encuentra y es sacar del partido a los corruptos ya que ellos fueron los que hundieron al PRI.

En conferencia de prensa, el exgobernador de Oaxaca dijo que Alejandro Moreno es el candidato de Enrique Peña Nieto y que lo único que buscan es triunfar para entregar el partido al presidente Andrés Manuel López Obrador y evitar que el expresidente vaya a los tribunales. “Ese es el pacto de impunidad que tiene el presidente de la República con Enrique Peña Nieto. Está claro que si hay corruptos en el PRI lo que tenemos que hacer es expulsarlos si realmente el PRI quiere volver a ser protagonista de la vida política nacional como lo ha sido en los últimos años”.

Indicó que entre este miércoles y jueves, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación debe resolver la procedencia de su registro, que no fue aceptado porque se quería imponer a Alejandro Moreno. “Nos negaron el registro ante el miedo de ir a elecciones con nosotros; sin embargo, no hemos detenido la campaña y estamos muy confiados en que el Tribunal resolverá conforme a derecho y también esperamos que Andrés Manuel López Obrador no le meta mano al Tribunal para favorecer a Alejandro Moreno, porque es ahí donde está el pacto de impunidad entre Peña Nieto y López Obrador para la entrega del PRI”.

Reflexión

No pudieron con amenazas veladas, menos con la guerra mediática que le vienen atizando, ahora son dos las denuncias interpuestas ante la FGR y Jorge Winckler Ortiz permanece ahí al frente de la Fiscalía del Estado, conteniendo todas las denuncias que se presentan contra su jefe Yunes Linares y haciendo, lo que está a su alcance para que el gobierno de Cuitláhuac se siga tropezando. ¿Nosotros?… a merced de la delincuencia.

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