Uno de los principios “básicos” de Andrés Manuel López Obrador es no mentir, no robar y no traicionar al pueblo. Y hasta ahorita ha cumplido dos: No robar y no traicionar; aunque éste último con sus asegunes.

Pero de que miente vaya que lo hace; miente todos los días. Hay casos en que para tapar una mentira ha recurrido a otra. Y hasta cuando afirma que no miente, dice una mentira.

También es un tramposo contumaz. Acaba de firmar ante un notario su compromiso de no reelegirse en 2024 cuando no tenía por qué hacerlo. La Constitución dice bien clarito en su artículo 83: “…El ciudadano que haya desempeñado el cargo de presidente de la República electo popularmente o con el carácter de interino, provisional o sustituto, en ningún caso y por ningún motivo podrá volver a desempeñar ese puesto”.

Si así lo mandata la Constitución ¿para qué recurrir a semejante faramalla? Es como aquel que se toma una suspensión cuando no tiene diarrea.

Por si no los has leído lector, estos son los puntos sustantivos de ese “compromiso” que no es otra cosa que una soberana jalada:

1.- Soy maderista y partidario del sufragio efectivo, no reelección. 2.- Me inspiran las convicciones, los ideales, no la ambición al poder. 3.- Creo que el poder sólo tiene sentido y se convierte en virtud cuando se pone al servicio de los demás. 4.- Basta con seis años para desterrar la corrupción y la impunidad, y convertir a México en una República próspera. No tengo duda que nos alcanzará el tiempo para consumar entre todos y de manera pacífica la Cuarta Transformación de la vida pública del país.

Puro choro del señor presidente, que reitero, es un tramposo contumaz. Y esta vez la trampa la puso al decir que la Constitución señala que el pueblo tiene en todo momento el derecho de cambiar la forma de su gobierno. Y así es.

El artículo 39 señala: La soberanía nacional reside esencial y originariamente en el pueblo. Todo poder público dimana del pueblo y se instituye para beneficio de éste. El pueblo tiene en todo tiempo el inalienable derecho de alterar o modificar la forma de su gobierno.

¿Qué apuestas lector a que por ahí de febrero del 2023 “el pueblo” comenzará a pedir la reelección de Andrés Manuel?

No recuerdo si fue a fines del 2000 o a principios del 2001 que en entrevista con Ciro Gómez Leyva, el entonces jefe de Gobierno del DF, Andrés Manuel López Obrador dijo textual: “A mi que me den por muerto” en relación a la pregunta sobre si buscaría la presidencia de la República. “Queda para el registro. Habrá que archivar esta respuesta” dijo Ciro.

Pero el “muerto” buscó la presidencia no una ni dos, sino tres veces hasta que llegó.

Esta vez también dijo: “Voy a durar el tiempo que el pueblo quiera; no me voy a aferrar a la presidencia”. Y por supuesto que no se va a aferrar, cómo pasa uno a creer esas cosas. Pero es seguro que “el pueblo” lo querrá más años en el poder.

Al firmar ante un notario AMLO está aceptando implícitamente que no se va a reelegir, pero mandará al diablo esa firma con todo lo que conlleva, si el pueblo se lo pide.

Y ese “pueblo” que votó contra el NAIM y a favor de Santa Lucía; el que le pidió a mano alzada en Poza Rica que no se peleara con Trump, y en Durango la cancelación del Metrobús, ese mismo pueblo le pedirá que se chute otros seis años como presidente.

Y Andrés Manuel que no quiere, que es enemigo de esas cosas y maderista hasta las cachas, no tendrá más remedio que aceptar.

Me canso ganso.

bernardogup@nullhotmail.com