La indiferencia es la compañera íntima, casi absoluta, que consciente o inconscientemente ha acompañado al trabajador de la burocracia en este país. Este sentimiento, enigmático, tiene su origen en el conformismo de haber alcanzado un espacio laboral como meta de vida, en una sociedad que ha sido domeñada por la virulencia de su propia condición conformista, amalgamada con el desinterés de la parte oficial y los representantes sindicales que son lo mismo y los mismos, acomodados a modo e inmersos en la crítica destructiva de los unos contra los otros sin aportar para el bien común. El contacto diario con la monotonía de las funciones del empleo, va, día tras día, semana tras semana, mes tras mes, año tras año; destruyendo el ánimo de estos seres humanos autómatas, que van sucumbiendo ante el conformismo de una base que les aliena, y otros, los contratados, con la obsesiva, expectante e inquietante ilusión o esperanza de que les otorguen los contratos definitivos. Así se les condiciona durante años, a manera de religión, que oferta la esperanza después de la muerte, un paraíso inexistente que somete. Con esto, se les supedita, se les esclaviza, no se les permite ser propositivos, avasallando su mente y su pensamiento a un proceso de anquilosamiento, que les cansa, les va destruyendo; física, mental, emocionalmente. Entonces, ya no son lo que eran, y van perdiendo la vida en el tiempo, sometidos entre controles de checadores, el encuadre de la mentira de metas nunca alcanzadas, en la búsqueda deplorable de acercarse a cumplir con los indicadores, que no sirven para otra cosa, más que para corromper la buena disposición y la voluntad del trabajador. No se cumplen, las expectativas de una sociedad dinámica, que evoluciona de manera trepidante. Así, la empleomanía, la burocracia, entrega su vida, su tiempo, que no volverá, ingresando con el paso de la sazón, al proceso de envejecimiento por edad, por antigüedad, que les va deteriorando, como condición fisiológica de vida, pero con una agravante, el sometimiento de su voluntad, de sus deseos, que les destruye, aún con mayor fuerza que la propia condición de la evolución etaria. La vida, la juventud, no volverá a ellos.
Cambiar, evolucionar, atreverse, es el fin que define los alcances del sentido de la vida, de la estancia terrenal, que con absoluta certeza y renovada animosidad, agita el incesante deseo de alcanzar el significado de la existencia que ha permanecido en el abandono, desesperándoles ello, porque, no encuentran soluciones o respuestas a sus necesidades primigenias para atender y atenderse a causa de un salario, que no les alcanza más que para ir cubriendo las tasas de intereses de las deudas económicas que se transforman en muros impenetrables, morales y físicos, a los que les ha sometido su miserable salario. Ni evolucionan, ni progresan ante la realidad, los hechos de las acciones para las cuales obedecen sus funciones, se encuentran involucionando y en el abandono. ¡No más de esto! Clama en su interior, pero no se atreven a rebelarse.
Por eso ahora, los trabajadores, todos, de Sesver, se exigen un respiro, y ante el cansancio de la precariedad en que viven, la incertidumbre constante y el abatimiento, han definido que el próximo mes de octubre, participarán activamente en el proceso de elección de la dirigencia del sindicato mayoritario de los Servicios de Salud de Veracruz, la Sección 26, que encabeza desde hace 27 años ya, la lideresa Luisa Ángela Soto Maldonado, y ella, por lo que así se observa, suelta amarras para que la democracia enriquezca la soberanía sindical.
Tiempos de reflexión, tiempo de consolidar a la base trabajadora, consciente de la atmosfera de deterioro en que se vive, de desgaste, contaminada, saturada de corrupción, en donde se apuesta en dinero, la compra-venta de los derechos laborales, con la comercialización de las plazas y de otros tipos de contrataciones, lo cual es de todos conocidos, que se habla en silencio, un secreto a voces. Ante lo ominoso de estos hechos, agobiados por el cansancio y el hartazgo, surgen renovadas propuestas de quienes aspiran a dirigir los intereses honestos de los trabajadores de la salud.
Todo es temporal, y ante la inmediatez de las transgresiones…la desobediencia.
Sintácticas
Electra:
Ochenta años tenía Sófocles cuando compuso esta tragedia. La fecha verdadera de la representación fue en 415 a.C. Es de los poemas dramáticos más bellos que dejó el teatro griego.
De Voltaire:
Si queremos examinar de cerca el judaísmo, nos asombrará encontrar la mayor tolerancia en medio de los horrores más bárbaros.
De la poesía de Octavio Paz:
Bajo tu clara sombra (1935-1944)
Bajo tu clara sombra
vivo como la llama al aire,
en tenso aprendizaje de lucero.
Mira los fresnos en callado círculo,
toca su reino de silencio y savia,
toca su piel de sol y lluvia y tiempo,
mira sus verdes ramas cara al cielo,
oye cantar sus hojas como agua.
Mira después la nube,
anclada en el espacio sin mareas,
alta espuma visible,
de celestes corrientes invencibles.
Mira el poder del mundo,
mira su forma tensa,
su hermosura inconsciente, luminosa.
Del poemario de Jevs:
Toma mi mano, llévame al río, llévame al mar,
atrapa la noche, cúbrete con su manto de estrellas,
para que juntos miremos la luna que te quiere,
la luna de blanco, la noche obscura azul.
Por la mañana al despertar, toma los colores del sol,
de las flores, del tiempo para cambiar.
Giuseppe Verdi. La Fuerza del Destino. Obertura. Concierto en San Petersburgo: