Bajo la brillante superficie de sus series, la compañía esconde un arsenal de filmes de calidad sin promoción alguna. Conviene darles la oportunidad que merecen.
Monty Python: humor en formato extendido
Netflix no sólo tiene disponibles las dos películas más representativas del Monty Python. Además incorporó la serie que los hizo conocido en la BBC: son cuatro temporadas desde 1969 a 1974. Los 45 capítulos de Flying circus muestran el esplendor, pero también la prehistoria del grupo: decorados humildes, dibujos inconfundibles de Terry Gilliam y, desde el primer capítulo, un humor que desarma a cualquiera.
Luego, hacia el final, se sofisticarían y tendrían más recursos. Es cuando pasan a sus películas. En Los caballeros de la mesa cuadrada (1975) los guerreros usan un arenque en vez de espada y no tienen caballos. En La vida de Brian (1979), un pobre diablo nacido el mismo día que Jesús inicia una improbable revuelta contra los romanos.
Clásicos de hoy, de antes de ayer y de siempre
El talón de Aquiles de Netflix son los clásicos, entendiendo por eso filmes de los 50 hacia atrás. Nada de Bergman, de John Ford ni menos de Howard Hawks. Lo que sí existe es una interesante trilogía de y sobre Orson Welles: sus películas The stranger(1948) y The other side of the wind (2018) y el documental Me amarán cuando esté muerto (2018).
El primero tiene el curioso mérito de ser el único filme de Welles que generó ganancias, la segunda es su película perdida de los 70 y el tercero es el documental acerca de aquella producción. Para Netflix los clásicos empiezan en 1964 y a partir de ahí se pueden encontrar películas como Mary Poppins(1964), Busco mi destino (1969), La ley de la calle (1983) o La lista de Schindler (1994).
Cine premiado: del festival a la casa
Lo que Netflix no tiene en viejas películas, lo suple con cine del mundo. En su afán por conquistar mercados planetarios, no sólo distribuyó la mexicana Roma, sino que alberga una buena cantidad de largometrajes premiados en festivales de primer orden y vedados para las salas comerciales. Uno es Lazzaro felice (2018), evocadora fábula rural de la italiana Alice Rohrwacher, ganadora de Mejor Guión en el Festival de Cannes 2018.
Otro es Girl (2018), vigoroso retrato de un adolescente transexual dirigido por el belga Lucas Dhont, ganador de la Cámara de Oro en Cannes 2018. Y un tercero en disputa podría ser perfectamente Una tierra imaginada (2018), la película del singapurés Siew Hua Yeo que el año pasado ganó el Festival de Locarno. El paisaje de fondo son los trabajadores inmigrantes en Singapur, pero el estilo es cine negro con influencias de David Lynch y Michael Mann.
El milagro coreano por dos: Burning y La Doncella
Hace 20 años dos cineastas coreanos demostraron que en Seúl o Busan se podía hacer igual o mejor cine que en Tokio o Beijing. Lee Chang-dong ganó el premio a Mejor Director en el Festival de Venecia por Oasis (2002), y Park Chan-wook obtuvo el Gran Premio del Jurado en el Festival de Cannes por Oldboy.
Hoy ambos retornan con sus más recientes obras a Netflix, las dos estrenadas en Cannes: Chang-dong trae Burning (2018), un intenso thriller basado en un relato de Haruki Murakami y elegida una de las cinco mejores películas del 2018 por The New York Times; Chan-wook regresa con La doncella (2016), barroco e intrigante filme de época ambientado en el Japón de 1930. Hay un tercer filme coreano a considerar: The drug king(2018), donde Woo Min-ho recrea el submundo de la droga en la Busan de los 70. Y dos “oldies” que nunca defraudan: El huésped (2006), sobre un lagarto monstruoso que vive en Seúl, y Estación zombie (2016), donde los no muertos son el terror de un tren bala.
Temporada de antologías: Fincher y Tarantino
Cada cierto tiempo, la plataforma roja sube varias películas de un sólo realizador. Es una suerte de curatoría y hubo momentos en que Hitchcock, Coppola o Scorsese estaban disponibles con cuatro o cinco títulos por cada uno. Ahora es el turno de Quentin Tarantino y David Fincher. Del primero se pueden ver Perros de la calle, Pulp fiction, Kill Bill Vol. 1, Bastardos sin gloria, Django sin cadenas y Los ocho más odiados.
De Fincher se ofrecen Los siete pecados capitales, Zodíaco, La red social y Perdida. Para ser honestos, hay que verlas luego. Nunca se sabe cuándo desaparecerán.
Tomado de Culto/culto.latercera.com/Rodrigo González