Diego Armando Chi Lovillo, egresado de la Maestría en Farmacia Clínica de la Universidad Veracruzana (UV), aseguró que este posgrado le ha servido para optimizar la función que realiza en el Centro de Alta Especialidad (CAE) “Dr. Rafael Lucio” de esta ciudad, como encargado de planeación de medicamentos.
“Es la primera maestría de este tipo a nivel nacional, realmente es una ventaja que sea impartida por la UV porque ninguna otra institución de educación superior la tiene.”
Chi Lovillo ingresó hace 10 años al nosocomio, por invitación de Abraham Soto Cid, uno de los pioneros de la farmacia hospitalaria a nivel nacional, y gracias a su desempeño fue incorporado al Departamento de Farmacia.
El egresado de la Facultad de Química Farmacéutica Biológica (QFB) de la UV explicó que su función gestionar el abasto de medicamentos a través de la Secretaría de Salud, mantener los stocks mínimos y máximos para la atención de los pacientes del hospital,de los trabajadores y personal de Seguro Popular, así como brindar asesorías técnicas sobre el uso de fármacos.
“Desarrollar el proyecto de farmacia hospitalaria ha sido interesante porque me ha permitido crecer tanto personal como profesionalmente.”
Como parte de su trabajo de investigación de la maestría, desarrolló el tema “Gestión del abasto de medicamentos con base en el método de morbilidad implementado y publicado por la Organización Mundial de la Salud (OMS)” desde 1989.
Su proyecto se enfocó en la planeación y cálculo de las necesidades de medicamento mediante este método. De esta manera ha logrado que el abasto en el hospital sea suficiente en cantidad y en número de claves, a diferencia de lo que ocurre en otras unidades hospitalarias.
Explicó que inicialmente se aplicaron alrededor de 60 encuestas a igual número de médicos y especialistas sobre las claves de medicamentos que ocupan regularmente.
“Fue un trabajo exhaustivo, todos los especialistas marcaron los fármacos que necesitaban e hicieron un análisis de acuerdo con las claves del cuadro básico nacional, requerimiento de la Secretaría de Salud para la compra de insumos.”
El siguiente paso fue hacer un concentrado y un cuadro básico de los medicamentos, con 667 claves que incluía el cuadro básico del programa del Seguro Popular para trabajadores y dependencias.
El mismo método de morbilidad indica que se debe tener un 15 por ciento extra para abastecer cualquier emergencia y atender las necesidades de los usuarios y enfermos.
Diego Armando dijo que este avance ha permitido contar con inventarios cíclicos, reponer las cantidades de abasto para que no haya faltantes y actualizar la información anualmente, toda vez que la demanda de servicios en el CAE aumenta.
Actualmente se ha logrado mantener el abasto entre el 85 y 95 por ciento, lo cual es considerable si se toma en cuenta la situación financiera por la que atraviesa la Secretaría de Salud.
“Por esta razón es muy difícil lograr el 100 por ciento de abasto, aunque damos prioridad a las claves que son vitales para la atención de los pacientes.”
Entre los fármacos más empleados destacan antibióticos, tratamiento para diabetes mellitus, presión y control de triglicéridos, sueros y soluciones para diluir medicamentos.
El resultado de esta investigación fue comparado con las compras realizadas antes de la implementación del método, registrándose un ahorro del 30 por ciento con base en el anterior sistema de abasto, puesto que el método permite optimizar el recurso autorizado y la adquisición de más claves de medicamentos con el mismo presupuesto.
Chi Lovillo agregó que cuando es imposible adquirir alguna clave, se propone algún sustituto; es decir, un equivalente terapéutico que los médicos toman en cuenta.
“Considero que después de haber cursado la maestría adquirí más herramientas, ahora muestro más seguridad al momento de interactuar con el personal médico, de fundamentar una opinión y sugerir algún otro tratamiento de tipo clínico. También me ha permitido conocer más la acción de los medicamentos en el organismo, sobre la farmacocinética y farmacodinamia”, concluyó.