La planeación de los espacios urbanos debe considerar la perspectiva de género y en Latinoamérica ya existen referentes para tomarse en cuenta, afirmó Olga Segovia Marín, catedrática de la Universidad de Chile y ex coordinadora del Programa Regional Ciudades sin Violencia hacia las Mujeres Ciudades Seguras para Todas y Todos, del Fondo de Desarrollo de las Naciones Unidas para la Mujer (UNIFEM).
La arquitecta chilena impartió la conferencia magistral “Ciudades, igualdad de género y derechos de las mujeres” como parte del diálogo internacional que con el mismo título organizaron la Coordinación Universitaria de Observatorios, la Coordinación de la Unidad de Género, el Observatorio Urbano Universitario (OUU) y el Observatorio Universitario de Violencias contra las Mujeres (OUVMujeres) de la Universidad Veracruzana (UV).
Dicho evento, realizado en el Auditorio “Alfonso Medellín Zenil” del Museo de Antropología de Xalapa (MAX), fue el marco para la firma de bases de colaboración interinstitucional que formalizan la puesta en marcha del Observatorio de Igualdad de Género de la Universidad Veracruzana (OIGUV).
Segovia Marín explicó ante los asistentes que, en la historia de la civilización, desde que hubo una división del trabajo por sexos ocurrió una asignación de distintos destinos espaciales: “Los hombres a la conquista, al territorio abierto y las mujeres a lo privado, a lo reservado; aunque actualmente hay quienes afirman que son escasos los hallazgos en este campo, sí existen mujeres que investigan estos temas, lo que ocurre es que sus trabajos no han sido visibilizados”.
Recordó además que en Latinoamérica los artistas urbanos han impulsado una perspectiva de género, logrando proyectos locales a favor de los habitantes de escasos recursos en las ciudades.
Tales esfuerzos en la teoría y en la praxis parten de dos ejes nodales: la perspectiva de género y el urbanismo, porque “se debe mirar al espacio desde la perspectiva de género”, aseveró la ponente.
Las acciones, tanto de la comunidad artística como de activistas a favor de este nuevo urbanismo, están enfocadas hacia la transformación de las desigualdades estructurales atendiendo las necesidades a corto plazo de las mujeres, con una proyección dirigida al reconocimiento y fortalecimiento de los derechos humanos, porque, contrario a lo que pueda parecer, “el espacio no es neutro”, puntualizó.
De acuerdo a su experiencia trabajando dentro del Programa Regional Ciudades sin Violencia hacia las Mujeres, se ha constatado que “está presente una contradicción en la vida actual de las mujeres, en la cual su autonomía financiera no se ve reflejada en una autonomía en la toma de decisiones, aunque reconocemos que hay avances, enfrentan también múltiples desafíos”, opinó.
La falta de una planificación considerando la perspectiva de género no sólo implica omitir las necesidades ya evidentes para las mujeres, sino que además puede perjudicar, acentuando las desigualdades sociales.
De lo que se trata, advirtió, es de avanzar hacia ciudades inclusivas, porque como lo ha planteado la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), si no hay igualdad de género no hay desarrollo sostenible, “así de central es el tema”, recalcó la urbanista.
En el mismo evento, Beatriz Rodríguez Villafuerte, coordinadora de la Unidad de Género de la UV, mencionó la importancia de contar con observatorios al interior de la Universidad, y sobre todo que el área a su cargo surgió de un acuerdo rectoral votado en el Consejo Universitario General de diciembre de 2014.
Su objetivo fundamental es transversalizar la perspectiva de género en el quehacer institucional y su misión es promover, respetar, proteger y garantizar el cumplimiento de la legislación sobre la igualdad en derechos humanos, impulsando sus acciones mediante procesos de equidad entre la comunidad universitaria, detalló Rodríguez Villafuerte.
Al celebrar la firma de las bases de colaboración, José Othón Flores Consejo, coordinador Universitario de Observatorios de la UV, expresó que éstos son grupos integrados por académicos e investigadores unidos por el interés común por un fenómeno, que producen observación objetiva lista para su uso, interpretación y difusión.
“A nuestros observatorios les pedimos que tengan un carácter científico en la observación de datos, metodológica, normativa y sistemáticamente bien fundamentados, de manera que la información que generan pueda ser usada por investigadores, gobiernos, analistas y tomadores de decisiones, así como la sociedad en general”, señaló el académico.
En el evento estuvieron como invitadas Estela Casados González, coordinadora del OUVMujeres; Maura Ordóñez Valenzuela, directora del MAX, y Harmida Rubio Gutiérrez, integrante del OUU.