La mala noticia es que durante la primera quincena de junio, en Veracruz asesinaron a 18 mujeres; varias personas que habían sido secuestradas corrieron la misma suerte, pero otras más siguen aun en cautiverio. Que perpetraron un ataque contra migrantes en el que murió una pequeña de doce años; que mataron a dos personas en Sayula de Alemán o que abandonaron restos humanos a las afueras del Cereso de Coatzacoalcos.
Otra mala noticia fue que padres de familia han tenido que manifestarse frente a los hospitales por falta de medicamentos para niños que padecen cáncer, y muchos pacientes más siguen a la espera que se resuelva el abasto de medicinas. Que asaltaron con violencia un Office Depot en Coatzacoalcos y que siguen las extorsiones y robos a comercios en Xalapa.
Que hasta los diputados locales de Morena se quejan porque los miembros del gabinete los ignoran y de manera indolente se resguardan donde no puedan ser molestados, mientras llenan la nómina estatal de familiares. Un nepotismo exhibido frente al Presidente López Obrador.
Pero nada de eso debe preocuparnos, ni a las familias de las víctimas, ni a las personas que no tienen empleo, ni a los veracruzanos profesan el morenismo. La buena noticia es que tenemos como gobernador a un hombre bueno, honrado y de buenos sentimientos, que en la lógica presidencial es algo que debemos agradecer porque se trata de “una bendición”.
¿Acaso no medirán el peso de sus palabras? En verdad ¿el Presidente y el Gobernador piensan que la gente estará satisfecha sólo con machacar en algo que ha puesto en duda el propio mandatario con comportamiento y el de sus colaboradores? ¿Acaso la honradez de Cuitláhuac salva a un estado de un infierno que ha sido señalado por todos los sectores sociales, incluida la iglesia? La indulgencia del presidente está teniendo un costo muy alto para Veracruz.
Durante la campaña electoral, Andrés Manuel López Obrador visitó tantas veces Veracruz que es casi imposible llevar la cuenta; en todas ellas, encaramó en ancas a un candidato sin experiencia ni oficio político, que nunca hizo campaña. Siempre decía lo mismo sobre Cuitláhuac: es un hombre bueno, honrado, de buenos sentimientos. Y así ganó con la votación más alta de la historia.
Casi un año después, instalados desde hace más de seis meses como Presidente y Gobernador respectivamente, Andrés Manuel sigue teniendo la misma opinión de Cuitláhuac García, lo que plantea una grave contradicción. Esos atributos, en efecto, deben ser muy valorados en quien es candidato, sin embargo, ya como gobernador, el Presidente no tiene nada nuevo qué decir de él.
En la conferencia de prensa matutina del viernes pasado, en el Salón Tesorería de Palacio Nacional, el Presidente defendió, por enésima ocasión, el desempeño del gobernador de Veracruz, Cuitláhuac García, y aseguró que “es una bendición que el mandatario estatal no sea corrupto.” Sin duda, el arzobispo Hipólito debió perder a un extraordinario colaborador.
Dijo que “hace tiempo que no había un gobernador en Veracruz como Cuitláhuac García, no quiero decir aquí cómo eran los gobernadores de Veracruz, eso se lo dejo a los ciudadanos”. Y tiene razón, por eso los echaron del gobierno. Pero ahora son los mismos ciudadanos –no sólo los múltiples adversarios políticos de Cuitláhuac, que los hay-, los que reclaman el abandono en que se encuentra el estado a causa de la ignorancia e incompetencia de su gobierno.
Pero, ¿Y qué opina del trabajo de Cuitláhuac, señor Presidente?, es lo que se preguntan los miles de veracruzanos víctimas de la violencia y la renovada corrupción que vive Veracruz. De lo que no habla López Obrador es de la maldición en que se ha convertido la inseguridad y el nepotismo en Veracruz; tampoco de que nuestro gobernador no tenga la más peregrina idea de cómo gobernar a 8 millones de veracruzanos.
Luego de la exhibición pública por los casos de nepotismo –lo que el Presidente se comprometió a investigar y que no ha hecho-, Cuitláhuac fue el viernes a Palacio Nacional a hablar sobre el programa impuesto por los Estados Unidos para frenar la migración de miles de centroamericanos. Dijo que en Veracruz ya se están aplicando acciones para proteger a los migrantes que pasan por la entidad.
Sólo él sabe de qué se trata. Hasta ahora, la única acción reconocible es la presencia de la Guardia Nacional, que no depende del gobierno estatal sino de la Federación.
Si nos atenemos a lo dicho por López Obrador, en Veracruz tenemos a un santo que no tiene idea de cómo gobernar el infierno.
Las del estribo…
1. Hace algunas semanas, alguien me comentó que el Secretario de Educación habría hecho de las cooperativas escolares un gran negocio personal. No pude comprobar que fuera cierto, sin embargo, ahora él mismo anuncia que serán los padres de familia quienes se hagan cargo de estos establecimientos para que los recursos se queden en las escuelas. También hay buenas noticias.
2. Celebrando el Día del Padre, ayer decenas de personas estuvimos de visita en el Parque Natura, un espacio excepcional y uno de los principales pulmones de la ciudad que observa un lamentable deterioro. Le falta mantenimiento e imaginación; bien podrían hacer una gran inversión que podría ser recuperable gracias al turismo y el consumo. La instalación, por ejemplo, de un zoológico es sólo alguna de las muchas opciones que pueden ser exploradas. El abandono no necesariamente significa ahorro.