Prefacio.

A pesar de que pretenden manejarse con “bajo perfil”, poco a poco las irregularidades en que ha incurrido el corporativo portugués Mota-Engil empiezan a salir a la luz. *** Apenas el pasado jueves el grupo legislativo de Morena en el Congreso local presentó ante el pleno un anteproyecto de punto de acuerdo para exhortar a la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) y a la Comisión Nacional del Agua (Coangua) para que intervengan ante los representantes de Mota-Engil que están al frente de la autopista Cardel-Poza Rica. *** Al menos un millar de pobladores de la congregación Felipe Carrillo Puerto están en riesgo, si se suscitan las inundaciones que provocaría un terraplén levantado como parte del trazado de esa vía de comunicación. *** La secretaria de Protección Civil del gobierno, Guadalupe Osorno Maldonado, señaló que dicha obra actúa como un dique y en temporada de lluvias puede afectar a las comunidades aledañas. *** Y ese no es el único caso. En el municipio de Jilotepec, las autoridades municipales siguen en espera de que se dé cumplimiento a la minuta firmada por la misma empresa, que fue la responsable de la construcción del libramiento de Xalapa. *** El alcalde Sergio Fernández Lara explicó que desde que se entregó el libramiento a la SCT, Jilotepec ha sido declarada hasta cinco veces en emergencia por las inundaciones, lo que no había ocurrido antes de dicha obra. *** Han pasado seis años desde que se firmó el compromiso de hacer las correcciones necesarias para evitar los estragos que se provocan en temporada de lluvias. *** El principal problema es que las toneladas de agua, lodo y material de relleno de dicha obra taparon por completo los cultivos y han sepultado parcialmente las viviendas. *** Mota-Engil, que a través de la empresa Copexa (Concesionaria Autopista Perote Xalapa) cobra las más altas tarifas de peaje en esa vía de comunicación, nada ha hecho para poner solución a un problema que fue generado por su obra. *** ¿Y nuestras autoridades?

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El Presidente Andrés Manuel López Obrador invitó el pasado viernes, a su conferencia de prensa matutina, a los gobernadores de Oaxaca, Chiapas, Campeche, Tabasco y Veracruz, quienes integran el sector sur-sureste del territorio nacional y que se comprometieron a trabajar de forma coordinada con la Federación para “revertir el fenómeno migratorio”.
El tema es, de por sí, delicado, pues sugiere una forma de sumisión del gobierno mexicano frente a las amenazas económicas que lanzó el Presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
Sin embargo, el espacio sirvió también para confrontar a los gobernadores en temas en los que han mostrado alguna divergencia con la administración del Presidente López Obrador.
Era inevitable.
A Cuitláhuac García le preguntaron directamente, frente al Presidente, si se fomentaba el nepotismo en su gobierno, toda vez que un primo suyo había asumido un cargo relevante en la Secretaría de Finanzas estatal.
El gobernador de Veracruz, frente a su jefe político, el Presidente de México, recurrió a la misma respuesta simplista (y falaz) que ya había emitido en Veracruz:
“Yo reitero, lo dije en una conferencia, a partir de que aquí se planteó sobre la cuestión de nepotismo; mis apellidos son García Jiménez y aquí se habló de un Guerrero Pérez”.
Enseguida tomó el micrófono el Presidente.
(“Ahora lo va a corregir; le va a aclarar que no es suficiente que los apellidos no coincidan, que debe ir más allá”, pensaron los que escuchaban la conferencia de prensa).
No fue así.
Andrés Manuel López Obrador salió a defender a Cuitláhuac García una vez más y con el mismo argumento, ya desgastado a estas alturas, y de muy dudosa credibilidad, dada la flagrante violación a la orden de su jefe político, de no abusar del poder que les ha sido conferido.
– Gobernador, por favor, ¿y no es inmoral que no se pueda dar solución?
(AMLO): Ah, no, yo les contesto, yo te contesto. Nosotros nos sentimos muy satisfechos con el trabajo del gobernador de Veracruz, eso le puedo decir a mis paisanos veracruzanos, porque ya llevaba tiempo que no había en Veracruz un gobernador como Cuitláhuac García, llevaba mucho tiempo. No quiero aquí puntualizar sobre cómo eran los gobernadores de Veracruz, eso se lo dejo a los ciudadanos. Lo que sí me consta, y lo puedo decir a voz en cuello, de que Cuitláhuac es un gobernador honesto, trabajador y de buenos sentimientos”.
¡Excelente, señor Presidente!
¡Qué bueno que tenga usted esa visión, ese tino para encontrar gente honesta en un país que está lleno de corruptos!
Sólo un par de preguntas más:
¿Entre sus curiosidades no tendrá a algún otro atributo para acreditarle a nuestro gobernador?
¿Considera usted que ser honesto (“a diferencia de los que lo antecedieron”) es suficiente para sacar a Veracruz del profundo bache en el que se encuentra sumido?
Ya hoy el título de “Cuitláhuac el Honesto” no es suficiente para los veracruzanos. Quieren escuchar del Presidente expresiones como: “es muy capaz”, o “es el más valiente”, o “es el más comprometido con sus gobernados”.
Tal vez lo sea, pero al Presidente esas virtudes le parezcan “menores”, por debajo de la honestidad.

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Epílogo.

Hay un tema en el que el gobernador Cuitláhuac García sí ha sido congruente, comprometido: la protección de los derechos de las comunidades indígenas en Veracruz. Este domingo, en el Palacio Legislativo, tuvo lugar la Asamblea Estatal de la Gubernatura Indígena de Veracruz, con la presencia de 168 Jefes Supremos de las comunidades originales de todo el estado. *** Durante el evento, los más altos mandos indígenas de la entidad hicieron un especial reconocimiento a la labor que han realizado la diputada Adriana Esther Martínez Sánchez, y el jurista Tomás Mundo Arriasa. Gracias a la labor de estos dos personajes, muy pronto podrían obtener su libertad al menos 150 indígenas que se encuentran presos a pesar de que se cometieron irregularidades en sus procesos. En esta tarea el apoyo del gobernador Cuitláhuac García ha sido fundamental.

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