El gobierno estatal y el Congreso local nomás no embonan. Los diputados –incluso los de Morena- expresaron ayer su hartazgo de que el Gobernador y los secretarios no los escuchan, no los atienden, ni siquiera los invitan a los actos oficiales en sus distritos. Pensar siquiera en que sean gestores eficaces es una utopía. Ayer, una vez más, el Congreso le estalló a Cuitláhuac García.
La sesión ordinaria transcurría como un verdadero Diazepam. Sin temas relevantes que discutir –el rescate del periodista Marcos Miranda había ahuyentado a los aficionados-, los diputados apenas y reunían el quórum para celebrar una sesión de verdadero trámite; las butacas lucían vacías, la mayoría de los medios habían abandonado el recinto, cuando de la nada, se desató la tormenta.
En la recta final, cuando los pronunciamientos –esos efímeros llamados a misa- estaban a la vista, el horno se empezó a calentar.
Quien abrió plaza fue la diputada Ivonne Trujillo Ortiz, integrante del Grupo Legislativo Mixto “Movimiento Ciudadano – PRD”, quien presentó un Anteproyecto de Punto de Acuerdo para exhortar al Gobernador a trabajar coordinadamente con los miembros del Congreso. “No nos reciben o de plano nos cancelan las reuniones. Si así nos tratan a los diputados ¿qué pueden esperar los ciudadanos”, fue la queja recurrente.
La joven diputada de Movimiento Ciudadano propuso dos cosas: que el gobernador invite a los legisladores cuando realice giras en sus distritos –algo que estaba en el protocolo más básico de la agenda de gobierno-; y que le diga a los secretarios que hagan caso a los diputados y atiendan a los ciudadanos. La conclusión de algunos es que no reciben a nadie porque no tienen nada que ofrecer, porque no tienen idea de lo que se trata su trabajo o porque les gana la arrogancia de un cargo que jamás imaginaron.
Lo curioso fue que a pesar de recoger el sentimiento de la mayoría de sus compañeros diputados, la propuesta de Trujillo Ortiz pasó sin pena ni gloria, sin una sola adhesión del resto de los grupos legislativos.
Por eso resultó por demás sorpresivo que fuera el Diputado José Magdaleno Rosales Torres, integrante de Morena, quien encendiera la mecha y diera lugar a una caterva de quejas y lamentaciones sobre el mal trato que han recibido los legisladores por parte de los miembros del gabinete estatal y del propio gobernador.
Y de pronto, la sesión se encendió. Vinieron las acusaciones de doble moral, de la defensa irresponsable del fiscal por parte de los panistas, por un lado, y el desastre político y financiero que vive Veracruz como expresión de la cuarta transformación, por el otro. Y se dieron con todo.
El propio Magdaleno Rosales –cuyo Anteproyecto de punto de acuerdo sólo se refería al cumplimiento de la ley para el fomento de la actividad piloncillera- reclamó inicialmente el desdén y la falta de interés del secretario del ramo Eduardo Cadena Cerón (¿alguien lo conoce?), pero ya después, cuando las pasiones se encendieron, él mismo reconoció que muchos secretarios de despacho no lo han querido recibir.
Y a Ivonne y Magdaleno se sumaron todos, tirios y troyanos. Uno de los que salió peor librados fue el Secretario de Salud, el florido Roberto Ramos Alor, quien ha dejado plantada hasta en tres ocasiones a la diputada Andrea Yunes, Presidenta de la Comisión de Salud; además, funcionarios a su cargo han dicho al diputado Alexis Sánchez García –Secretario de la Mesa Directiva- que si tantas ganas tiene de ayudar a un paciente, que le pague de su bolsa su atención médica en un hospital privado. ¡Sopas!
Para entonces, ante la batalla campal, el coordinador morenista, Juan Javier Gómez Cazarín prefirió escabullirse entre las curules y abandonar el barco en medio de la tormenta; el presidente de la Mesa Directiva, José Manuel Pozos Castro tampoco atinaba a devolver el orden a la sesión. Todos querían las cabezas de los secretarios de despacho. Serán llamados a cuentas muy pronto.
Sin duda, incluso para los representantes de Morena, el gobierno de Cuitláhuac es disfuncional, arrogante e indolente. Tal vez hayan olvidado que será el Congreso quien les apruebe el presupuesto el próximo año –algo que se decidirá en pocos meses- y ante quienes tendrán que rendir cuentas después del Primer Informe de Gobierno.
Sin excepción, los miembros del gabinete han minado el terreno al Gobernador y a ellos mismos. Las peores derrotas podrían estar por venir.
Las del estribo…
- Por más que nieguen su vínculo con destacados personajes del duartismo, el gobierno estatal insiste en mostrar el cobre. Ahora tocó el turno al Comité Ciudadano Anticorrupción –que desde ayer preside Emilio Cárdenas – donde impusieron a Adriana del Valle, un joven cuadro de Jorge Carvallo desde sus tiempos de Presidente del PRI. La complicidad pesa más que la lealtad.
- ¡Qué bueno que Marco Miranda Cogco se encuentra bien y en compañía de su familia!, porque hasta ahora es de lo único que hay certeza.