El cambio climático, la globalización y falta de programas de prevención por parte del sector gubernamental, han propiciado el repunte de enfermedades parasitarias intestinales en el mundo, y son los niños y mujeres embarazadas los más vulnerables, sostuvo Bertha Yanahiz Mendoza López, alumna del sexto semestre de la Facultad de Bioanálisis de la Universidad Veracruzana (UV). 

La universitaria ofreció la charla “Las enfermedades parasitarias intestinales como un problema de salud pública”, el viernes 31 de mayo en el Aula de Maestros de la entidad universitaria. 

Señaló que el aumento de viajeros de los países en desarrollo e industrializados, combinado con la globalización que lleva en ascenso la comercialización de productos frescos, contribuyen en gran medida a la diseminación de los agentes de enfermedades parasitarias y de otros agentes patógenos, cuya dispersión no está restringida por situaciones geográficas o económicas, convirtiéndolas en una amenaza mundial significativa. 

Bertha Yanahiz Mendoza expresó que las epidemias ocasionadas por protozoos a través de alimentos no son muy frecuentes, con excepción de las asociadas con Cyclospora cayetanensis, que en el mundo desarrollado occidental se le asocia a un gran número de epidemias por productos frescos contaminados. 

Respecto a las principales enfermedades parasitarias en el mundo, mencionó que son: Esquistosomiasis, que se distribuye principalmente en África, Brasil, Venezuela, Oriente Medio, China, Indonesia y Filipinas. De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), en 2007 se registraron 200 millones de casos, de los cuales sólo 100 millones tuvieron acceso a algún tratamiento. 

Otro padecimiento parasitario es el Oncocercosis (ceguera de río), que es transmitido por la mosca negra Simulium; el 99 por ciento de las personas con esta enfermedad vive en África, y para 2017 la OMS tenían un registro de 20.9 millones de casos en el mundo; de la Teniasis y Cisticercosis, que se contraen a través de larvas que afectan el tejido o el cerebro, el mayor número de casos se tienen en África, Asia y América Latina (AL), y en el mundo se tiene un registro de 8.3 millones de personas con neurocisticercosis. 

En relación a vectores, en la parte continental de AL se registraron entre seis y siete millones de padecimientos por Triatominae; por paludismo, el mayor impacto se ha dado en África, Asia y América, que en 2017 registraron 219 millones de casos y provocaron la muerte de niños, principalmente. 

“A nivel mundial hay mucha parasitosis, de la gente que necesita tratamiento sólo la mitad tiene acceso a él y el problema radica en que son enfermedades olvidadas por los programas de salud instrumentadas por los gobiernos; nosotros como profesionales de la salud intentamos realizar buenos diagnósticos y fomentar en la población hábitos de prevención, porque prevenir sale más barato que tratar la enfermedad”, precisó la joven universitaria.