Desde la inmolación del líder campesino, Ramiro Guillen Tapía ocurrido el 30 de septiembre del 2008 en la plaza Sebastián Lerdo, hasta el acontecimiento más reciente de una mujer en crisis nerviosa registrado el 29 de mayo del presente año, ha puesto al descubierto la inoperancia de las administraciones estatales, para dar pronta respuesta a los ciudadanos cuando se encuentran y ponen en situación riesgo su integridad, y a los testigos de los hechos.

Los empleados de la Secretaría de Gobierno, a cargo de Eric Patrocinio Cisneros Burgos y de la subsecretaría de Gobierno a cargo de Carlos Alberto Juárez Gil, estuvieron presentes el pasado miércoles cuando una mujer fuera de sus cabales estaba arriba de su automóvil y a su vez encima de una grúa, para manifestar diversas frases que carecían de sentido, pero que su integridad corría peligro, porque podía aventarse a los automóviles que circulaban por la calle Enríquez.

Eran seis empleados de la secretaría de Gobierno que portaban gafete de la secretaría de Gobierno, y que sólo llegaron a pararse en la calle Enríquez a observar como actuaba la mujer en situación de crisis, pero en ningún momento actuaron para llamar a la secretaría de Protección Civil (SPC), a la secretaría de Seguridad Pública (SSP), a la secretaría de Salud y Dirección de Servicios de Veracruz (SESVER) y a la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH).

Ese miércoles, luego de que fueron identificados como empleados del gobierno de Cuitláhuac García Jiménez, los representantes de los medios de comunicación, les solicitaron que intervinieran, que llamarán a un médico, a un psicólogo, a Protección Civil, a Derechos Humanos para prevenir un accidente, pero los funcionarios sólo se quedaban callados e ignoraban las peticiones.

Estos funcionarios del gobierno de García Jiménez, actuaron de la misma manera que lo hicieran los empleados de la subsecretaría de Gobierno a cargo de Ricardo Landa Cano y de la secretaría de Gobierno, bajo el mando de Reynaldo Escobar Pérez, hace 11 años, cuando el líder Popoluca, Ramiro Guillen se roció de gasolina y se incendió en la plaza Sebastián Lerdo.

La inoperancia de los empleados del gobierno de Fidel Herrera por salvar la vida de un hombre, se reflejó en los funcionarios del gobierno de Cuitláhuac el pasado miércoles, sólo vieron, pero no actuaron, no intervinieron para salvaguardar a la mujer en situación de crisis.

Ese 30 de septiembre del 2008, Ramiro Guillen gritó “Que el gobierno pague las injusticias contra los indígenas Popolucas” y acto seguido se inmoló frente a los medios de comunicación, transeúntes y empleados del gobierno de Fidel Herrera Beltrán, que corrieron a traer un extinguidor, mientras que otros presentes le aventaron un saco para tratar de apagar el fuego que desprendía de su cuerpo.

Minutos más tarde, el líder de los indígenas de la sierra de Soteapan, fue llevado con la ayuda de una ambulancia al hospital civil “Dr. Luis F. Nachón”, dónde murió el 01 de octubre alrededor de las 09:30 horas, según informó el entonces director médico, Melito Lozano Morales.

Otro episodio que pudo haber terminado en una inmolación, pero que fue impedido por los ciudadanos, fue el 28 de noviembre del 2016, cuando el líder de taxistas de la región de Orizaba, Víctor Hugo Dector Moreno se roció de gasolina frente a palacio de gobierno, a la mitad de la calle Enríquez.

Eran alrededor de las 19:30 horas del lunes 28 de noviembre, cuando el líder de los taxistas se mostraba desesperado, porque el ex gobernador, Javier Duarte de Ochoa – hoy preso en un penal de la Ciudad de México por el desvió de recursos públicos de 61 mil millones de pesos, asociación delictuosa y operaciones con recursos de procedencia ilícita- les quedó a deber emplacamientos y permisos para taxis de Orizaba.

Cuando Dector Moreno se había rociado de gasolina, recibió una llamada telefónica del entonces Secretario de Gobierno, Genaro Mejía, a quien le grito: “su gobierno corrupto nos tiene hasta la madre, en nuestra cara les siguieron dando emplacamientos y permisos a los mismos corruptos de siempre, ya no vamos a ser sus pendejos, este gobierno no vale una mierda”.

Posterior el líder de los taxistas fue retirado con la ayuda de una ambulancia y socorristas para evitar que su auto se incendiara.

Un ejemplo reciente de la inoperancia de la secretaría y subsecretaría de Gobierno, es la carpa instalada desde el 05 de diciembre del 2018, a unos días de haber rendido protesta el gobernador Cuitláhuac García Jiménez.

Desde hace siete meses, en la plaza Sebastián Lerdo, los turistas, capitalinos y diversos manifestantes pueden dar cuenta de la carpa color blanca instalada por Gabriel Romero Reyes que exige la intervención del gobierno de Veracruz para desalojar a Benito Corona Galindo y a Josefina Vázquez de Corona de su propiedad además de una indemnización por más de un millón de pesos.

En esa carpa, Gabriel Romero cuenta con una estufa, tanque de gas, horno de microondas, mesas, sillas, bancos, platos, tazas, sartenes, que le han servido para habitar los últimos 210 días de gobierno de Cuitláhuac García Jiménez.

El manifestante tiene colgada una lona, en la que expresa que Benito Corona y Juana Vázquez le quitaron su casa y pide al gobierno del estado que le ayuden a recuperarla, pero hasta ahora, no ha tenido respuesta y continúa con su carpa instalada frente a palacio de gobierno.

AVC/Verónica Huerta