En esta segunda parte de la conversación, el bajista danés Lasse Mørck habla de sus experiencias en Xalapa y hace una serie de reflexiones en torno a su concepción de la música.
Del lado de acá
Debí quedarme en Dinamarca si quería seguir este camino porque, la verdad es que tenía mucho trabajo, vivía bien nada más de tocar y probablemente hubiera sido muy bueno seguir ese camino para mi carrera, pero también tenía ganas de hacer algo diferente, aunque no tan diferente como ir a un nuevo lugar, así que me regresé a Xalapa porque, además, en 2015 sentía que todo era muy presionado porque sabía que iba a irme y sentía que no tenía tiempo para hacer todo lo que quería, que había cosas que no entendía y que podía aprender aquí, y creo que ahora estoy entendiendo más estas cosas, aunque también es difícil dejar todo, principalmente de esa manera.
Ahora estoy intentando establecerme, estoy haciendo las cosas que me interesan y espero que salgan como quiero. Estoy dando clases particulares, estoy tocando con varias gentes: he tocado a dueto con Édgar Dorantes y con Paquito Cruz, Orbis Tertius me invitó a dar dos conciertos con ellos, Laura Rebolloso también me invitó a tocar con ella, he tocado un poco con Alonso Blanco, con Tim Mayer, con varias gentes. Hice un proyecto personal a trío con Ramiro González y Alex Lozano, y últimamente hice mi quinteto con Paquito Cruz, Renato Domínguez, Ramiro González y Alejandro Bustos, tocamos en Cauz y nos fue muy bien, así que estoy haciendo cosas pero todavía me falta establecerme un poco más.
Hay muchos buenos músicos por aquí, supongo que es por eso que me gusta estar aquí, hay un buen nivel, hay un buen ambiente, y es diferente porque son cosas distintas para las que es buena la gente de aquí y la de allá.
Voy a regresar a Dinamarca en el verano para visitar y tocar en un festival en Copenhague en julio donde siempre quiero estar y regreso en agosto, la verdad es que me gusta estar aquí, me siento bien, y como toma un poco de tiempo establecerse y conocer las cosas, voy a darme un chance para ver qué va a pasar, así que aquí estoy.
De otros lados
En mis discos te vas a dar cuenta de que sí tomo mucha inspiración de la música latinoamericana, pero especialmente de las tradiciones de aquí porque me toca mucho, me interesa mucho y, claro, porque he estado tocando bastante el son jarocho y también tomo mucha inspiración de eso y estoy muy interesado en investigar qué hay y por qué.
Quién sabe qué va a pasar en el futuro pero no me interesa tanto vivir de la música clásica, por ejemplo, creo que no quiero estar en una orquesta sinfónica, es que si estás en una orquesta es que es muy sacrificado porque tienes que tocar como una unidad con los otros bajistas, pueden ser siete, ocho o nueve bajo y deben sonar igual y tocar las partes que están escritas para el instrumento, pero lo que a mí me interesa —y supongo que es por eso que estoy en el jazz— es jugar, seguir mi curiosidad y crear cosas en el momento, ser creativo; eso me interesa más que la técnica o tocar la música de otra persona.
Vivimos en un mundo muy caótico y el arte es siempre un reflejo de eso, un retrato de algo caótico en lo que ponemos la atención. En la música es igual, así que hay gente que necesita mucho control, a mí me gusta el control, lo admito, pero no existe de verdad, nunca vas a saber qué va a pasar mañana; por eso hay gente a la que le gusta ser conservadora, por mantener las líneas fijas, dice «es eso y no eso» porque así se siente más segura. Supongo que es por eso que nos encantan los deportes, porque hay reglas fijas y parece justo porque son iguales para todos, pero ¿por qué luchar por una palabra [jazz] que alguien inventó hace noventa años o algo así?, yo creo que no vale la pena, lo que vale la pena es decir qué cosas son importantes para mí. Hay mucho jazz que a mí no me gusta, o por lo menos que a mí no me toca, pero lo respeto, respeto a la gente que le interesa ir a lo caótico, al avangard con el free jazz.
Hay músicos que se llaman freejazzeros, otros que se llaman música de improvisación, hay otros que se llaman de otra manera, yo no quiero luchar por la palabra porque no tengo que hacerlo, hay gente que sí porque, por ejemplo, en Dinamarca hay apoyo cultural y es dividido entre géneros, así es que si tú quieres el dinero que viene para el jazz, tienes que defender que tu música es jazz. Afortunadamente, ahora no tengo que hacer eso, pero si la gente me pregunta, yo normalmente digo que toco jazz porque eso es lo que hago la mayoría del tiempo y es lo que me interesa mucho y siento que vengo de eso aunque yo no soy del país donde nació.
Me gusta la música, no me gusta mantenerme en un solo género y decir voy a tocar eso y nada más, me gusta seguir mi curiosidad, tomar los chances, por eso es que estoy aquí.
PRIMERA PARTE: Del lado de allá
CONTACTO EN FACEBOOK CONTACTO EN INSTAGRAM CONTACTO EN TWITTER