Especialistas en inteligencia artificial (IA) adscritos a varias instituciones del país, reflexionaron en torno al estado actual de esta disciplina en México y afirmaron que aunque ya pasó de la investigación a la aplicabilidad, aún hay una enorme brecha de desarrollo en comparación con otras naciones del mundo donde sí apuestan a la inversión en materia tecnológica y educativa.
En la mesa de discusión “La Inteligencia Artificial en México”, realizada en el marco de la celebración por el 25 aniversario de la Maestría en Inteligencia Artificial (MIA), del Centro de Investigación en Inteligencia Artificial (CIIA) de la Universidad Veracruzana (UV), participaron: Jesús Savage Carmona, Oscar Castillo, Raúl Monroy, Luis Enrique Sucar Succar, Eduardo Morales Manzanares, Carlos Coello Coello y Juan Humberto Sossa Azuela.
Por alrededor de dos horas, la discusión se amplió a los problemas nacionales que se enfrentan en esta materia y el lugar que ocupa a nivel internacional, áreas de oportunidad y perspectivas.
Varios de los ponentes coincidieron en apuntar que para ellos la IA llegó tarde, pues en su época escolar carecían de computadoras, o bien se dieron una idea de su importancia por el contenido de las películas que se proyectaban sobre ciencia ficción, además de cuentos y novelas acerca de esta temática.
Ante investigadores y estudiantes del CIIA, Juan Humberto Sossa, del Laboratorio de Robótica y Mecatrónica del Centro de Investigación en Computación del Instituto Politécnico Nacional (IPN), puntualizó que la IA es un área transversal que puede impactar en cualquier campo, pues para resolver una problemática basta con desarrollar algoritmos.
El miembro del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) Nivel 3 y de la Academia Mexicana de Ciencias desde 1997, subrayó que a nivel nacional se tiene la oportunidad de desarrollar tecnología y la IA ya pasó de la investigación a la aplicabilidad, pero muy pocas universidades la ofertan.
“Podemos decir que la IA tiene su propio nicho de oportunidad, pero la intención es formar a los jóvenes en el uso de esta tecnología.”
En su exposición fue positivo al decir que México tiene una gran área de oportunidad y un gran potencial a pesar de su idiosincrasia.
Carlos Artemio Coello, investigador del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) del IPN, destacó que para México nunca ha sido una prioridad usar a la ciencia como un polo de desarrollo, cuando otras naciones como Corea o China le han apostado a la educación y a la tecnología con resultados satisfactorios.
En este sentido, se pronunció por la transformación en el modelo educativo mexicano, en el que se fomente la creatividad y no la memorización y los alumnos de nivel básico aprendan varios idiomas.
Tristemente, dijo, disfrutamos de nuestra mediocridad, de ahí la necesidad de cambiar el paradigma y la mentalidad, “es hora de que se dé la importancia a la investigación y al desarrollo tecnológico.
El egresado de la Universidad Autónoma de Chiapas (Unach), también se refirió a las consecuencias que traerá consigo el avance de la IA pues los humanos tendremos que aprender a vivir con menos privacidad y empleos, ya que con la masificación tecnológica todo será más automatizado para ahorrar costos.
Al mencionar el caso de México, comentó que sí ha habido transformación y ha aumentado el número de publicaciones en materia de IA, no obstante falta liderazgo y movernos más hacia la excelencia.
Por su parte, Eduardo Morales, investigador del Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica (INAOE), lamentó que en México a pesar de que se ofertan alrededor de 200 licenciaturas en computación, la mayoría de los estudiantes tienen pocas bases matemáticas.
También subrayó que es preciso cambiar la visión y establecer políticas públicas que promuevan el desarrollo en ese sentido, aunque tampoco se tiene que esperar a que todo lo otorgue el gobierno, pues los ciudadanos deben promover ciertas iniciativas.
En la actualidad, dijo que muchos países invierten grandes cantidades de dinero para ver quién va más allá y quién desarrolla más empresas, pero nuestro país está muy lejos aún de competir a nivel internacional.
“Aunque la comunidad científica y tecnológica en IA ha crecido, todavía sigue siendo pequeña, tomando en cuenta la evolución de otros países”.
En tanto, Raúl Monroy, profesor en Ciencias de la Computación en el Departamento de Ciencias de la Computación en el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, campus Estado de México, narró que él creció en la ciudad de Acapulco donde la lectura no era un hábito regular entre los habitantes.
Posteriormente, cursó sus estudios de Comunicación en la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), mientras que su primer contacto con la IA fue a través de sus clases de maestría.
Expuso que la IA dentro de las áreas de computación es la más desarrollada, lo cual no quiere decir que ya no sean necesarios más especialistas en esta rama del conocimiento; sin embargo, no hay suficiente presupuesto para que las instituciones educativas promuevan carreras para el estudio e investigación de la IA.
“Es un hecho que instituciones de otras latitudes mundiales ven a México con falta de fuerza en ese sentido.”
Por tanto, se requiere de mayor inversión y trazarse metas a fin de democratizar la IA, “la idea es ir hacia una IA más responsable que todos podamos manipular”.
Oscar Castillo, investigador del Instituto Tecnológico de Tijuana, planteó la necesidad de impulsar planes visionarios a nivel nacional.
Respecto de la vinculación con otros países, aseveró que sí es factible, así como la investigación con otras universidades.
Para Luis Enrique Succar, investigador del INAOE, la IA quizá es el área que más se ha desarrollado en el país; sin embargo, si nos quedamos en el plano de la investigación no se logrará un alto impacto, por lo tanto se requiere instalar y desarrollar más tecnología y empresas.
“La academia no puede ser la única alternativa de la IA, si no, se satura, se requiere ir más allá.”
Resaltó que uno de los retos es acercar la computación a alumnos de nivel básico y medio.
Jesús Savage, investigador y catedrático de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), lamentó la situación laboral actual pues para un egresado de posgrado en IA no hay plazas disponibles.
En este sentido, las empresas deben contratarlo, pero tampoco las hay de este giro, lo cual desencadena fuga de cerebros y pérdida de recursos humanos. “Tenemos que pensar a largo plazo, generar nuevas visiones”.