Este martes el subsecretario de Derechos Humanos, Alejandro Encinas, dijo que Veracruz ocupa el primer lugar nacional en fosas clandestinas con 76 y es la entidad donde menos identificaciones se realizan.
Caray, otro lugar sobresaliente.
Un Primer lugar en feminicidios, un segundo en secuestros y crímenes de odio, un tercero en desapariciones forzadas y violencia intrafamiliar, un cuarto lugar nacional en ejecuciones y ahora un primero en fosas clandestinas, pintan de cuerpo entero la descomposición social que existe en la entidad.
Pero eso le vale gorro a la clase política de la 4T que anda en otro rollo haciendo comentarios tontos, atrabancados y hasta temerarios. El secretario de Gobierno Eric Cisneros, dijo que existen sospechas “muy fundadas” de que el Fiscal, Jorge Winckler forma parte del crimen organizado.
En su turno al bat, el gobernador Cuitláhuac García, que negó hace tres días la existencia de fosas clandestinas en el penal Duport Ostión de Coatzacoalcos, dijo que se hará una revisión más a fondo y en caso de hallar cadáveres, la responsabilidad recaerá en los ex titulares de la Secretaría de Seguridad Pública, Arturo Bermúdez Zurita y Jaime Téllez Marie.
Ambos comentarios soltados así nomás, también pintan de cuerpo entero la clase de gobernantes que tiene Veracruz.
Winckler podrá ser lo que sea, pero acusarlo de pertenecer a la delincuencia organizada son palabras mayores. Por su parte, ni Bermúdez Zurita ni Téllez Marie son blancas palomas (sobre todo el primero), pero al cargarles una culpabilidad a priori, Cuitláhuac se está metiendo en una bronca que podría costarle algo más que una dolorosa migraña.
También de manera irreflexiva el gobernador dijo que Miguel Ángel Yunes simuló haber recuperado bienes supuestamente comprados por Javier Duarte con dinero de los veracruzanos. Cuando le preguntaron si las casas recuperadas en Estados Unidos también fueron puro cuento contestó: “Se las quedaron ellos, Yunes y todos ellos se las quedaron”.
Sólo que en relación a este tema no fue lejos por la respuesta. Mediante un comunicado el ex Coordinador de Comunicación Social de Yunes, Elías Assad Danini, le despepitó uno por uno los bienes incautados a Duarte y su banda, la cantidad de dinero en efectivo que también se incautó (798 millones 081 mil 450 pesos con 72 centavos), el nombre del banco donde está depositado el dinero y hasta el número de cuenta.
Elías remató: “Es lamentable que ante la falta de resultados y una sensible regresión en todos los órdenes, Cuitláhuac García Jiménez declare mentiras que sólo pretenden cubrir su pésimo desempeño. Su ignorancia no debe excusarlo. Si él tiene conocimiento de que alguien ‘se clavó’ algo, debe proceder a presentar la denuncia con las pruebas correspondientes. Es su obligación, aunque no lo sepa”.
Y Cuitláhuac no contestó.
También en esta semana, la señora Xóchitl Arbesú que cobra como si en efecto trabajara como Secretaria de Turismo, pidió a los periodistas “no escandalizar” con el tema de la inseguridad, el cobro de piso y las extorsiones a los prestadores de servicios turísticos, ni con el cierre de empresas del ramo. Algo así como “ya dejen de joder con lo mismo, por favor”.
En el caso de los establecimientos que han cerrado dijo que “hay que ver sus causas”, pues según ella los empresarios no reportaron afectaciones al turismo derivadas de la inseguridad.
¿Turismo?
A ver, vamos aclarando. Un turista es aquella persona que reserva con tiempo una habitación en un hotel de un lugar determinado, pasa varios días disfrutando de sus playas (si las hay) comiendo en sus restaurantes, visitando sus sitios históricos, culturales, religiosos, etc. Haciendo el gasto en sus tiendas, bebiendo en sus antros y comprando combustible en sus gasolineras.
Quienes visitaron Veracruz en Semana Santa fueron familias que llegaron en bola por la mañana, comieron tortas hechas en casa, se las bajaron con agua de horchata también hecha en casa, se asolearon unas horas en las playas y regresaron a sus lugares de origen al caer la tarde.
Estos no fueron turistas, fueron visitantes exprés.
Los primeros, que fueron pocos, dejaron una cantidad de dinero llamada derrama económica. En cambio, los segundos que fueron un resto y en efecto inundaron las playas, gastaron poco o casi nada.
¿Por qué está bajando el turismo de unos años para acá? Es más que sabido que por la inseguridad. Pero de eso no hay que hablar para no escandalizar, pidió Xóchitl. Tampoco hay que hablar de las Agencias de Viaje que han tenido que cerrar porque la delincuencia les cobra hasta 100 mil pesos mensuales de cuota.
Hablemos de cosas bonitas, es el mensaje. La bronca es que no hay cosas bonitas de qué hablar. Ni modo de contar como bonitos los desatinos verbales de los funcionarios, ni de presumir los deshonrosos primeros lugares que sigue acumulando Veracruz.