La petrolera Saudí Aramco, empresa estatal de Arabia Saudita, fue atacada por el grupo rebelde hutí, situación que fue calificada como terrorismo por el ministro de Energía árabe, Khalid al-Falih.
Los rebeldes yemenís han atacado en repetidas ocasiones con misiles a ciudades sauditas, pero autoridades del reino han dicho que es la primera vez que una instalación de Aramco fue atacada con aviones no tripulados.
El ministro de Energía saudí, Khalid al- Falih, dijo el martes que dos estaciones de bombeo de crudo para el oleoducto Este- Oeste fueron atacados por drones cargados de explosivos, calificando el incidente como un «acto de terrorismo» contra los suministros petroleros globales.
Falih aseguró que la producción petrolera saudí y sus exportaciones de crudo y productos refinados continúan sin interrupciones, pero que el gigante estatal Aramco detuvo el bombeo en el oleoducto mientras se evalúan los daños y se reparan las estaciones, según un comunicado emitido por la agencia de noticias de Arabia Saudita, SPA.
Este es el segundo ataque en dos días a activos petroleros de Aramco, pues el lunes pasado dos buques también fueron víctimas de bombardeos, mientras navegaban por aguas de los Emiratos Árabes Unidos.
Según datos de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), el primer trimestre de este año, Arabia Saudita produjo 10.05 millones de barriles diarios de petróleo, es decir, uno de cada 10 toneles que se consumen en el mundo.
La extracción arábiga es la tercera más grande, sólo por detrás de Estados Unidos y Rusia, y equivale a seis veces el bombeo de crudo de Petróleos Mexicanos.
La noticia del ataque hizo que los precios del crudo subieran más de uno por ciento, pues el West Texas Intermediate (WTI) de Estados Unidos avanzó 1.1 por ciento y cerró en 61.78 dólares por barril, un alza de 74 centavos de dólar.
El ataque fue reivindicado por las milicias rebeldes de Yemen, y lo justificaron como «respuesta a los crímenes» y al «bloqueo» de Arabia contra su nación.
Arabia Saudita interviene militarmente desde 2015 en el conflicto en Yemen para ayudar al gobierno frente a los rebeldes hutíes, grupo que es apoyado políticamente por Irán.