El gobierno alemán tomará medidas en contra de los conocidos antivacunas. Así lo confirmó el ministro de salud Jens Spahn, quien busca erradicar la sarampión en los próximos años. Quejas y polémica en torno al tema ha habido desde entonces.
Desde la semana pasada Spahn ha hecho público su plan para que la vacuna contra la sarampión sea obligatoria en el país. Este empezaría a actuar desde el 1 de marzo de 2020. A pesar del disgusto de los antivacunas, el ministro defendió su decsisión:
«Precisamente se trata de proteger la integridad de los niños, que no pueden decidir por sí mismos, pero que con una vacuna contra el sarampión pueden quedar protegidos de una enfermedad muy, muy peligrosa y también muy contagiosa».
¿Qué implica este plan? Se trata de que aquellos menores que no estén vacunados no podrán ingresar a un centro de educación infantil ya que esto es opcional. Esto no será posible para las escuelas, pues la asistencia a estas sí es obligatorio. En este caso, los padres que no vacunen a sus hijos se podrían ver con multas de hasta 2.500 euros.
No obstante, se reconoce que ciertos niños no pueden ser vacunados por razones médicas. En ese caso se deberá presentar una debida certificación para comprobar el hecho.
Según el Instituto Robert Koch (RKI) de virología, el 93% de los niños en Alemania están vacunados contra la sarampión. Para la OMS esto no es suficiente, pues se debe tener una tasa de inmunidad de 95% para poder empezar a erradicar la enfermedad.
Actualmente son 600.000 personas las que no están vacunadas. Entre ellos, 361.000 son niños. Por lo tanto, el objetivo es llegar a esa población faltante en un esfuerzo por combatir los incentivos de los antivacunas. Esto, siguiendo las preocupaciones de la OMS por la reactivación de enfermedades que se creían controladas.