Prosa aprisa
Por Arturo Reyes Isidoro
Ya sentado y frente al teclado pienso cuánto más rico sería Veracruz si para el fomento de actividades artísticas, musicales, culturales, se contara con el apoyo de los gobiernos estatal y municipales.
Pero también no dejo de tener presente que a veces es mejor que no participen porque cuando lo hacen le dan en la madre a todo lo que tocan, como en el caso del rey Midas pero al revés.
Mi reflexión es porque cuando escribo estas líneas acabo de regresar a Xalapa de la ciudad de Veracruz donde asistí todo el fin de semana y participé en diversas actividades de y con danzoneros de todo el país que se congregaron en el bello puerto.
Retorno a la capital y regreso, informativamente, a lo mismo. Nada digno de mencionar que no sean dudas sobre anuncios y acciones oficiales, acusaciones solo de dichos pero sin denuncias de por medio, problemas y rezagos que únicamente los resuelven en declaraciones a los medios, violencia en situaciones no muy claras, etcétera.
En el puerto de Veracruz ayer domingo amaneció sin sol y sin calor. Un norte de ligera intensidad hizo que el día estuviera fresco; para quienes vivimos y bajamos de Xalapa, bastante agradable.
Qué contraste el cambio en relativas pocas horas: ya era la media noche del pasado viernes y en pleno malecón miles de personas sudábamos a mares en la Velada de Danzón 500 años, en la macroplaza.
Pero qué calor, que la ligera brisa de la noche no lograba atenuarlo. En pocos minutos, con la bailada, ya estaba uno empapado en sudor.
Los foros, las muestras, los bailes, las presentaciones de las mejores danzoneras del país (también en el Foro Boca) atrajeron visitantes de 25 estados de la república que, por lo que vi y viví, disfrutaron mucho del puerto.
Qué Estado tenemos, pensaba, con su gente extraordinaria, que hace que, por fortuna, Veracruz sea más grande que sus malos gobernantes.
Por fortuna, me decía, en la organización no tenía nada que ver ninguna Secretaría de Turismo (ni estatal ni municipal) y a esto atribuía que todo estuviera bien.
Miles nos congregamos en la velada del malecón y más de un millar asistimos la noche del sábado a un baile de gala. Los visitantes vinieron por la promoción que los propios danzoneros hacen, la iniciativa privada, pues, y es claro que salen beneficiados hoteleros, restaurantes y prestadores de servicio en general.
Pero cuánto más no se dinamizaría la economía del puerto y de la región si hubiera promoción oficial, pero no la hay. Aquí sí, como decía López Obrador en campaña, en el norte del país, Veracruz tiene muy buen pueblo, pero muy mal gobierno.
El ambiente del puerto, el carácter y la atención del jarocho invita siempre a regresar, pero estoy seguro que habría un efecto multiplicador si hubiera una acción de gobierno coordinada para atender mejor al visitante.
Cuando veo y convivo con miles de bailadores de danzón de todo el país que llenan espacios por toda la zona conurbada (de Xalapa venimos sobre todo de los talleres y grupos de la Quinta de las Rosas, el mío el grupo Salón México de la maestra Olivia García Chávez), compruebo que no todo Veracruz es violencia.
¡Pero no hay quién del gobierno haga destacar esto! Nadie que tome fotos de las actividades masivas, que grabe para la televisión, que haga boletines de prensa dando cuenta del hecho y difundiéndolo sobre todo fuera de Veracruz para animar a los viajantes y al turismo en general a venir.
Ahí veo una forma de revertir las notas negativas que solo hablan de violencia e inseguridad, que dan la imagen de un Veracruz lleno de sangre, de un gigantesco cementerio clandestino, de una montaña de cadáveres, de un territorio lleno de cruces. Pero la Secretaría de Turismo, que debió ser la más interesada, no sirve para nada. Aquí lo confirmo.
Cuando veo a mi lado a los bailadores que se visten de pachucos, muy llamativos, que nos hacen recordar a Tin Tan, me digo que los publicistas del gobierno ni siquiera tendrían que gastar en buscar imágenes ad hoc (apropiadas) para una buena promoción, aunque recapacito que a lo mejor ni siquiera eso tienen en la administración estatal.
En los bailes de gala no falta la venta de zapatos para bailadores hombres y mujeres; negros, blancos y de colores, con suela de cuero para mejor deslizar los pasos y tacón cubano (en el caso de ellos) y no dejo de acordarme de los excelentes zapateros de Naolinco que también los fabrican sobrepedido, pero… pero ¿dónde están los promotores de la Secretaría de Desarrollo Económico para ayudarlos a buscar que puedan entrar en el negocio?
Qué más te digo lector. Dicen que hay austeridad, que no hay dinero para promoción, pero ni siquiera lo que se les presenta para explotarlo, sin ningún costo, lo aprovechan. Predominan el desinterés, la incuria. En una de esas, las autoridades de turismo y cultura ni siquiera se enteraron de este festival nacional de danzón, o sea, habría desinformación, a lo que se sumaría la inexperiencia.
Ahora, ¡ay!, vuelvo a mi realidad más cercana: la del Veracruz lleno de problemas con gobiernos (federal, estatal y municipales) a los que parecen estarle quedando muy grandes los zapatos del Estado, que no precisamente de danzoneros. Ya mañana comentaré lo que ofrezca de novedad Cuitláhuac García quién ofreció informar la mañana de este lunes sobre varios pendientes por los que tiene a la crítica encima.