Guadalupe Terán Pérez, especialista en Medicina del Sueño, reveló que en México el 17 por ciento de la población padece insomnio, problema que se acentúa más en mujeres por situaciones hormonales, así como de orden social y cultural.
Al participar en la celebración del Día Mundial del Sueño, el pasado 29 de marzo en la Unidad de Ciencias de la Salud de la Universidad Veracruzana (UV), la Presidenta de la Sociedad Mexicana de Investigación y Medicina de Sueño impartió la ponencia “Riesgo del manejo farmacológico del insomnio sin prescripción médica”.
En el marco de este evento organizado a iniciativa de académicos e investigadores de la Facultad de Medicina y el Instituto de Ciencias de la Salud (ICS) de la UV, dio a conocer que el insomnio es uno de los padecimientos del sueño más comunes y un trastorno que genera o aumenta el riesgo de sufrir otras enfermedades como depresión o ansiedad.
En el Aula Magna de la Unidad de Ciencias de la Salud, mencionó que este problema regularmente tiende a subestimarse y a empeorar si no se consulta a un especialista adecuado. Por esa razón, es común que los pacientes tiendan a automedicarse con productos naturales que no son inocuos, por el contrario les llegan a generar diferentes daños al no usarlos de manera correcta.
La académica de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) advirtió que el consumo de fármacos de venta libre ocasiona que el trastorno se vuelva crónico, que avancen los síntomas y se escale hacia medicamentos más fuertes como las benzodiacepinas.
Con relación a estas últimas, advirtió que si bien son medicamentos con un efecto inductor de sueño, si no se usan responsablemente repercuten en una dependencia y otros efectos secundarios.
Uno de ellos es que el sueño deja de ser de buena calidad, aumenta el riesgo de abusar de otras sustancias como el alcohol para intentar conciliar el sueño, o combinarlo con otros fármacos.
Resaltó que muchas veces acuden a consulta pacientes que llevan 20 años sin dormir, que ya probaron muchos medicamentos y combinan dos o tres fármacos más una copa de alcohol y ni así lo logran, pues nunca tuvieron un buen diagnóstico ni tratamiento.
Entre los factores que influyen en el incremento del insomnio se cuenta la organización de las ciudades urbanizadas, donde los habitantes son más propensos a dejar de dormir y prolongar los horarios de vigilia por el uso de la tecnología.
“Nos dormimos más tarde, estamos con el celular y eso acorta los periodos de sueño. El estrés también provoca que cueste más trabajo conciliar el sueño y que éste sea menos profundo.”
Precisó que el sector femenino es más vulnerable a sufrir esta enfermedad debido a los cambios hormonales como la menstruación. El embarazo propicia un sueño más interrumpido y que se desarrollen otros trastornos como el síndrome de piernas inquietas, mismo que inicia con una incomodidad en las piernas, comezón, necesidad de frotarlas y moverlas justo antes de dormir, por lo tanto, no permite conciliar rápido el sueño.
En la menopausia, las molestias propias como los bochornos y cambios en el estado de ánimo alteran este periodo de descanso.
Teran Pérez indicó que a nivel cultural y social, por el ritmo de vida de las mujeres y la mayor cantidad de responsabilidad que tienen en el hogar, ocasionan esta afectación.
En materia de investigación, subrayó que se ha intentado reconocer cuáles son las diferencias normales y desarrollar herramientas terapéuticas.
Por ejemplo, se emplean tratamientos alternativos como técnicas de acupuntura, estimulación magnética transcraneal para ayudar a disminuir la hiperactividad asociada al insomnio.
“El problema de los insomnios es que son hiperactivos e hiperexcitados y no logran detener sus pensamientos para iniciar el sueño.”
En este sentido, la estimulación magnética transcraneal da una estimulación en la corteza cerebral y ayuda a inhibir la respuesta.También, se trabaja con terapia cognitiva conductual para el insomnio y se ve el efecto sobre el sueño y la cognición, ya que el problema de los medicamentos para dormir es que generan problemas cognitivos, de memoria y atención a corto y largo plazo.
“Con esa técnica cognitiva conductual el insomnio desaparece sin afectar otros procesos.”
Agregó que este trastorno puede ser diagnosticado desde la infancia, aunque en los niños la principal causa es la falta de imposición de límites y rutinas asociados a la relación con los padres.
Sin embargo, a partir de los cinco años este daño se diagnostica cuando el pequeño es incapaz de dormir sin la presencia de sus padres o tienen múltiples despertares durante la noche.
UV/Claudia Peralta Vázquez