Ninguno de los candidatos del PAN y el PRI que compitieron en los dos últimos procesos electorales de Veracruz, pudo contrarrestar los certeros epítetos que les lanzaron los abanderados de Morena que les dijeron de todo. Desde ladrones, corruptos, bandidos y vividores; hasta deshonestos, indecentes, cínicos, inmorales y sinvergüenzas.
No, no hubo un guapo que saliera a rebatirles.
Los gobernadores también recibieron lo suyo: “Los robos, asesinatos, ejecuciones, desapariciones, secuestros y feminicidios; la violencia que ya se adueñó de la entidad, es culpa de ustedes porque la han solapado y tolerado”.
El problema es que tras ganar cuatro de los municipios más grandes importantes y violentos de la entidad (Poza Rica, Xalapa, Minatitlán y Coatzacoalcos) además de la gubernatura, los abanderados de Morena convertidos en gobierno siguen repitiendo el mismo sonsonete.
Echarle la culpa a los de atrás de los males que padece la entidad se ha convertido en la marca de la casa, cuando lo mínimo que se espera de los morenos es que arreglen el tiradero, se erijan como una fuerza política capaz de resolver los problemas, y en base a esto vuelvan a arrasar en el 2021.
Pero ni siquiera hacen el esfuerzo.
Los manifiestos desatinos de los alcaldes de Xalapa Hipólito Rodríguez y de Coatzacoalcos Víctor Carranza, aunados al nepotismo e inoperancia del munícipe de Minatitlán, Nicolás Reyes y el de Poza Rica, Francisco Javier Velázquez, hacen muy difícil que Morena repita su triunfo en esos municipios.
La inseguridad que es lo que más lacera, se ha convertido en tabú del que ningún funcionario quiere hablar y menos el gobernador Cuitláhuac García, a pesar de que en la semana que terminó (domingo 31 de marzo a domingo 7 de abril) se perpetraron 46 ejecuciones.
Esos muertos son su responsabilidad y de nadie más, lo mismo que los más de 70 feminicidios ocurridos los primeros meses de este gobierno. Pero Cuitláhuac sigue echándole la culpa a los de atrás en un discurso que ya es vomitivo para los veracruzanos.
La ineficacia gubernamental está en su apogeo y quienes de esto saben aseguran que el Presidente López Obrador está pensando seriamente en remover a Cuitláhuac junto con algunos alcaldes y secretarios, pero será hasta después de las elecciones intermedias. Y eso si Morena pierde Coatzacoalcos y Xalapa.
Aunque sería muy buena una purga de ese tamaño para Veracruz, alguien debería decirle que esos municipios ya los perdió su partido aunque Dios baje del cielo.
“Andrés Manuel debe actuar ya y no dejar que las cosas empeoren. Si se espera hasta el 2021 para despedir a Cuitláhuac y compañía, corre el riesgo de perder algo más que dos o cuatro municipios importantes; puede perder la gubernatura en 2024”, me dijo un analista político.
Y es verdad, para las elecciones del 2021 falta un mundo de tiempo (27 meses para ser exactos) y la raza jarocha no va a aguantar tanto. Sobre todo, si siguen las ejecuciones de todos los días.
Si por “sugerencia” de Andrés Manuel tanto Cuitláhuac como los cuatro impopulares e ineptos alcaldes piden licencia y se van nadie los va a extrañar. Pero como paradoja ayudarían a su partido, ya que la olla exprés de Morena que está en ebullición, se despresurizaría como por arte de magia.
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