Por primera vez, estudiantes de la Facultad de Física de la Universidad Veracruzana (UV) realizaron una breve estancia académica en el Observatorio Astronómico Nacional (OAN) de Tonantzintla, adscrito al Instituto de Astronomía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). 

El OAN está ubicado en el cerro Tonantzintla, municipio de San Andrés Cholula, Puebla, y sus inicios se remontan a 1942, cuando Luis Enrique Erro fundó el Observatorio Astrofísico, y a partir de 1948 Guillermo Haro le sucedió en dicha empresa. La labor que en su momento ahí se realizó permitió traspasar las fronteras del país y que astrónomos mexicanos lograran prestigio internacional. 

Con esta cámara se hicieron diversos descubrimientos, siendo el principal el de los objetos Herbig-Haro, considerados como los indicadores del inicio de la formación estelar. También se descubrieron estrellas novas y supernovas, galaxias azules e innumerables estrellas ráfaga, así como el cometa Haro-Chavira, descubierto en 1954 en la región del Toro”, se lee en la reseña histórica. 

Actualmente, el OAN-Tonantzintla es útil en investigaciones relevantes y, sobre todo, apoya las actividades docentes de la Facultad de Ciencias y del Instituto de Astronomía de la UNAM, así como de instituciones de educación superior que lo solicitan. 

En el caso de los estudiantes de la Facultad de Física de la UV, asistieron del 5 al 7 de marzo y entre sus propósitos estuvo el desarrollo de fotometría de estrellas variables (para más información consulte https://bit.ly/2uDtCJl). 

La directora de la Facultad y quien está a cargo de la experiencia educativa (EE) Astronomía Observacional Avanzada, Argelia Sol-Haret Báez Barrios, explicó que se trata de un grupo multigrado, pues hay jóvenes de los primeros semestres que toman la EE como electiva y otros, de los más avanzados, como optativa. La intención también es, paulatinamente, conformar una sociedad astronómica al interior de la UV. Por su parte, los estudiantes coincidieron en citar la necesidad de tener infraestructura que les permita poner en práctica la teoría que sobre esta ciencia analizan en aula. 

Jorge Rafael Virúes Salazar es oriundo de Puebla y reside en Xalapa desde niño; cursa el octavo ciclo de la Licenciatura en Física y compartió que estar en el OAN-Tonantzintla le permitió confirmar su interés por adentrarse en el mundo de la astronomía. 

Uno de los retos que trajo consigo es afinar sus conocimientos sobre la toma de datos a estrellas variables. Pero, más que nada, la infraestructura es la parte importante, porque nuestro laboratorio es multiusos, pero en el aspecto de conocimiento tenemos las herramientas, sólo nos falta el lugar dónde ponerlo en práctica”. 

Carlos Francisco Santés Lima, oriundo de Tuxpan y quien cursa el cuarto ciclo, añadió que OAN-Tonantzintla superó sus expectativas. En sus palabras, “fue algo sorprendente”, toda vez que en la Facultad no poseen telescopios y todos los cocimientos los adquieren sólo de manera teórica, pero esta estancia les permitió ponerlos en práctica. 

“No es lo mismo platicarlo que verlo, esto último es una experiencia mucho mejor y más gratificante, ya que te das cuenta que los conocimientos teóricos tenían un sentido. De hecho, el motivo por el que entré a la Facultad de Física fue la astronomía y esto me reafirmó y orientó qué es lo que quiero estudiar: Astrofísica. Ésta es una forma de ver las estrellas, estudiar el universo con puras matemáticas, describir sus movimientos con fórmulas. Creo que el idioma de las matemáticas es la poesía del universo.”

Para Carlos Francisco es fundamental que en el país haya inversión que favorezca el desarrollo de la ciencia y la tecnología, y concretamente la astronomía. Narró: “Una vez un político le preguntó a Michael Faraday ‘¿Para qué estás haciendo eso?’ y él contestó ‘No lo sé, pero estoy seguro que el día de mañana van a cobrar impuestos por ello’. Faraday estaba descubriendo la inducción electromagnética, que al final es la electricidad. Y sí, efectivamente, se cobra por ello. En otras palabras, algo que no tenía sentido en ese momento, posteriormente fue usado para la vida cotidiana. El científico no debe tener barreras, debe investigar, eso ayuda mucho al progreso”.

Pero un rasgo que también destacó el universitario es la difusión de la ciencia, porque por un lado los gobiernos deben invertir, pero la sociedad requiere conocer adónde van sus impuestos, y así borrar ese estereotipo de los “científicos locos” y, más bien, que se aprecie la importancia de la ciencia en el desarrollo de la sociedad.

Zubiri Joel Hernández González, del octavo ciclo, expuso su alegría por haber aplicado en la práctica todos los conocimientos teóricos que habían llevado en la EE y previas lecturas que él había realizado sobre el tema. “Nunca había manipulado equipos así y me sorprendió que a pesar de que parecía difícil, con lo que estudiamos aquí ya sabíamos cómo empezar”.

El universitario, originario de la Ciudad de México y quien desde hace algunos años vive en esta capital, compartió que antes todo lo había visto sólo en fotos y apreciarlo a través del telescopio fue un asombro. “De hecho, pudimos sacar imágenes de Júpiter y pudimos ver sus tres lunas, algo que no todos pueden identificar fácilmente. En cuanto a los equipos, pensé ‘son muy caros, me va a costar trabajo manejarlos y si los descompongo será un problema’, pero sí pude, con ayuda de los instructores de allá”.

Otro estudiante, Osvaldo Torres Pineda, del octavo ciclo y oriundo de Nanchital, desde pequeño tuvo interés en estudiar lo complicado; en el caso concreto de la estancia en el OAN-Tonantzintla, fue mejor de lo que esperaba, pues aplicó absolutamente todo lo visto en clase.

“Nos encontramos con un telescopio, llamado La carta del cielo, cuyo mecanismo es analógico y como físico te preguntas: ¿De qué manera lograrías plantear un sistema mecánico que siga tus observaciones y poder captar esos datos? Eso se me hizo muy interesante y es lo que me sigue motivando a estar aquí.”

Julio César Natividad Sacarías, oriundo de Texistepec, municipio de Acayucan, desde pequeño se imaginó haciendo estudios del cielo y su visita al OAN-Tonantzintla incrementó su interés por la astronomía. Respecto a la estancia recordó: “El primer telescopio que usamos fue de un metro de diámetro. Cuando entras al observatorio te quedas asombrado, desde ver que la cúpula se mueve, que todo está automatizado, es muy asombroso. Comenzamos buscando objetos cercanos, estrellas que se pueden reconocer a simple vista”.

Dado su origen rural, para Julio César ha resultado complicado justificar social y familiarmente su interés por estudiar física y más concretamente astronomía: “Mi papá no quería porque tienen la perspectiva de que no hay campo laboral y que no puedes hacer nada, pero si tus sueños con ir más allá, no importa, tienes que seguirlos. Me costó convencer a mis papás, pero lo logré. Me sigo viendo observando el cielo, pero ahora con conocimientos más teóricos y eso es divertido”.

Ixchel López Luna, del cuarto ciclo, si bien es principiante y toma la EE como electiva, narró la convivencia que tuvieron con astrónomos y astrofísicos de la UNAM, quienes les compartieron a qué se dedican y estudian cada uno. “Nos dieron pláticas sobre cómo tratar el equipo, el manejo de los datos obtenidos, y en las noches era la observación”.

Azálea Esmeralda Salazar Zárate, también del cuarto ciclo, expuso: “Estar allá fue otro mundo, había infraestructura y tecnología que no tenemos aquí y aprendimos a manejar los instrumentos, hacer reducción de imágenes astronómicas, son cosas que no sabíamos, me impresionó mucho y nos gustó bastante”.

Para ella sería muy importante que más adelante la UV cuente con infraestructura de esta naturaleza, lo cual no sólo enriquece la formación de los alumnos, sino que hace más amplio el campo laboral, una vez que egresen. “Cuando salimos de aquí, algunos toman la especialidad en astronomía y muchas veces no saben cómo utilizar ciertos telescopios, por ejemplo, yo nunca había manejado uno”; además, lo consideró importante para que más personas se involucren en esta rama.

Luis Enrique Mariano Fernández, del octavo ciclo y oriundo de Tuxpan, compartió que en su formación como físico sintió la necesidad de vincularse con la astronomía, por ello el semestre pasado cursó la EE Astronomía Observacional, y ahora hace lo propio con la continuación, Astronomía Observacional Avanzada, “no por gusto, sino por conocer”,

En la visita al OAN-Tonantzintla, detalló, parte del trabajo fue observar imágenes de una galaxia, con la intención de saber recopilar información y combinar las diferentes longitudes de onda para formar una imagen a color, pero también les hablaron de la historia de la astronomía en México. “El aprendizaje que me llevo es que en México sí se hace astronomía y se da el impulso para hacer más investigaciones”.

Gabriel Ríos Pardo, del octavo ciclo y oriundo de Misantla, expuso que su interés de origen era la física nuclear y de partículas, pero tomó el primer curso con Argelia Sol-Haret Báez Barrios y entendió que la astronomía no es romántica, como comúnmente se cree.

“A mí me gusta más lo matemático, lo rudo; entonces, ver que en astronomía y astrofísica también se aplican ecuaciones complejas me motivó a seguir por esta rama. Aquí en la Facultad tenemos los conocimientos teóricos y llegar al OAN-Tonantzintla no fue tan complicado, fue un poco asombroso y cultivador ver cómo se maneja un telescopio.”

Argelia Sol-Haret Báez agradeció las facilidades de las autoridades de la UV para realizar la estancia, así como a las de la UNAM por hacer posible el acceso y estancia en el Observatorio.

“Queremos hacer del conocimiento de la comunidad universitaria que nosotros sí estamos queriendo dar más con lo que tenemos: pocos salones, pero estudiantes y docentes muy comprometidos.”

Karina de la Paz Reyes Díaz / Prensa UV