El coordinador general del Laboratorio para el Análisis de Información Generada a través de las Redes Sociales en Internet (Larsi) del Centro de Estudios de Opinión y Análisis (CEOA) de la Universidad Veracruzana (UV), Carlos Adolfo Piña García, planteó que las ciudades inteligentes requieren de la ciencia de datos.
El investigador ofreció la conferencia magistral “Del big data al smart city” el 26 de marzo en la Facultad de Arquitectura de esta casa de estudios, en el marco del Tercer Congreso Internacional de Estudiantes de Posgrados en Arquitectura y Urbanismo “Retos contemporáneos del hábitat. Memoria, gestión y producción”.
Carlos Adolfo Piña expuso ante los estudiantes qué es la ciencia de datos o big data y cuáles son las repercusiones en la cotidianidad; es decir, “todo este flujo de datos que hay en redes sociales, aplicaciones, plataformas y en celulares cómo impacta la vida diaria y en las ciudades inteligentes”.
Por otra parte, una de las definiciones de “ciudad inteligente” refiere que se trata de un tipo de desarrollo urbano basado en la sostenibilidad, que responde adecuadamente a las necesidades básicas de instituciones, empresas y habitantes, en términos económicos, operativos, sociales y ambientales.
Piña García planteó que los habitantes de las ciudades inteligentes, también llamadas smart cities, requieren de informarse del tráfico vial anticipadamente, así como de las condiciones climatológicas del día; solicitar el servicio de un taxi de manera sencilla y saber cuáles son las paradas de transporte más cercanas al punto donde nos encontramos, así como tener acceso rápido a las rutas del transporte público, entre otras cuestiones. Todo ello es posible a través de las redes sociales.
“Estamos tratando de conectar la ciencia de datos con las ciudades inteligentes y que los jóvenes vean cómo se puede unificar a través de urbanismo, arquitectura, ingeniería civil, para que vayan pensando en el futuro cómo tienen que planear una ciudad inteligente o una casa o una calle inteligente, en el sentido de optimización; es decir, que tengan los espacios idóneos, ecológicos o verdes que deben contemplar a la hora de pensar en una ciudad.”
Pero con tal planteamiento no se cae en exclusión social, pues si se consulta el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) es posible confirmar que millones de personas tienen smartphone, aunque no gocen de otro tipo de servicio básico. “Hoy la gente tiene más acceso a las aplicaciones de los smartphones, de los celulares, que a un seguro médico”, expuso el investigador del CEOA.
A los estudiantes de licenciatura y posgrado en Arquitectura les hizo hincapié en que el día de mañana tendrán que repensar lo que están aprendiendo en el aula, pues en países de primer mundo, como Inglaterra, los cambios en ese sentido ya se están viviendo.
Karina de la Paz Reyes Díaz / Prensa UV