Miguel Ángel Camacho Pernas, investigador del Instituto de Neuroetología de la Universidad Veracruzana (UV), afirmó que es indispensable que la ciencia estudie los circuitos neuronales de animales en desarrollo, y cómo éstos se activan y transportan información ante los estímulos nocivos.
Dentro de su línea de trabajo, el investigador estudia el desarrollo de las respuestas nociceptivas (aquellas que son activadas por estímulos nocivos o dañinos) desde que se inician al activar los nociceptores, receptores que transducen el estímulo nocivo que viajará por las fibras de la neurona aferente hasta el centro integrador, médula espinal, y de ahí hacer sinapsis con varias neuronas; unas de ellas, las motoneuronas, activarán los músculos para darnos un reflejo que retirará la zona del estímulo.
De todo lo anterior, la parte de interés es la participación de las fibras aferentes y cómo se consolidan en la etapa de crecimiento de los animales, debido al interés por conocer cómo responden los organismos durante su desarrollo a los estímulos nocivos.
Camacho Pernas comentó que la respuesta nociceptiva (en los primates superiores, incluido el humano, esta respuesta es lo que comúnmente se conoce como dolor) es una de las primeras acciones arraigadas dentro de los organismos, y que esto se puede observar incluso en los animales unicelulares que evitan estímulos nocivos.
“Mi línea de investigación abarca cuáles son las maneras en que los receptores y fibras llevan la información generada por estos estímulos.”
Relató que esta investigación se realiza de manera farmacológica y conductual, y dentro de ella se enlaza la cuestión neuronal con la utilización de fármacos y la conductual al analizar el reflejo de retiro. Se trabaja con especímenes de ratas de 0 a 21 días de nacidas; sin embargo, las respuestas conductuales que presentan son inmaduras aún para poder analizarlas, por ello se utiliza el reflejo de retirada de la cola para observar cómo estas fibras aferentes van madurando.
Camacho Pernas mencionó que la conducta se puede estudiar desde distintos niveles; el nivel básico son los reflejos, y el conjunto de éstos dan las pautas de ella.
“Si la conducta aún no está afianzada en los organismos jóvenes, buscamos reflejos que nos den una aproximación de cómo maduran los circuitos neuronales que nos darían esta respuesta.”
Comentó que estos reflejos permiten conocer la entrada de información, su integración y la respuesta motora, todo ello indica cómo los animales perciben los estímulos nocivos.
El investigador declaró que pese a que hoy en día muchos estudios científicos se encuentran muy avanzados, algunos campos de ciencia básica fueron rebasados y trabajan con información muy simple.
Puso como ejemplo el área de la pediatría, en la que algunos profesionistas usan como referencia las expresiones faciales de los niños pequeños para conocer sus reacciones a estímulos nocivos, ya que sus respuestas motoras aún son inmaduras y carecen de una acción verbal que indique un malestar como lo haría un adulto.
“Si no sabemos discernir el periodo de tiempo en que la coordinación, conducta y maduración del sistema nervioso todavía están en proceso, es imposible conocer más sobre ellos”, enunció.
El investigador compartió que el Instituto de Neuroetología tiene planeado colaborar con la Escuela Nacional de Estudios Superiores (ENES) Juriquilla de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), con la que se busca formar un cuerpo académico que aborde el tema de la utilización de las plantas en diferentes procesos para beneficiar al ser humano.
Añadió que, asimismo, esta entidad académica trabaja en ampliar y crear más relaciones con docentes e investigadores de diferentes universidades, y así buscar en conjunto que la ciencia básica tenga un mayor impacto y que tenga así un mejor contexto social.
Miguel Camacho relató que la problemática más grande que enfrenta el Instituto de Neuroetología y muchos otros en el país, es el declive en el número de estudiantes que desean integrarse a él como tesistas en sus distintas líneas de investigación.
Comentó que esta entidad académica tenía un reservorio importante de estudiantes de las licenciaturas en Biología, Psicología y Química Farmacéutica Biológica, entre otras, quienes ahora prefieren titularse por modalidades distintas a la tesis, como la elaboración de tesinas y monografías, y la presentación del examen Ceneval.
“En el caso de muchos alumnos, la precariedad económica los orilla a titularse pronto; integrarse a colaborar en un laboratorio les absorbe tiempo, dinero y esfuerzo, ya que actualmente son pocos los recursos para becarios.”
Declaró que la UV, través de sus institutos, hace un gran esfuerzo por brindar una formación integral a sus estudiantes y muchos de éstos desconocen que pueden colaborar con estas entidades académicas y sumarse a sus trabajos, con miras a obtener una beca para ingresar a un posgrado.
“El material humano es imprescindible para desarrollar investigaciones de calidad”, enfatizó.
El investigador enunció que es indispensable que los institutos de la UV capten alumnos que se incorporen a sus líneas de investigación, las cuales abarcan diversas ramas del conocimiento.
Carlos Hugo Hermida Rosales / Prensa UV