La relación entre la Iglesia Católica y algunas expresiones de los actuales gobiernos federal y estatal se ha deteriorado como consecuencia del impulso que realizan diputados, senadores y funcionarios públicos de Morena a modificaciones al marco legal de México y de Veracruz en temas como el aborto y la legalización de la marihuana.

Esos desencuentros han provocado que suba el tono de la crítica del clero hacia las políticas públicas de los gobiernos morenistas.

Este domingo, por ejemplo, la Arquidiócesis de Xalapa lanzó fuertes críticas en su comunicado dominical: “Observamos que se están dando algunos ataques sistemáticos a la vida, la familia y las libertades fundamentales. Tal es el caso de las intenciones de la Secretaria de Gobernación por querer imponer un Código Penal único, donde se busca legalizar el aborto en todo el país”.

En su boletín, titulado “Los riesgos de la transformación”, la Arquidiócesis se refiere a los cambios que plantean representantes del nuevo gobierno.

A la Iglesia, dice el comunicado, “preocupa que se esté implantando la imposición de un pensamiento único que acaba con las libertades fundamentales, traiciona al pueblo y disfraza las mentiras con discursos encantadores”.

En lo particular, la Arquidiócesis se refirió a la legalización del aborto y de las drogas, así como a la penalización contra “los padres de familia que lleven a sus hijos a recibir ayuda psicológica cuando tengan alguna confusión sobre su orientación sexual, prohibiendo las terapias de reorientación…”, la eutanasia, la renta de vientres o maternidad subrogada, entre otros temas.

Se trató de un comunicado en un tono durísimo, en el que la Iglesia convoca a la feligresía a “mantener la defensa de la persona y de los valores fundamentales que tanto hacen falta para reconstruir el tejido social; no se pueden permitir imposiciones ideológicas que pretenden destruir lo fundamental de una persona: su vida, su familia y sus libertades”.

No ha sido, sin embargo, la primera vez que la Iglesia aborda esos temas; el pasado 17 de marzo, a propósito de la iniciativa de la diputada local Mónica Robles sobre el matrimonio igualitario, la Arquidiócesis se pronunció por la protección a la familia, al matrimonio y a la vida en Veracruz.

Por otro lado, habría que decir que los temas de aborto, eutanasia, matrimonio igualitario y legalización de las drogas no han sido los únicos en la agenda clerical veracruzana: el pasado 10 de febrero, la Arquidiócesis lanzó fuertes señalamientos contra la administración estatal con un “no estamos para improvisaciones” al referirse a los temas de inseguridad y violencia. En esa ocasión, el comunicado dominical fue revelador de la etapa de desencuentros entre la Iglesia y el gobierno de Morena.

“Lamentablemente –indicó dicho boletín– el desánimo y el desencanto van ganando terreno. Y es que no se puede invocar la novatez ni la curva de aprendizaje para justificar los desaciertos que en estos 74 días de la nueva administración gubernamental de Veracruz están a la vista de todos”.

Así las cosas, parece que las posiciones de las partes, Iglesia-Gobierno del Estado, se alejan cada vez más; en tanto que la crítica de la Arquidiócesis cobra mayor intensidad domingo a domingo en los comunicados.

El peligro para el actual gobierno radica en que esas diferencias abren un nuevo frente, con un adversario mucho más poderoso que cualquier partido político.

La pregunta obligada es ¿qué ha hecho -en el caso de Veracruz- el encargado de la política interna, Eric Cisneros Burgos? Al parecer nada y ese silencio ha causado mella entre la cúpula clerical y naturalmente entre la feligresía. El gobierno de Morena al parecer le apuesta a perder con este fuerte grupo religioso y quizá sus alianzas estratégicas serían con las iglesias evangélicas, a quienes el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, estaría por abrirle las concesiones de radio y televisión, para la difusión de sus doctrinas. @luisromero85