Por iniciativa del ex gobernador Miguel Alemán Velasco se creó en el año 2000 el festival cultural denominado Cumbre Tajín, que nació con la finalidad de promover la riqueza de nuestras raíces.
Cultura, arte, arquitectura, gastronomía e historia han sido los ingredientes de esta celebración, que se ha llevado a efecto cada año, por estas fechas, de manera ininterrumpida.
Si bien la primera edición de la Cumbre Tajín fue rica en rituales, ceremonias, talleres, medicina alternativa, danza, gastronomía, exposiciones y conferencias, con el paso de los años la mayor atención se terminó centrando en los espectáculos artísticos.
Cuitláhuac García es el cuarto gobernador que da seguimiento a la Cumbre Tajín; antes lo hicieron Fidel Herrera, Javier Duarte y Miguel Ángel Yunes. De forma reciente, este festival cultural, ventana de la región del Totonacapan, cayó como consecuencia de la crisis que ha enfrentado en lo financiero el Gobierno del Estado; sin embargo, parece que este año existe la intención de su rescate.
En cuanto a la proyección cultural y turística, este evento puede considerarse un éxito y es importante su conservación y promoción, dado que cada peso que se invierte para atraer visitantes a una zona que enfrenta un rezago ancestral, es dinero bien invertido.
Sin embargo, también habría que reconocer que Cumbre Tajín no ha representado un beneficio real para la calidad de vida de los pueblos originarios de la zona totonaca, que siguen igual de marginados y pobres que antes.
En Papantla, por ejemplo, más de 68 por ciento de la población se encuentra en pobreza extrema y una cuarta parte de los habitantes del municipio enfrentan un nivel extremo de carencias; son los pobres entre los pobres.
En Coyutla, la pobreza, 9 de cada 10 personas son pobres; y en condición de pobreza extrema se encuentra el 52 por ciento de la población.
En Espinal casi el 79 por ciento es pobre; la pobreza extrema supera los 35 puntos porcentuales; y casi la mitad de los habitantes no cuenta con servicios de salud.
En el pequeño municipio de Coauitlán, en condición de pobreza sobrevive el 91.9 por ciento de los habitantes; y casi el 55 por ciento vive en pobreza extrema; además, la incidencia de la carencia por acceso a la alimentación supera el 43 por ciento.
La población de Filomeno Mata no vive entre rosas; es uno de los municipios más pobres de Veracruz; ahí, 92.7 por ciento de los habitantes son pobres; 62 por ciento está en un nivel extremo de carencias; y más del 56 por ciento enfrenta problemas de acceso a la alimentación.
En Mecatlán se registra una historia parecida: 93.5 por ciento es pobre; y en pobreza extrema se encuentra el 63.8 por ciento de la población.
En Coxquihui la pobreza llega al 90.3; y la pobreza extrema, al 52.7.
El común denominador en todo el Totonacapan es el rezago, la pobreza y las graves carencias sociales. No hay un indicador de desarrollo social en el que esta zona se encuentre bien; ni siquiera cuentan esos municipios con buenas vías de comunicación; son más bien caminos de herradura que impiden el desarrollo de esos pueblos, que enfrentan, decía, un ancestral rezago.
La Cumbre Tajín es una buena ventana para exponer la riqueza cultural de esta región veracruzana; sin embargo, también es una oportunidad para recordar la deuda histórica de este país con los pueblos indígenas, donde son indignantes los niveles de pobreza y el hambre de la población. @luisromero85