Mientras la crisis de seguridad que vive el estado ha llamado la atención del gobierno federal y el Senado de la República, en la aldea, los funcionarios de Morena insisten en actuar como en cualquier capítulo de los Tres Chiflados. Hoy todos quieren hablar de seguridad, cuando ni siquiera el propio gobernador Cuitláhuac García ha dicho cuáles son las acciones que ha tomado su gobierno para enfrentar a los delincuentes.

Luego de un fin de semana de terror en el que se contaron más de 30 muertos, el mandatario estatal aseguró que su administración está actuando y que las cosas aun no se salen de control; tal vez por ello, los veracruzanos están verdaderamente apanicados de lo que veremos cuando efectivamente eso pase.

Ayer fue un día agridulce para el gobernador, que según se vio, sigue contando con el apoyo del Presidente López Obrador, pero que tiene a muchos morenistas olfateándole el cuello.

Por un lado, el Secretario de Seguridad Pública del gobierno federal, Alfonso Durazo, dio un fuerte espaldarazo a Cuitláhuac, utilizando prácticamente las mismas frases para explicar la situación que vive Veracruz en materia de inseguridad. Durazo -ese “hijo de la chingada” como lo llamó el ex presidente Fox-, dijo que Veracruz está bajo control y que la violencia es el resultado de la pugna entre organizaciones criminales. Tal vez el dislate es que puso a Veracruz en el mismo nivel de violencia que Guanajuato.

Por el otro, ayer el pleno del Senado de la República aprobó por unanimidad –es decir, con el voto de los senadores de Morena-, emitir un exhorto al mandatario veracruzano para que explique “de manera pormenorizada” la estrategia de seguridad que está llevando a cabo. Este exhorto no lo recibieron en su momento ni Javier Duarte ni Miguel Ángel Yunes, a pesar de los muchos momentos en que Veracruz estuvo en llamas.

Y mientras Cuitláhuac lidia con la inseguridad, la presión política del Senado y la falta de una estrategia informativa de manejo de crisis, los principales actores políticos del morenismo ejecutan con entusiasmo un sketch digo de los Tres Chiflados.

En respuesta a las voces que han sugerido la presencia de un comisionado de seguridad en el estado –como se hizo con Alfredo Castillo en Michoacán, quien funcionó como un gobernador de facto-, el Presidente de la Junta de Coordinación Política del Congreso local, Javier Gómez Cazarín dijo que a título personal, él respaldaría esta iniciativa “y todo lo que sea en beneficio de la entidad”. El Presidente de la Jucopo es uno de los principales aliados políticos del Gobernador no obstante su falta de resultados, por lo que se infiere que la declaración tendría la simpatía del mandatario.

De quien no la tuvo, sino más bien fue sujeto de burla, fue de otro correligionario: el súper delegado federal Manuel Huerta, quien ayer mismo también abordó el tema del Comisionado Federal de Seguridad y dijo que se trataba de “una vacilada”, ya que se trató de una “intención caduca” en referencia al nombramiento hecho por el ex presidente Enrique Peña en Michoacán. Y como para tomar distancia, Huerta excusó que el tema de seguridad compete sólo al gobernador.

¿Pero entonces? Unos dicen que hay calma pero los morenistas en el Senado apoyan la iniciativa de que se explique la estrategia de seguridad del gobierno estatal; el líder del Congreso local apoya la propuesta de traer a un Comisionado de Seguridad mientras que el delegado federal se burla de ella.

Algo pasa en el gobierno y en Morena que todos hablan de seguridad menos los responsables de ella.

Cambios en la delegación estatal de Infonavit

Al parecer, la influencia política de la Secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, no alcanzó para salvar del cadalso a la delegada estatal de Infonavit, Diana Félix Andrade y a su sobrino consentido Enrique Nachón. Ayer la funcionaria informó de manera interna que dejaba el cargo sin explicar las razones ni cuál sería su destino.

Félix Andrade llegó a la titularidad del Infonavit en Veracruz en sustitución de José Manuel Treviño, tras muchos años de trabajar en la institución; sin embargo, su desempeño siempre ha estado envuelto por la polémica, como sucedió tras su salida de la delegación en Oaxaca, donde se le señaló de un negocio millonario con la cancelación de hipotecas.

Ya en Veracruz trabó un fuerte vínculo con Enrique Nachón, a quien hasta la fecha le concede el trato de “jefe”, garantizándole que la serie de irregularidades que se hicieron públicas en el pasado no lo alcanzarían, ni serían impedimento para ocupar su actual cargo como Subsecretario de Promoción y Apoyo a la Industria en el gobierno de Cuitláhuac García.

Las historias de tráfico de influencias y negocios al amparo de la función pública no agradaron a los oídos de la cuarta transformación. Tal vez por ello, el propio Nachón habría intercedido nuevamente para que reubiquen a Félix Andrade en otra delegación estatal.

Las del estribo…

  1. Muy graves las acusaciones que hizo ayer el Secretario de Gobierno, Eric Cisneros, en contra del ex gobernador Miguel Ángel Yunes y el fiscal Jorge Winckler. La simulación de recompensas por la captura de delincuentes que ni siquiera tenían orden de aprehensión no sólo huele a ineficacia sino a complicidad. Es una acusación que el ex mandatario no dejará pasar.
  2. El gobernador Cuitláhuac García pidió ayer autorización al Congreso para contratar un crédito por 1 mil 650 millones de pesos que serían destinados para obra pública e infraestructura. Lo malo es que no dijo a qué institución bancaria, con qué tasa de interés y para realizar qué obras. La comunicación es su talón de Aquiles.