Prefacio.
“El maestro Ketzasmin Armando Terrón Mejía tenía un doctorado en Física Molecular y hace apenas 18 meses se incorporó al proyecto educativo del Instituto Tecnológico Superior de Zongolica (ITSZ). *** Hace una semana fue reportado como desaparecido. Trascendió que fue secuestrado y que se pedía una cantidad muy fuerte por liberarlo; en virtud de que la familia no pudo cumplir con las exigencias de los secuestradores, estos le quitaron la vida. *** El secretario de Educación en Veracruz (SEV), Zenyazen Escobar llamó a la Fiscalía General de Veracruz (FGE) y a su titular, Jorge Winckler Ortiz, a que se aboque al esclarecimiento de este crimen. *** El reclamo coincide con el que hizo el secretario de Gobierno, Eric Cisneros Burgos, quien señaló que Jorge Winckler debe ser investigado “por complicidad con los grupos delincuenciales que operan en el estado de Veracruz”. *** Dijo que los jueces han girado órdenes de aprehensión contra altos mandos de grupos criminales en la entidad y la Fiscalía ni siquiera las recoge: “Casualmente de presuntos delincuentes que tienen mandos en la delincuencia organizada; eso ya nos huele a complicidad, más que ineficiencia o ineficacia”, sostuvo. *** Narró que no tardaron semanas o meses en recoger las órdenes, sino que en un caso pasó casi un año para que la FGE recogiera una orden de aprehensión que ya había liberado un juez. *** Mientras la Fiscalía no tenga en su poder una orden de aprehensión, ésta no es subida a la Plataforma en México y, por lo tanto, se limita la participación coordinada de todas las fuerzas de seguridad. *** De esto ya tienen conocimiento a nivel federal y habrá consecuencias.
* * *
Este es un fragmento de un artículo escrito por el periodista Jorge Fernández Menéndez, en el periódico Excélsior, el 19 de febrero de 2018, hace poco más de un año:
“Bajo el sobrenombre de El Mencho (Nemesio Oceguera), su carrera fue tan fulgurante que después de militar en el cártel del Milenio, el de Los Valencia de Michoacán, emigró a Jalisco para fundar la organización llamada Los Mata Zetas, quienes penetraron fuerte en el estado de Veracruz para desplazar a Los Zetas, grupo criminal que se afincó en esa entidad en 2004, tras concluir el sexenio de Miguel Alemán, y mantuvo una fuerte hegemonía hasta el año 2016, tras concluir el sexenio de Javier Duarte de Ochoa, un periodo gubernamental caracterizado por la violencia, la corrupción y el desgobierno”.
Un año antes de ese artículo, en marzo del 2017, el mismo periodista (quien a lo largo de su carrera ha profundizado en el tema del comportamiento de la delincuencia organizada en México) escribía sobre la identidad de Los Mata Zetas:
“Era el 21 de septiembre del 2011. Ese día a unos metros de la Plaza de Las Américas se realizaría en Boca del Río, en Veracruz, la reunión nacional de procuradores de justicia. En un paso a desnivel, en pleno día, en la zona más céntrica de la ciudad, fueron abandonadas un par de camionetas. En su interior había 35 cadáveres, la mayoría jóvenes, 23 hombres y 12 mujeres (…) Apenas unos días antes del hallazgo de los cuerpos se había informado del inicio de un operativo de la Marina para controlar la inseguridad, poco después de que aparecieran videos de un grupo que se denominaba Mata Zetas y que prometía exterminar a los miembros de esa organización criminal. Ahora sabemos que esos Mata Zetas eran en realidad gente del Cártel Jalisco Nueva Generación”.
Ese es el enemigo al que se enfrenta en estos momentos el gobierno de Cuitláhuac García.
La Secretaría de Seguridad Pública les hace frente con el personal heredado por Miguel Ángel Yunes Linares, muchos de ellos coludidos con el crimen organizado, y los pocos leales, sin la capacitación ni el armamento necesarios.
¿Por qué el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) ha emprendido esta ofensiva contra la policía estatal?
¿Por qué no reacciona de la misma manera contra el Ejército, la Marina o la Policía Federal?
Es evidente: Como nunca antes desde su irrupción en territorio veracruzano, el CJNG había sufrido los golpes a su estructura, como los que le ha infligido la corporación policiaca conocida como “Fuerza Civil”.
En días recientes lograron el aseguramiento de dos ranchos en poder de este cartel: La Chincheta e Isla de los Pajaritos; además, la detención de al menos seis integrantes de la banda, la muerte de otros tres y la incautación de una bodega en Tierra Blanca.
Les han pegado en Misantla, en Tierra Blanca, en Tlalixcoyan y en Boca del Río. Han dado con campamentos, casas de seguridad, ranchos de entrenamiento y bodegas; les han decomisado camionetas, automóviles, armas largas y cortas, miles de cartuchos útiles, granadas, equipo de radio-comunicación, chalecos anti-balas, cascos y uniformes.
En cada operativo les han asegurado, además, mucha droga y mucho dinero. Les están pegando donde más les duele.
La ofensiva policiaca los tomó por sorpresa, pero una vez que se reagruparon, los integrantes de este grupo criminal solicitaron el refuerzo desde otras plazas.
La instrucción que recibieron fue muy clara: “Focalicen su ataque en la policía estatal; hagan responsable de la violencia a las autoridades locales; difundan nuestro mensaje con mantas y en las redes sociales, que la gente sepa que con nosotros el que se mete, la paga”.
La violencia provocada por los crímenes de alto impacto no es uniforme. En términos estrictamente económicos, a ningún grupo delictivo le conviene que su plaza “se caliente”, esto es, que llame la atención de las autoridades. Ahí, donde todo está en paz, ellos pueden operar sin sobresaltos.
Son dos los factores que, primordialmente, producen el estallido de violencia en una zona: La primera, que otra banda intente apoderarse de “la plaza”, lo que provoca ejecuciones, “levantones” y extorsiones.
La segunda, que las fuerzas del orden emprendan una ofensiva directa, que impacte en los puntos neurálgicos de la organización criminal. Es ahí donde las autoridades demuestran que están decididas a acabar con esos grupos criminales.
Para muchos gobiernos la salida fácil, la que tiene un impacto casi inmediato en las cifras, es la negociación: dejar a los cárteles actuar impunemente, a cambio de fuertes compensaciones económicas, pero consiguen que el territorio esté “en calma”.
Cuitláhuac García ya lo dijo y lo demostró en los hechos:
“Estamos trabajando coordinadamente con la Marina, el Ejército y la Policía Federal, para combatir este gran mal que administraciones pasadas dejaron crecer y solaparon bajo el manto de la corrupción y la impunidad”.
Que así sea.
* * *
Epílogo.
Pepe Yunes estuvo este fin de semana en Xalapa, pues acudió a un evento social. Llamó la atención, sin embargo, que se hizo acompañar por un gran amigo, con quien ha vivido momentos cruciales en su carrera política, el doctor Jose Antonio Meade, quien venía acompañado de su esposa Juana Cuevas. *** La mañana del domingo, la esposa de quien fuera candidato a la Presidencia apenas el año pasado, subió un comentario y una fotografía a su cuenta de Twitter: “Bomba y lechero en Xalapa. ¡Qué mejor forma de empezar el día!”. *** Su esposo respondió: “No está #apiedecarretera, pero valió la pena la vuelta a La Parroquia de Xalapa. Gracias @Pepe_Yunes, siempre es un gusto saludarte con aprecio, cariño y admiración. Muchas felicidades @fvazquezrig!”. *** Pepe Yunes acusó recibo: “Recibirlos ya es motivo de alegría, compartir amistad, charlar con @JuanaCuevasR y contigo en torno a un buen café veracruzano sin duda”. *** La noche del sábado Pepe Yunes, Pepe Meade y Juana Cuevas llegaron a cenar al Asadero Cien de El Tejar, donde fueron saludados con mucho afecto por los comensales que los reconocieron. *** Una amistad que se consolida y se demuestra en tiempos en los que no hay proselitismo de por medio. Bien.
filivargas@nullgmail.com